5

74 11 2
                                    

Estaba helado afuera pero aún así no quería volver al hotel, me había alejado unos metros de él y me aseguré de que no haya nadie cerca y empecé a cantar.

-Después de escuchar tu voz a todos los horarios del día creo que al mediodía suena más linda -rió, yo me giré y vi a Amy, una completamente diferente a la que había visto hace unos minutos en su cuarto.

-¿Estás mejor?

-Mucho mejor-me sonrió- Gracias.

-No tenés que agradecer...-me cortó.

-Lo que dijiste arriba, ¿era verdad?-la miré extrañado, no sabía a qué se refería- Dijiste que me amabas.

-Sí, es verdad. Te amo desde siempre, sólo que ahora me doy cuenta de que todo el tiempo fue así.

-Yo... no sé qué decir -sonrió apenada.

-Está bien, no hace falta que digas nada -me alejé unos metros y ella me siguió.

-¿Te acuerdas cuando teníamos trece y me llevaste a un bar en Pickering?, me dijiste que todos nuestros amigos iban a ir y cuando llegamos, el lugar estaba vacío -ríe y yo también al recordarlo.

-Te había mentido, quería que estuvieramos solos.

-Lo sé, me di cuenta cuando quisiste que nos sentemos en una mesa para dos -dejó de hablar un momento- Me gustó que me hayas llevado ahí, aunque los waffles que pedimos hayan sido un asco -reímos.

Nos quedamos en silencio y aproveché para mirarla, tenía la nariz roja por el frío y me di cuenta de que sus pecas resaltaban más con la luz del día.

Sin saber qué es lo que estaba haciendo, tomé una de sus manos y la entrelacé con la mia.

Ella me observó por un momento y luego acarició mi mano. Yo sólo sonreí.

-No me había dado cuenta de cuánto te había extrañado, no sé cómo es que hice para aguantar sin ti todo este tiempo -confesé y me miró fijamente.

-Te quiero Shawn -me abrazó.

Así nos quedamos por un rato, hasta que entramos nuevamente al hotel.

Fui con Aaliyah.

-¿Qué pasa pequeña? -una sonrisa apareció en su cara cuando me senté junto a ella.

-Nada, sólo estoy aburrida -se acerca más hasta mi- Ya la besaste, ¿no?

Por alguna razón me puse nervioso, no entendía cómo es que ella lo sabía.

-Eh...yo... Bueno, sí. Nos besamos, pero no creo que haya significado algo para ella, así que olvidalo.

-Shawn, ella me lo contó.

-¿Qué?

-Antes de salir afuera ella me contó, ¿por qué crees que te encontró tan rápido?, yo le dije.

Todo estaba confuso en mi mente, no entendía a Amy y tampoco sabía qué era lo que yo quería; por muy loco que suene, a veces sentía que había nacido para estar con ella pero no podía decírselo todavía.

(...)

La tarde pasó muy rápido al igual que los días, ya se acercaba la noche buena.

-¿Qué haces? -me preguntó Amy al verme sentado en el sillón de la enorme sala.

-Solamente pensaba -le hago un lugar para que se siente a mi lado.

-¿En qué?... si se puede saber.

En lo bien que nos veríamos tú y yo juntos, pensé.

-En nada -hizo una mueca con sus labios y agarró mis manos.

Jugaba con mis dedos como si fuera una niña pequeña mientras reía, hasta que aparté mis manos y su mirada chocó con la mía.

-Lo siento, es sólo que... muero de ganas de hacer esto -dije rápido y la besé. Está vez no se corrió y siguió el beso, que se convirtió en dos y luego en tres.

Entrelazamos nuestras manos y así nos quedamos hasta que la cena estuvo lista.

Gracias al Invierno ↭ s.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora