Un extraño amor; Sekaiichi Hatsukoi [Chiaki×Hatori]

Una mirada, y el aliento se agota.

Capitulo 2.- Una mirada, y el  aliento se agota.

Mi aliento se iba acortando, el respirar era difícil.

Mi pecho duele, y creo que en cualquier momento podría llorar.

Había aceptado, la fecha de mi muerte había sido puesta.

No debí ser tan estúpido.

Sentí esos fuertes brazos sobre mis hombros, pertenecían a aquellos hombres que hace unos segundos me veían con odio y seriedad, ahora sonreían como si estuvieran recibiendo a un nuevo integrante a la familia, como si fuera su mejor amigo. ¿Por qué debía pasar esto?

— ¡Eso es hombrecito! Llegue a pensar que hoy tu cuerpo se llenaría de plomo—Bromeo emocionado uno de los hombres, golpeando levemente mi pecho.

—Sé exactamente a que te refieres, Marcus. Hubiera sido una pena desfigurar este lindo rostro—Pronuncio el otro, tomando mi cara mientras una sonrisa se cruzaba por la suya. ¿Qué demonios?

—Ustedes dos, ya basta. Dejen de asustarlo—El hombre de cabellos castaños intervino. Tomando el cuello de mi camisa, para así poder jalarlo y zafarme de ambos gorilas. Mi cuerpo se congelo. —No sé como llegaste aquí, pero será mejor que no cometas ningún error—pronuncio a centímetros de mi, sintiendo su respiración chocar con mi nariz. No soy capaz de respirar. —o morirás—Agrego, al momento de soltar mi camisa.

El castaño de orbes color celestes, es difícil explicar el nerviosismo que me causa su mirar.

— ¡Oh vamos, Hatori! Nos dices a nosotros que no podemos asustarlo, pero tú lo dejas como estatua ¿y eso está bien? —Logra escuchar sus quejas a lo lejos. Solo soy capaz de ver, al chico oji-azul alejarse por el pasillo, ignorando las quejas de los sujetos, haciendo un ademan con su mano al escuchar su nombre.

"Hatori"

Es un extraño sentimiento.

—Perfecto. Ahora todo está arreglado—Volví a la realidad. Llego junto a mí, aplaudiendo una vez mostrando la satisfacción en su rostro. Realmente, sigo sin poder creerlo.

— ¿Arreglado? Yuu, ¿Cómo pudiste hacerme esto?—No lo entiendo. El se suponía que era mi amigo, y justamente en la persona que puedo confiar, me traiciona. —Creí que éramos amigos.

—Chiaki, no te equivoques. Si lo hice, fue porque somos amigos—Dejo salir, viéndome con seriedad, controlando cada una de sus palabras. Soy capaz de verlo, sin embargo...

— ¿Cómo esto podría ser por amistad? Tú mejor que nadie sabe lo que he luchado por hacer las cosas bien—No puedo entenderlo, y aunque debería estar realmente molesto por todo esto, una parte de mi sigue viéndolo como el salvavidas que me ayudara a sobre llevar esta situación.

—Te di una oportunidad. Trabajando aquí tendrán una mejor vida, si no quieres verlo es tu problema. Pero, no creas que te dejare fallar.

Simples palabras que podrían significar mucho, simples palabras que podrían salvar mi vida, simples palabras que, se las podría llevar el viento.

Sé que estoy en problemas, y no habrá manera de salir de esto sin perjudicar a Yuki. Debo hacerlo por ella, y evitar que se vea envuelta en una situación como esta. Tengo que hacerlo por mamá, y no olvidar la diferencia.

Una oportunidad, y no dejare que me arrastre.

—Gracias—Logre pronunciar. Terminando con su seria expresión, regresando esa sonrisa que me hacia recordar a mi mejor amigo.

Ahora solo existirá un objetivo.

No fallar.

—Bien, ¡Ahora que las mujercitas se contentaron...! ¡Vayamos con el jefe!—Anuncio con alegría uno de los hombres. Por un momento los había olvidado, solo por un instante creí que la pesadilla terminaba.

Me equivoque.

Continuara...

Gracias por leer♥