Capitulo 7: Sentimientos

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Había pasado una semana desde la muerte de Dariel, a los dos días de su muerte lo velaron en la iglesia del pueblo. Todos sus familiares estaban presentes, hasta los que no vivían ahí, Alexis conoció desde lejos al hermano gemelo Dereck, del difunto, él era alto, macizo con grandes musculós como un jugador de rugby, su cabello era castaño claro y sus ojos azules como el cielo. El parecido a su hermano hacia pensar que Dariel estaba vivo pero ahora mismo estaba en un ataud de marmol sin vida.

Por otro lado estaban Alexis y Samuel preocupados, no habián podido ver a Rayen. El gobernador con ayuda de algunos habitantes, mejor dicho por la realeza, habian prohibido la entrada al bosque. La habían cerrado con alabre y colocaron una cabina para que un guardia cuidara e procurara que nadie pudiese entrar.

Alexis estaba demaciado preocupado, le aterraba el hecho de que atraparan a la azabache, no queria que le pasara nada malo,sentía en su corazón que debía protegerla ante cualquier peligro que la asechara. Por la cabeza le pasaban miles de cosas para poder sacarla de aquel bosque y llevarla a otro lugar donde podría estar a salvo y además para que tampoco lo castigaran por ayudarla.

Por otro lado estaba Sam que tenia los nervios de punta, todo este tiempo no dejaba de pensar en ella y como la estaría pasando, sabia de antemano que ella era lo demaciado fuerte para cuidarse sola pero algo le decía que debía hacerlo, en un momento de locura pensó en desobedecer la prohibición para ir a verla pero no se atrevió por miedo a que lo atraparan, no quería darle problemas a sus padres, al contrario quería que estén tranquilos y felices.

En otro lado del pueblo se encontraba Alexis enfrente de las rejas que lo separaban de Rayen, se quedó varios minutos pensando como haría para entrar sin ser detectado por el vigilante, no duro mucho en resignarse y empezó a caminar hacia ninguna dirección en particular, estaba tan hundido en sus pensamientos que no se dio cuenta que había chocado con alguien, escucho un pequeño quejido, llevo su vista a la proveniente voz y se encontró con una chica, ella era alta pero no tanto como él  sus ojos eran marrones oscuros y su cabello era rojizo.

-Lo siento, no te vi- se disculpo mientras la ayudaba a levantarse.

-No pasa nada- respondió levantando la cabeza para mirarlo.

-¿Cómo te llamas?- ella al escuchar se puso roja y una pequeña risa tímida salio de sus labios.

-Sara Dufman, ¿Y con quien tengo el placer?- preguntó un poco sonrojada.

-Alexis Marsson, un placer conocerte- le tendió la mano.

-El placer es todo mio Alex- le devolvió el saludo.

-Perdón por la pregunta pero ¿qué estabas haciendo?- Alexis se dio cuenta como Sara se ponía nerviosa ante la pregunta.

-Solo decidí salir a caminar un rato para despejar mi mente- dijo ella un poco extrañada- ¿y tu?-

-Igual- el joven se aclaro la garganta- un gusto haberte conocido Sara pero ahora debo irme porque me están esperando- ella solo asintió con una pequeña sonrisa.

Al azabache le pareció agradable aquella joven, por un momento pensó en invitarla a salir pero dejo esos pensamientos de lado . En su trayectoria se cruzo con varias personas y vio a Dereck fumando contra una pared, él estaba vestido con unos jeans negros ajustados a su cuerpo, una camiseta azul oscura  y unas botas. Ellos cruzaron las miradas por un segundo, la mirada del castaño emanaba odio pero Alex no entendía porque odio hacia su persona, bufo para luego regresar a su casa.

Las semanas pasaron rapidamente como si de segundos se trataran y Alexis estuvo todo ese tiempo alejado del bosque, como si se hubiera olvidado de el por arte de magia, todos los días se encontraba con Sara, paseaban en el parque, charlaban de diferentes cosas como por ejemplo de sus gustos musicales, lo que les gustaba hacer y entre otras cosas  más. Ya él no se acercaba al alambrado que lo separaba de Rayen, en las noches sentía una presencia que lo vigilaba desde lo lejos, podía ser ella o otra cosa pero no le tomaba mucha importancia a eso.

Por otro lado Samuel estaba planeando romper el alambrado y pasar hacia el bosque, en las ultimas semanas se estaba debatiendo en su cabeza los sentimientos que sentía hacia la azabache y se dio cuenta de que desde que la conoció sintió una cierta chispa entre ellos. Quería verla a toda costa, también quería saber si se encontraba bien, la ultima vez que la vio estaba cubierta de sangre y no la culpaba, Dariel era el hijo de una de las personas  que asesinaron a su familia.

En ese momento estaba enojado con su hermano, no entendía como podía dejar de lado a Rayen para estar con una chica que apenas acababa de conocer, esa tal Sara le daba mala espina por alguna razón no le caía bien, dejo de pensar en aquello y arregló todos los materiales que usaría en la noche. Una vez que termino se acomodo en su cama para dormir un rato, tendría que ahorrar mucha energía para poder correr y tratar de que no lo atraparan.

En el bosque se encontraba Rayen mirando hacia el cielo, estaba cautivada por aquel color azul no pudo evitar empezar a llora, si tan solo estuviera su hermano para apreciarlo juntos. Los recuerdos de ese día la inundaron la mente al igual que el atormento, ella se reprochaba que si tan solo hubiese ayudado a su madre e hermano a escapar del fuego pero no hubiese podido ya que era tan solo una niña. Los habitantes de Camnes le arrebataron todo, su mas preciada niñes y su familia, desde ese momento se lleno de rencor contra todos ellos, recordaba sus rostros a la perfección pero la culpa de todo la tenia el gobernador, él era el mejor amigo de su padre, era como un tío para ella pero cuando culpo a su padre de haber robado el dinero de la ciudad y acusarlo de hacer pacto con el demonio lo odio con todo su corazón, lo peor de todo es que decidieron asesinarlo junto a su familia. Cerró los ojos recordando los buenos momentos que habia tenido con su familia y de apoco se fue durmiendo.




Cicatrices del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora