4. La mujer de la bufanda de terciopelo

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-El que quieres hacer querida ?- pregunto con un tono de voz amable y preocupado a la vez.

-Despedirme de mis padres- dije.

-Claro, aquí te espero- Dijo con voz comprensiva.

No me habría quedado tranquila sabiendo que no les había dado una pequeña despedido a mis padres. Fui caminando a paso lento hacia donde se encontraban los cuerpos sin vida de mis parientes.

A medida que me iba acercando, sentí como mis pies se volvían más pesados que nunca, sentía como me costaba mucho más mantenerme en pie.

Me estaba costando la misma vida esquivar los escombros y piedras que yacían en el suelo.

Finalmente llegue a mi destino, ahí se encontraban en el mismo sitio Hans y Rose.

Me arrodille entre el espacio que quedaba entre ellos, les cogí a ambos de las manos, las tenían frías y ásperas. Al mirarle a la cara a ambos vi sus rostros sin expresión, sin vida. Al recordar los mejores momentos que habíamos pasado, empecé a llorar silenciosamente.

Al mirar hacia mi derecha vi en el suelo dos flores preciosas, al parecer a esas pequeñas plantas no les había llegado los desastrosos efectos del bombardeo.

Alargue mi brazo derecho hacia las flores blancas como la nieve y las arranque con cuidado.

Cogí las manos de mis padres, las abrí para depositar cuidadosamente las flores en ambas palmas, al hacerlo, entrelace la mano de mi padre y mi madre encerrando las flores. No me quiero despedir de ellos ahora porque lo quiero hacer mas tranquila y con mas tiempo, un soldado me dijo que a todas las víctimas del bombardeo las llevarían al cementerio de las afueras Freie Seelen ( Almas Libres ).

-Adiós padres, gracias por todo. Os amo – Dije, me di la vuelta y me fui.

Ilsa me estaba esperando todavía en su coche para ir de camino al hospital, fui hacia el coche abrí la puerta y me metí dentro.

Ilsa al verme me sonrió, yo lo intente pero no pude, tenía la cara en una mueca de llanto, con el ceño fruncido. Ilsa no me pidió explicaciones de lo sucedido, la verdad es que no me sentía capacitada para hablar ahora y mucho menos sobre eso.

Al arrancar el coche e ir avanzando, veía por la ventanilla a muchas  personas en el suelo, conscientes e intentando ayudar a los demás.Era un paisaje deprimente, aunque no tenía la ventanilla del coche bajada, escuchaba los gritos de las personas pidiendo auxilio o incluso gritos de dolor.

Al fin, llegamos al  Krankenhaus Gerttrudii (Hospital Gerttrudii ). Salimos del coche y entramos corriendo al hospital, nunca había visto algo así.

Mujeres, hombres, y niños atestaban la recepción y pasillos del hospital, los médicos y enfermeros no daban más de si.Se les veía estresados y aterrados sabiendo que todavía no habían llegado ni más de la mitad de lo que les esperaba.

Ilsa y yo corrimos literalmente hacia la enfermera que había en recepción rodeada de cuatro personas de diferentes edades,todos le hablaban a la vez a la enfermera a la vez, la pobre se le notaba estresada.

Silencio !!- Grito la enfermera, ya harta de no poder entender a nadie- Haber, necesito que me expliquen lo que necesitan UNO a uno por favor- Dijo haciendo énfasis en uno.

Y así fueron pasando uno a uno pidiéndole explicaciones a  la enfermera sobre el paradero de sus parientes hasta que nos llego nuestro turno.

Vale, necesito que me digan el nombre de la persona que reside en este centro.- Dijo la enfermera.

Se llama Rudy, Rudy Steiner.- Dije, la enfermera reviso unos cuantos papeles y al final dijo.

2ª planta, pasillo a la izquierda, nº 8.

Muchas gracias- Le dijimos, y salimos en busca de Rudy, quería tenerlo a mi lado, saber que estaba conmigo.

.....

Llegamos a la 2ª planta, pero antes de torcer a la izquierda, vi como una mujer con una bufanda de terciopelo azul llevaba a un niño de nueve u ocho años en brazos muy herido, mientras que la madre gritaba ayuda.

Era una mujer cercana a los 32 años, de pelo moreno y rizado hasta los hombros, con la tez pálida y de ojos muy azules, pero debido al momento en el que nos encontrábamos los tenía muy rojos por haber llorado tanto. El hijo era todo lo contrario, era un poco más moreno ojos marrones intensos y el pelo negro, me recuerda un poco a Max, era judío. La mujer no paraba de ir de un lado para otro pidiendo ayuda, hasta que salió un médico y la metió dentro del cuarto del que salio.

Al fin nos dirigimos hacia el nº 8 donde se encontraba Rudy. Llegamos a la puerta y al entrar.... 

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Holaaa espero que os este gustando la historia comentad si queréis saber algo

( Por cierto, ya los capítulos son mas largos siiiii ! jajaja )



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