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"Cayó la primera, luego una segunda seguidas de muchas más, caían fuerte sobre mi, y yo no tenía escapatorias, no podía hacer nada salvo permitir que cayeran sobre mi, el cielo me acompañaba con su tenue color gris, y la brisa fría me acariciaba haciendo que se me herizara la piel, recuerdo que sentí desesperación y ganas de llegar a mi destino de una vez por todas, pero el tiempo no hizo nada para ayudarme, los minutos se hicieron horas, y yo no sabía que hacer, en ese momento pensé en todo, en mi vida, en las personas que amo y llegué a la conclusión que al final siempre estaremos solos, porque yo en ese momento así me encontraba sólo y perdido.
Había perdido la noción de quien era y simplemente estaba desorientado y confundido hasta que no resistí más y caí, e inevitablemente lo hice ahí mismo en medio de la lluvia, mientras me desmoronaba en pedazos, ahí en ese mismo lugar, rompí en llanto hasta el punto de poder escuchar mis propios sollozos y la razón la única razón era aquella tristeza que sentía calcomiendo mi ser y deborando cada centímetro de mi alma y esa tristeza tenía nombre, la causante del dolor que sentía mi alma, sin lugar a dudas todo era culpa de la soledad todo aquello fue provocado porque me sentía inútilmente sólo, y seguí ahí tumbado en el suelo mientras mis lágrimas se confundían con las gotas de lluvia que caían sobre mi rostro. Mi ropa estaba mugrienta y yo estaba hecho un desatre pero a pesar de todo me sentía libre, y un poco mejor conmigo mismo, la lluvia empezaba a cesar y ahí justo en ese nomento me dí cuenta que así es la vida llena de sorpresas, y que solo nosotros decidimos que grado nos afectará, miré al cielo y le agradecí al mundo a la vida, a Dios, le agradecí a todo y sinceramente no sé porque solo sé que después de ese día no fuí el mismo y Aprendí:
Que a pesar de todo la vida sigue, que el tiempo no se detiene, que las oportunidades son escasas y que no siempre todo marchará bien pero a pesar de todo, sólo de ti dependerá ser feliz".
Lady Adames.
