No sé si te lo he dicho, pero te lo repetiré, que antes que vivir prefiero morir unas cien veces. Te dejo que me envenenes una y otra vez con tus dulces mentiras, y que me acuchilles con tus labios cortantes. Te voy a suplicar, de rodillas, que me dejes sangrar y te olvides de mi nombre. Porque morir así, me hace más feliz que vivir con tus verdades.
Quiero ver como sonríes antes de enterrarme y como rehaces tu vida con alguien sin decir de mí a nadie. Cuando tus hijos te pregunten si alguna vez hubo alguien, aparta la mirada y dales una respuesta cortante. Y cuando estés en tu lecho de muerte quiero que imagines mi cara por última vez, y que llores por como viviste después de dejarme.Dedicado a: Mateo Méndez.
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Confesiones de una poeta
PoesíaEsta obra y "Un poema de amor para cada día" van prácticamente unidas y probablemente vaya alternando sus actualizaciones. Simplemente las separo porque la otra obra es para poemas y esta es prosa poética o poemas en prosa, un híbrido que realmente...