Capítulo 6.

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Recuerdo que Jess me habló de la casa de Randy, mencionó que era espaciosa y elegante, pero, oh mi Dios, jamás creí que fuera tan grande, sin exagerar es 20 veces más grande que la mía.
Al entrar por el gran portón delantero, pude obtener una gran vista del patio de enfrente, el camino de piedras blancas que dirigían a la puerta de entrada, una vez allí, nos recibieron personas con trajes negros, supuse que era el personal de la casa puesto a que todos vestían igual. Una señora rubia, alta, muy guapa y delgada, nos recibió sonriendo y abrazando a Jess.

-Buenas noches- nos dijo. Indicó a donde dirigirnos. La casa era de tres pisos, súper alta y bien diseñada, al rededor de la misma, había mucho patio, pasto, arboles con diseños, y bancos con mesas de hierro pintados de blanco por todos lados, pude ver a lo lejos varios quioscos. Levanté la mirada y vi el ultimo piso, es tan alto que me imagino debe tener una gran vista a la ciudad. Una vez dentro, noté lo hermosa que era, muchos cristales y espejos por todas partes, la decoración era beige, y habían sillones  blancos con mesas de cristal y en el centro una gran alfombra. He quedado encantada y aún no he conocido toda la casa.

-Vengan chicas-  la voz de Jess interrumpió mis pensamientos. La seguimos y nos dirigimos a la parte trasera de la casa, donde pude ver una gran piscina, oh mi Dios.

Se podía escuchar una musica lejana, mientras mas caminábamos, mas se escuchaba la música. Llegamos a un salón, definitivamente aquí era la fiesta. Pensé mientras reía.
Dando paso dentro del lugar, me encontré con una gran multitud de personas, iban vestidos elegantes pero disfrutaban y bailaban como en una discoteca. Me sorprendí porque me lo esperaba más "calmado", por no decir aburrido. La gente de esta clase no suele ser alborotada ni rebelde.
Las luces me cegaron un momento, brillaban con mucha intensidad, de todos los colores, alumbraban todo el salón.
Divisé una pequeña tarima, donde se encontraba un Dj, quien reproducía mas canciones. De fondo se escuchaba Animals de Martin Garix. También había un área  donde servían bebidas de todo tipo y una larga mesa con aperitivos.

-WOW- exclamé y miré a las chicas, las cuales estaban de lo más normal, sin una pizca de sorpresa en su mirada. Ya ambas estaban acostumbradas, habían asistido a varias fiestas preparadas por los chicos, a diferencia mía que a penas voy a la universidad-esto está increíble- dije sonriendo.

-Y eso, que acabamos de llegar- dijo Marlin emocionada y arrastrándome hacia donde servían las bebidas.  Tengo mucho que no tomo, después de la costumbre de ver a mi padre borracho, decidí no tomar alcohol.

Al llegar un chico alto y elegante nos atiende, tiene los ojos azules, buen cuerpo y labios perfectos, su pelo le cae un poco por la frente.

Joder, esto es el paraíso.

- ¿Qué desean preciosas- pregunta esbozando una sonrisa. Oh Dios, que bello.

-Un whisky por favor- dice Marlin y el chico se voltea- ¿Quieres?- pregunta Marlin mirándome.

-No, está bien- le digo sonriendo.

-Vamos, solo una copa, no morirás por eso- me dice haciendo un puchero.

-Jajaja-me río, causa tanta gracia verla haciendo eso. Aunque tiene razón, una vez al año no hace daño- Vale, pídeme una- le digo.

-yeeeey!- dice ella aplaudiendo con emoción. -Otro por favor- dice y ruedo los ojos.

- ¿A dónde se fue Jess?- pregunté.

-Ah, ella se fue con Randy, ya sabes..- dice rascándose el cuello, me mira y explotamos a carcajadas.

-Aquí está señorita- dice el chico que nos atendió tendiéndome la copa.

-Gracias- digo mirándolo, el me guiña un ojo.
Me voltee para mirar a Marlin quien ya se encontraba bailando con un chico. Sonreí.

Desaster.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora