Capitulo 20: El trato

109 3 0
                                    

-¿Mi tío?- estaba en shock- ¿Como alguien de tu propia familia puede hacer semejante atrocidad?- miró a los ojos de su madre.

-Los celos ciegan los ojos hasta del mas santo- su expresión era de tristeza.

-Tenemos que salir de este lugar- trato de levantarse pero el dolor no lo dejo.

- Lo se hijo pero si hacemos eso todos nosotros estaremos en mas peligro de lo que crees- ella lo acostó de nuevo en la cama.

La puerta toco varias veces, Samuel se levanto del sillón donde minutos atrás estaba durmiendo, su caminar era pesado, le dolía, tanto mental como físicamente, al abrir la puerta se encontró con un agitado Roger, le pareció un tanto extraño que volviera tan pronto.

-¿Estas bien?- pregunto el rubio mientras lo dejaba pasar.

-Si- tomo aire y hablo- Daniel tiene a Alexis- Sam abrió los ojos.

-Como es posible si el esta descansado- dijo mientras subían al segundo piso.

Lo buscaron por todos lados pero no había rastro de el, Sam estaba totalmente seguro que su hermano estaba en la casa, no quería creer lo que Roger decía pero muy dentro de si decía que era verdad.
Al pasar los minutos parecía que estaba en lo cierto, lo que venia ahora era despertar a Rayen y decirle lo que había sucedido.
Camino hasta la habitación con lentitud mientras buscaba las palabras adecuadas para que ella no explotara y matara a medio mundo. 

Ella se encontraba en la cama, se podía ver a plena vista que estaba descansando tranquilamente, suspiro y cuando estuvo lo bastante cerca hablo.

-Rayen- su voz era suave- despierta- de apoco vio los movimiento de la joven.

-¿Que ocurre?- aún estaba adormilada.

-Hay algo que tengo que decirte- trago saliva y se preparo mentalmente para lo que venia- secuestraron a Alexis- luego de eso hubo un silencio fúnebre.

-¿Dime que es una broma?- su voz era mas profunda y tenebrosa.

-Es cierto- hablo Roger desde la puerta- un informante me aviso que vio a los guardias de Daniel llevarse a Alexis- Rayen se levanto tan rápido como la brisa.

-¿Sabes en donde estan?- sus ojos estaban de un color rojo muy intenso que avecinaba mucha sangre.

-Seguramente están en su mansión a las afueras de la cuidad- ella asunto y salio del lugar.

Samuel corrió tras ella- ¿Me puede decir que vas a hacer?- obstaculizo su camino.

-Ir allá y rescatar a Alexis- Sam no quería dejarla ir sola- hazte a un lado- el frío recorrió el cuerpo del joven.

- Si te dejo ir sola puede salir algo mal y no dejare que pase algo como eso- la agarro de sus hombros.

-Sueltame o no dudaré en sacarte yo misma de mi camino- la mirada ella era obscura y llena de furia, algo que había visto antes.

Sin decir nada se movió para dejarla pasar y perderla en la niebla que apareció de la nada.
Rayen camino entre la niebla que era una de sus aliadas, sentía su sangre hervir, juro que si tenia a Daniel en sus manos enterraría un cuchillo en su corazón para dejarlo desangrar hasta que no quedara una gota de sangre en su cuerpo.
Después de unos minutos se encontraba en la entrada de la mansión y con el viento helado abrió de par en par las puertas y todos aquellos hombres que se encontraban custodiando se pusieron alertas, la neblina se hizo espesa a cada segundo que pasaba y para los guardaespaldas era muy difícil ver y como si fuera una sombra Rayen se acerco, cada uno de aquellos hombre callo al suelo mientras que se desangraban por los múltiples cortes en sus cuerpos.
Mientras tanto en la sala se encontraba Daniel tranquilo con su bebida mientras miraba las llamas del fuego pero fue interrumpido por sus hombre.

-Señor tenemos un problema- dijo su mano derecha.

-¿Que ocurre?- pregunto aun con la mirada en el fuego.

-Los guardias de la entrada están todos muertos- su mirada quedo en shock- tenemos que llevarlo a un área segura señor- el sabia que eso no resolvía nada.

- No, nos quedaremos aqui- se levanto- quiero que traigas a aquellos dos- su guardaespaldas iba a protestar pero la mirada de su jefe lo atemorizó.

-Esta bien señor- un grupo fue a buscar a Sara y Alexia mientras que el otro se quedo custodiando.

-Veremos de lo que eres capaz Rayen para salvar a tu familia- tenia una sonrisa maligna en su rostro.

La casa parecía abandonada, no se escuchaba ningún ruido y mientras Rayen caminaba el lugar se iba congelando, paro para tratar de escuchar algo y vio que se abrían unas puertas, iluminando el lugar, se acercó con sigilo y ahí vio algo que la estremeció y a la vez enfureció.
Daniel se encontraba sentado en un sofá mientras Alexia y una mujer a la cual no vio su rostro estaban arrodillados a cada lado.

-Que sorpresa Rayen, no sabía que venias- ella no respondio- no sabes lo alegre que estoy de esta reunión familiar- se levanto para colocarse al lado de la mujer- porque no le dices algo a tu preciada hija Sara- Rayen que asombro.

La mirada de ambas se encontró y las dos reflejaban tristeza, Rayen se quiso acercar pero muchos hombre aparecieron de la nada mientras que las puertas a sus espaldas se cerraba, sabia que podía acabar esto enseguida pero temía que podía lastimar a su madre o a Alexia, se sentía tan impotente en esa situación.

-¿Que quiere?- hablo la joven por primera vez.

-Como lo puedo decir en palabras que lo entiendas- lo pensó- a todos ustedes muertos- muchas armas apuntaron a sus cuerpos.

-Debe haber algo mas que quieras- esperaba encontrar alguna solución por el bien de todos.

-¿Que tal si hacemos un trato?- su sonrisa se agrandaba cada vez mas- dejo que ellos dos se vayan y tu tienes que quedarte aquí conmigo- Rayen sabia que había algo extraño detrás de eso.

-No hay trato- hablo Sara- déjalos ir y yo me quedare en su lugar- suplico.

-Tu ya no me sirves pero tu hija si- agarro su rostro.

-Acepto, solo dejalos ir- Alexia miro a su hermana, iba a levantarse pero ella leyó sus movimiento y negó con la cabeza.

Cicatrices del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora