Spin off Maicon

135 8 2
                                    

La música que reproducía el equipo se oía a pesar de estar a unos metros de mi hogar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La música que reproducía el equipo se oía a pesar de estar a unos metros de mi hogar. La acera se sentía cálida aun por el caluroso día que nos había acompañado, provocando que el sudor se mantenga bajo mi camiseta favorita. Pero gracias al anochecer el viento nos refrescaba, haciendo más amena la compañía de amigos. Una pelota rebotaba en mis pies, era mi turno de hacer algunos trucos que Tessa siempre me elogiaba.

Ella me observaba con detenimiento, enseñando un brillo en sus ojos ámbar por la emoción de ver la pelota brincar una y otra vez en mi pie derecho. Le encantaba que lo hiciera, y juntos contábamos la cantidad posible que conseguía, aunque nunca pasábamos de los seis. Detuve la pelota bajo mi pie incorporado una pose ganadora y con una gran sonrisa le pregunté si quería intentarlo. Ensanchó su sonrisa, acercándose tomó la pelota apresurada por comenzar, siguiendo mis instrucciones a mi lado.

Tessa era terrible haciéndolo, pero sus intentos fallidos no impedían ver su felicidad al intentarlo. No borraba su expresión, sujetando mi mano para no perder el equilibrio algunas veces.

Mi madre tenía unas horas más haciendo las compras de último momento en el mercado que teníamos a unas cuadras de casa, como había hecho cada año un día antes de mi cumpleaños. Si no era la vela eran las bebidas, pero al fin y al cabo intentaba hacer lo posible para que sea un día especial para mí. Planeaba preparar un pastel para que compartamos en nuestro jardín, y por más pequeño que suene no podía esperar más por despertar y saber que tendría por fin trece años.

—¿Así tengo que hacer? —preguntó Tessa concentrada en los movimientos de su pie, golpeando una y otra vez la pelota amarilla para que pueda brincar.

Reí al ver lo torpe que se veía, sacudí sus rizos negros y quitando la pelota le di pasos que según yo eran los necesarios para lograrlo. Aunque no había mucha ciencia ella oía cada una de mis palabras, bufando y quejándose en cada movimiento.

—Eres pésima —murmuré soltando una carcajada que la había hecho sonrojar. Apreté mi estómago sin aguantar más la risa, siendo empujado por ella para que pare.

—Enséñame de nuevo, vamos Maicon, no seas así. No te burles de mí —suplicó empujándome una vez más— Sabes que odio cuando lo haces.

La voz de mi madre sonó y dándome vuelta en el lugar pude ver cómo se acercaba a a nosotros con una bolsa en sus manos. Ambos corrimos a ayudarla, Tessa sosteniendo mi pelota y yo agarrando la bolsa que mi madre cargó todo el camino.

—¿Qué hacían, niños? —musitó mi madre acariciando nuestras cabezas, con la suavidad de su voz agradeciéndonos por ayudarla.

No había parado en todo el día cocinando y limpiando para que quedara perfecto. Incluso el pastel, que había hecho de chocolate ya que era mi sabor favorito.
Llegamos a la puerta principal y mi madre decidió tomar las cosas de mis manos, despidiéndose de Tessa y apresurándome para que me bañe y cene.

—¿Vendrás mañana? —susurré algo nervioso, jugueteando con el borde de mi camiseta. Ella tendió la pelota con la que habíamos pasado la tarde, y acercándose dejó un pequeño beso en mi mejilla.

—¿Cómo crees que me perdería tu cumpleaños? Claro que sí, estoy ansiosa por probar el pastel. ¡Adiós Malcon! —gritó corriendo en dirección a su casa, levantando su mano para saludarme en el camino.

—¡Adiós, Tessa!

Capítulo especial, hecho por Ioidach

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo especial, hecho por Ioidach. Todos los derechos para ella. <3 

El pecado Número XIIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora