Sus dedos se deslizaron entre los cordones para sujetarlos y jalarlos con fuerza. Los patines se ciñeron entorno a su píe y una vez estuvo seguro lo anudó. Era un proceso que había hecho tantas veces en su vida que realmente no estaba prestando atención a ello, era algo mecánico, tan natural como respirar.
Una vez estuvo listo caminó hasta la pista, y en el momento en que las cuchillas se deslizaron por el frío hielo es que Yuzuru se sintió con más calma. Estaba siendo supervisado por la mirada de Brian, lo sabía, pero eso no significaba ninguna clase de presión para él. Al contrario, luego de haber calentado con un par de movimientos la música de Prince sonó y empezó a realizar su programa corto.
Eran movimientos fuertes, certeros, Yuzuru se sentía seguro y creía que eso desprendía sensualidad en cada uno de los pasos que iba ejecutando. Su primer salto había tenido una recepción impecable, sin rastro de duda ni mucho menos la caída que había demostrado en su última presentación, haciendo que terminara con una pose soberbia en confianza.
Respiró algunos segundos cansado y con lentitud desarmó su postura para acercarse a su entrenador. Recibiendo aquellos pañuelos que había sacado de su Winnie Poh.
-Por hoy toma las prácticas con tranquilidad, Yuzu. Tienes el programa corto seguro, así que intenta no exigirle de más a tu espalda. ¿Está bien?- aunque había utilizado un tono ameno y sonaba como una sugerencia, el menor sabía que no lo era. –Quiero que estés al cien por ciento concentrado.-
Con aquellas palabras concluyó y palmeó con suavidad la espalda del joven japonés. Yuzuru asintió con determinación y con un movimiento se deslizó de nuevo al centro de la pista.
No podía negar que se encontraba preocupado. Había tenido un buen desempeño en el torneo NHK y había superado con facilidad la barrera de los cien puntos en su programa corto, pero sentía que no era suficiente. En unos días se desarrollaría la final de la Grand Prix en una hermosa ciudad de Francia, y siendo el actual defensor del título sentía su pecho comprimirse en nervios.
Por eso mismo había optado por hacer aquel largo viaje hacía Canadá. Aquel sitio le tranquilizaba, aunque significara que en pocos días debía abordar otro avión hacía el país europeo. Escuchar a Brian Orser y deslizarse por esa vieja pista conocida le había servido más que cualquier entrenamiento riguroso que pudiera tener en Japón. Llegaba a perder cualquier noción del tiempo, tan sólo disfrutando de saltar y girar sobre la fría superficie, dejando que su piel sintiera la agradable sensación fresca contra sus brazos descubiertos.
No midió los minutos en los cuales se mantuvo allí, tan sólo escuchando las indicaciones de su entrenador mientras que recorría toda la pista de hielo. Tan sólo se dejó guiar hasta que Brian le hubiera exigido un descanso, terminando su rutina para salir sin apuro. Limpiando su rostro ligeramente perlado por el sudor con los pañuelos, colocó los protectores sobre las afiladas cuchillas y abrazó su muñeco preferido.
-¿Tú también crees que si me relajo podré hacer todo sin errores?- le preguntó a su fiel compañero, acariciando con su mano cubierta por los guantes la cabeza del oso, mientras se terminaba por sentar en uno de los bancos.
Brian no podía evitar mirarlo de reojo y sentir ternura por su pupilo, porque a pesar de que ambos eran conscientes del gran potencial que cargaba, Yuzuru seguía siendo un niño que se frustraba cuando fallaba. Era un niño que le gustaba cuidar a pesar de la distancia que mantenían cuando él se encontraba en Japón. Por ello, cuando notó que Javier había ingresado por una de las puertas compartió una pequeña sonrisa con él y tomó sus papeles en total silencio.
-Descansa, toma una ducha y ve por mi oficina, Yuzu. Quiero darte algunos detalles de tus pasajes a Francia.-
-Hai~-
![](https://img.wattpad.com/cover/90868560-288-k523247.jpg)
ESTÁS LEYENDO
History Maker
RomanceJavier Fernández tenía muchas cosas en las cuales pensar, las competencias y exposiciones de fin de año lo tenían constantemente ocupado. Pero cuando se encontró con su amigo, Yuzuru Hanyu, el recuerdo de aquel anime de patinaje que había visto le v...