En un pequeño pueblo vivía la eriza Amy, su vida era bastante común, tenía una casa, familia, amigos, sin embargo esto un día cambiaría.
Una mañana decidió salir al bosque sur para buscar materiales para confeccionar distintas artesanías. Al salir se le acercó su amiga Cream y Knuckles.
-Tenga cuidado señorita- le dijo la conejita
-¿Por qué?- dijo ella
-Porque es la primera vez que va al bosque
-Vamos... No es tan peligroso.
-Está bien- dijo el equidna-. .. Pero no te acerques al Bosque Norte, recuerda lo que paso con So-
En ese momento Cream tapó la boca de Knuckles.
-¡Hey!
-No se preocupen- dijo Amy- ya lo superé.
-No que la ultima ves golpeó a alguien por recordarlo...
-Por favor- rió- eso pasó hace mucho...
-Pero si fue ayer- contradijo Knuckles
-Jaja- dijo Amy que luego cambió su tono a uno amenazante- ¿quieres ser el siguiente?
Luego de ese enorme lió y amenazas, le desearon suerte y ella partió en su viaje.
La eriza siguió el camino de tierra hasta el bosque que cada vez se hacía mas espeso, en el suelo podía ve prácticamente la marca de carretas que pasaban por el sendero para llegar a la otra cuidad. Solo se detuvo cuando el camino se dividió en dos, allí se encontraba un poste de madera con dos carteles a los lados que decían lo siguiente.
*Bosque (dirección Sur) camino a Sunset Town
*Bosque (dirección Norte) no se sabe a donde dirige PRECAUCIÓN.
Al leer esto sintió escalofríos, tal vez lo que contaban del bosque no fueran solo exageraciones de la gente, invadida por el miedo decidió tomar la ruta sur, a la cual aparentemente todas las personas iban, sin embargo sentía que... El otro lado del bosque era al que debía ir.
Ya cuando había recolectado suficientes materiales, el bolso en el cual llevaba lad cosas fue arrastrado por una fuerte ráfaga de viento, allí estaba todo el esfuerzo de la tarde, sin titubear corrió tras ella, pero no notaba la dirección en la que iba y de a poco el bosque se veía mucho mas oscuro y los árboles mas grandes. Cuando ya había logrado alcanzar la bolsa se sobresaltó, lentamente comenzó a girar la cabeza y miraba en todas direcciones, se había perdido.
Notó que las nubes se tornaron grisaseas y lentamente el cielo se puso de su mismo color. La lluvia empezó a caer muy fuerte y pronto comenzarían los rayos.
-¡Rayos!- se dijo así misma- debo buscar en donde refugiarme.
Así Amy empezó a correr en busca de quizá, alguna solitaria cabaña dentro del bosque. Pero para su sorpresa lo que encontró no fue una pequeña casa, ¡Sino que un castillo!... Aunque este no era como los de los cuentos de hadas, era extremadamente tétrico y con solo verlo causaba escalofríos, las plantas que lo rodeaban estaban todas marchitas, las estatuas tenían rostros que no eran muy amigables y sus paredes de piedra, por alguna razón, reflejaban mas frialdad de lo normal.
Al no poder encontrar otro lugar para refugiarse, se armó de valor y entró por las oxidadas rejas del castillo. Despúes de correr por el patio se acercó lentamente a la puerta y la abrió, el sonido de esta al abrirse era chirriante como las de las casas embrujadas.
-¿Hola?- preguntó temerosa al entrar- ¿hay alguien ahí?
Pero no escuchó nada mas que a su propio eco y sus pasos. Así que supuso que el castillo estaba abandonado y podría quedarse por la noche. Lo que no imaginó es que no era la única en ese castillo...
-¿Dices que alguien entró?- decía una voz grave.
-Sí- le respondieron- una chica...
Eso era lo que sucedía en otra parte lejana del castillo.
La eriza por su parte había encontrado un sofá muy cómodo para recostarse y había encendido fuego en la polvorienta chimenea. Estaba muy a gusto en ese lugar, aunque se seguía preguntando de quién sería el castillo y porque lo hubieran dejado en la ruina.
Sin embargo cuando estaba a punto de dormirse sintió una presencia cerca de ella que la hizo asustarse mas de lo que estaba al entrar. Miró rápidamente a todas partes y no vio nada pero escuchaba unos fuertes pasos que se le acercaban, la poca iluminación le impedía ver. Cuando logro aclarar mejor su aturdida vista vio una enorme silueta, cada vez se iba acercando mas hacia ella. Cuando se acercó a la chimenea pudo verlo con claridad: era un enorme monstruo con pelaje azul oscuro, manos con filosas garras y grandes colmillos. Algunas de sus facciones parecían de un erizo... Era algo así como un erizo lobo.
Amy se cubrió con su manta buscando refugio alguno. El monstruo al estar al lado de ella abrió su hocico... Y comenzó a hablar.
-¿Qué haces aquí?- preguntó
Ella no respondió, aun estaba procesando todo eso.
-¡Responde!- dijo perdiendo la paciencia- ¡¿Acaso ya no les bastó con perseguirme por todo el bosque?!
-N..no- balbuceó la chica- solo buscaba refugio por la tormenta...
Amy se fijó en sus ojos verdes y brillantes, algo le parecía muy familiar en él.
-¡Pues lárgate de aquí!- continuó- Huye... Igual que todo el mundo lo hace...
Su mirada reflejaba enorme tristeza y melancolía, como si hubiera algo que extrañara o anhelara y ya no lo pudiera alcanzar jamás. No sabía que hacer ante esto, así que pensó dejarlo solo y salir del lugar. Sin embargo cuando trató de salir un tipo de fuerza se lo impidió, trató de salir por encima, pero tampoco funcionó, todo estaba claro: estaba atrapada en un tétrico castillo...
Tuvo que volver a entrar por la tormenta, la bestia seguía en el mismo lugar.
-¿No te habías ido?- le preguntó un poco molesto.
-No puedo... Algo me lo impide- respondió
-Creía que el hechizo solo me lo impedía a mi- pensó él en voz alta
-¿Hechizo?
-No importa...- dijo- pero al parecer debes quedarte aquí.
Ella lo miraba y no podía evitar pensar que era alguien conocido, al mismo tiempo eso pensó él, esa eriza le sonaba familiar, pero como estaba cubierta con la manta aún, no le alcanzaba a ver el rostro. Cuando ella se la quitó de encima sus ojos de abrieron como platos y su rostro se veía sorprendido.
-¿¡Tu aquí!?- exclamó.
-Eso es obvio- dijo con un tono molesto
-Es que..
-¡Oye!- se molestó- no es mi culpa haberme quedado contigo atrapada... ¡Así que cuida tus palabras!
En ese momento apareció un pequeño volador de un color rojo con blanco. Su presencia había distraído a Amy de su enojo.
-¿Qué pasó ahora?- al ver a Amy enojada trató de calmarla- ¿Chocolate?- dijo con una sonrisa sosteniendo una barra
-Debo irme- dijo la bestia
Y así se alejó por los pasillos aún sorprendido, ¿como podía ser ella? Habían pasado casi 3 años desde aquel fatídico día.
-¿Por que me suena tan conocido?- pensaba la eriza
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El castillo de la bestia (Sonamy)
FanfictionDicen que en lo profundo del bosque vive un temible monstruo que llegó hace un par de años ¿Será verdad? Amy lo descubrirá cuando llegue a un misterioso castillo donde se encontrará cara a cara con aquel personaje que a pesar de todo le recuerda a u...