CAPÍTULO V

3 0 0
                                        

Los  miércoles son de descanso para Celeste y por ello suelo solo bailar, me convierto en una más del montón no tan literal pero es así, no tengo que hacer  más nada solo eso y dejar que uno que otro puerco me toque un poco. El panorama es abierto y sirve para cazar al siguiente, aun con el riesgo que al día siguiente no vuelva,  ya esta por llegar mi turno para entrar al escenario, coloco mi antifaz  y entro al ritmo que las demás guiadas por la música.

Es él otra vez, ¿qué hace aquí? digo por dentro mientras sigo con el show, la ropa empieza a sobrar y las chicas se van desprendiendo de ella, los bullicios se hacen cada vez más   intensos mientras piden a la Emperatriz hacer lo mismo, mi nombre suena y él se da cuenta que soy yo a la que aclaman, por suerte hoy Celeste no viene o yo estaría en serios problemas.

Mi ropa empieza a caer dejando sólo el bra y tanga, ellos comienza a acercarse y salgo antes de que el Teniente vea el caos, camino a mi camerino y él viene detrás de mi puedo reconocer su perfume; me detengo para que él pueda oírme y digo: sigue me y cierra la puerta, harás lo que te diga sin importar lo que pase y hací lo hizo.¿Que haces aquí? creí que fui muy clara en eso... Tú no puedes prohibir me regresar.

No entiendes nada si él o ella te ven aquí te ira muy mal y a mí también, ¿quien es él, quién es ella? pregunto un poco asustado más por él que por mí puedo notarlo por su frialdad. A ella la conoces, por suerte no esta aquí pero él sí, por favor vete.

Ahora vas a decirme que te preocupa lo que me haga ese tipo, no seas hipócrita, si tal vez lo que te pase a ti me tenga sin cuidado, pero lo que pueda hacerme a mí, no lo creo.

Si te vas prometo verte en otro lado, da me tu número y yo te contactó, como creerte mejor da me el tuyo y yo te marco así sera más seguro, no entiendes, no puedes marcarme a cualquier hora, prometo hacerlo confía en mi, si no lo hago en veinticuatro horas vienes de nuevo o
Okey. Por suerte logre convencerlo  antes de que el Teniente lo viera salir de aquí.

Hola mi querida y fina prosti... interrumpí lo ultimo, ¿qué quiere aquí? no he roto ninguna clausula de tu estúpido contrato, se que no falta mucho y esta vez  si que voy a gozarlo. Solo vine a decirte que mañana no vendrás, tienes el día para ti... igual sabes que alguien estará contigo para que no hagas ninguna tontería, dijo jalando de no brazo para darme un beso.

Llegue a lo que suelen unos llamar casa y me dirigí a mí habitación no quiero encontrarme con alguien desagradable, aproveche el momento para tomar mi celular y marcar el número de la tarjeta.

-Soy Emperatriz, suelo cumplir con lo que prometo. Dije haciéndole énfasis en lo último.

-Es un gusto saber que alguien como...perdón, no debí...

-Soy un idiota, un silencio entro a la charla. okey, dime cuando y donde.

-Mañana a las doce, en un lugar discreto y sin mucha gente.

-Tengo un departamento, ¿sí quieres?

-Manda me la dirección a este número y antes de que dijera algo más colgué.

Al instante recibí el recado, grabe la dirección en mi mente y lo borre para que no hubiese ninguna evidencia del encuentro, tendré que salir muy temprano para así despistar a la guardia que me acompañaría hasta el lugar mas intimo, tendré que idear que diré cuando se de cuenta y no me encuentre, por lo menos no antes de mi charla con ese galán; debo admitir que Robert es bastante guapo, pero no saldría con alguien como yo... yo no lo haría dije para mi.

Los nervios comenzaron a hacer notar mientras los minutos pasaban, no quería que nadie lo notará, pero es obvio que varios se darán cuenta; para mi es como mi primera cita no se que es lo adecuado llevar, ah tampoco se que debo decir y mucho menos que esperar de él, a decir verdad es un total desconocido y sus intenciones hacia conmigo no las conozco. Comencé a asustarme el hecho de que fuera hacerme daño, que por un momento pensé en no llegar, pero las ganas de volverlo a ver eran aun más grande que el miedo y la curiosidad por saber lo que tenía que decir no me harían esperar por otro encuentro. Minutos después caí un un sueño profundo...

El despertador sonó y el vapor del agua se adentraba para un baño profundo y relajante, mi atuendo esta listo así que enrolle una toalla en mi cuerpo y otra en el cabello. Puse ropa adecuada para la ocasión, quise ir lo más natural.

Baje por la escalera de servicio por suerte aun no llegaba él tipo, así que puede tomar mi auto y salir de ahí sin ningún problema.

La dirección a la que me dirigía no estaba lejos y la hora para el encuentro estaba lejos, una cafetería ahí me hizo detener. Tome un rico capuchino y una rebanada de pan, el tiempo justo, pedí la cuenta y salí de la cafetería.

En instantes me encontraba en el estacionamiento y lo que comenzaba a sentir me ponía mal, pareciera que fuera mi primer cita con un chico y aunque lo era de cierta manera, no quería hacerlo notar.

Marque el número en espera que ya se encontrará aquí...

-Bueno escuche al otro lado.
-Estoy abajo dije en susurro, tratando que no oyera.
-Piso cinco departamento cincuenta, dijo y antes de poder responder colgó.

Que tipo? pretende que suba sola, insolente pensé y camine hacia el elevador. Me encontraba frente a la puerta color madera con el número que dijo, y toque el timbre.

Al instante atendió y entré, los nervios no podrían ganar así que solo salude con un hola, adelante toma asiento dijo educado indicando el camino... Quieres algo de beber pregunto.

Estoy bien gracias, solo di lo que quieres y me iré dije haciéndome notar algo apurada.

Okey asistió, ¿Porqué me dijiste esa noche que no podía regresar? Y a qué te refieres cuando dices que no entiendo lo que pueden hacernos, pregunto intrigado y ansioso de saber todo, lo podía ver. Y finalmente dijo ¿Por qué ocultarte tras un antifaz?

Tome aire y un bufido apareció amm... no es tan fácil.
-Lo entenderé dijo mientras una de sus manos levantaba de mi mentón para verle.

Fina ProstitutaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora