Cuando pierdes algo que amas o que a sido lo mejor que te ha paso en toda tu vida... Sí, es horrible. No sabría como expresar eso, solo así. Algo horrible.
Es como decirle adiós ha algo que te apasiona, un sueño... Una meta. Pero aún así, es muy distinto como perder a alguien importante. Porque la superas, no la logras olvidar... Y eso es frustrante a veces, porque no lo quieres recordar. Pero aún así, puedes hacer todas tus cosas. Tus sueños, metas, trabajos, vida... Pero eso no quiere decir que es fácil de superar, cuesta. Y mucho.
Pero es lo que me toco ahora, es lo que tengo que hacer ahora.
-¿Qué harás?- lo escucho decir. Y en realidad... Hace ya diez minutos que estoy ida en mis pensamientos, las lágrimas ya pararon. No queda nada más.
-Nada...- le contesto sin emoción - Y realmente... No tengo nada que hacer.- le termino de decir levantando levemente los hombros.
Ahora me encuentro sentada en el pasto apoyada en un árbol.
Apoyo mi cabeza en el tronco, cierro la ojos y me quedo ahí tratando de encontrar paz. Siento como él se remueve, abro los ojos y veo que esta parado al frente mio.
-¿Qué pasa?- le pregunto algo confundida por la acción que hizo.
-Ven, acompañame.- dice y estira su mano para que yo la coja.
Me quedo viendo su mano, no creo que sea buena idea. Pero... ¿a donde me querrá llevar? Le tomo la mano y con impulso de mis piernas me pongo de pie en segundos.
Él camina y yo lo sigo. Llegamos donde estaciono el auto, un deportivo blanco. Bastante bonito para que sea blanco...
Entramos al auto y no puedo evitar subir los pies al asiento. Siempre hago eso... Pero no sé si ahora deba. Bajo los pies avergonzada, no creo que sea lo mismo que antes.
Él ve lo que hice y me sonríe para después decir: -No te preocupes, estoy muy acostumbrado a tú pequeña maña.-
No le contesto, pero vuelvo a poner los pies en el asiento.
Veo como salimos del centro, ahora nos encontramos en una carretera solitaria. Miro el alrededor y lo noto conocido...
Entonces me doy cuenta de donde estamos, y no puedo evitar que un montón de recuerdos me invadan.
-¿Crees en el amor a primera vista?- lo escucho decir. Lo miro y no puedo evitar sonreír.
Nos encontramos sentados en medio de la calle, una carretera muy solitaria. Se encuentra cerca de un bosque, nuestro lugar secreto... Y es chistoso porque es donde pasan los autos, pero es muy tranquilo.
-Creo... Que sí.- le contesto y miro el cielo estrellado. Algo muy relajante.- ¿por qué lo preguntas?- lo miro confundida.