Capítulo II.

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"Cuando caes tu vida nunca vuelve a ser igual, creo que cuando caes te lamentas más de lo que te esfuerzas en volverte a levantar, creo que la vida ha sido injusta contigo, y tú para darle una lección has dejado de creer en ella, pero te diré algo, no debes rendirte antes de comenzar a luchar, y no lo digo para sonar como uno de esos libros que tanto odias, aburridos, que solo te dicen cosas que quieres escuchar, te lo digo porque amo con mi vida verte sonreír, y porque sé que si te lo propones, eres capaz de comerte el mundo, de hacerlo tuyo, porque cuando amas algo, luchas por ello con todas las fuerzas de tu ser, porque tu manera de amar es la más bonita de todas, porque siempre vale la pena intentarlo una vez más, porque cariño, la vida me sabe a nada si no sonríes. "- Auto dedicatoria.

Cierro el diario, pienso, ¿Yo había escrito ese poema? ¿Por qué?

Al siguiente día la señora Caridad (Que me había pedido que la llamara sólo "Cari") Me entregó la mochila que llevaba la noche anterior, cuando ella me encontró, la registré de arriba hacia abajo, no había ningún teléfono, ninguna cartera, ni ningún tipo de identificación que me permitiera recordar aunque sea mi nombre.

Encontré solo tres cosas, una memoria USB, que aún no había probado, una cámara fotográfica en la cual había una sola una foto, una foto de dos hombres rodeándose con un brazo el hombro y con el otro haciendo gestos con sus manos con el propósito de posar para foto, pero no recordaba a ninguna de esos dos hombres, se veían muy fraternales, casi como si fuesen hermanos, me pregunto si serán mis familiares... o amigos.

Lo segundo que reviso es el diario, ahí es donde encuentro este poema y muchos más, todos igual de melancólicos, paso y paso, nada relevante, me detengo en una de las páginas, aquí no encuentro un poema, era una especie de confesión con mi aparente nombre escrito al final de ella.

"Ya no aguanto más, sólo tengo 17 años, no debería tener tanta presión, sé que es injusto con mi padre, sé que necesita mi ayuda, ahora más que nunca, también sé que esto es mi culpa, que yo lo ocasioné, pero es que... sencillamente no puedo más. Nos persiguen, no podemos estar mucho tiempo en ningún lado, cómo desearía poder borrar esto de mi memoria, perdería todo el valor que él está poniendo en mí, él quiere hacerme daño, me matará en cuanto le diga lo que quiere saber. Nunca había estado tan asustada. No sé qué hacer"

- María Ángel.

Me estremezco por completo, estoy huyendo de alguien, y al parecer fue una bendición haber perdido la memoria, no lo veo así, pero supongo que lo es, ahora sé mi nombre, por lo menos es una avance, me recuesto en la cama de lo que ahora es mi habitación y lo último que puedo discernir, es sentir cómo me quedo dormida.

...

Despierto.

Al principio lo interpreté como un sueño producto de quedarme dormida en busca de respuestas, no fue hasta que estuve del todo despierta que descubrí lo que era, un recuerdo.

(...)

- No debiste memorizarlos María Ángel, quería mantenerte al margen de todo esto - Me dice un hombre, volteo a verle el rostro y descubro que es uno de los dos que se hallaban en la fotografía de mi cámara.

-Quería ayudar, papá, ahora no debes entregarle ningunos códigos, todos están mi cabeza, lo tenemos- El hombre es mi padre.

- ¡No es así de fácil! Es un hombre peligroso. Ahora debemos huir.

- Igual lo haríamos. Ahora por lo menos tenemos la certeza de que tenemos su secreto, de que él no quedará impune. Estaremos bien, pa.

- Lo estaremos... - Responde este. – Te amo.

Desmemoria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora