♥Capítulo 4♥

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•No te necesite, no te necesito ni te necesitaré•

Ella sabia lo que se le venia tras la puerta. Ya no era sorpresa ni fácil de ocultar.

La mascara de familia feliz se estaba agotando con los Fergunson.

Respiro hondo ante de tomar la manija de la puerta. *Mierda, mierda, mierda* se demandaba internamente.

-¡Ya! ¡Ya me canse!- gritaba la voz de su madre dentro del recinto. Sin mas hacer abrio la puerta.

Su madre con el labio partido y saliendo sangre de el se encontraba en la sala de su casa. Su padre tomandose de sus cabellos rizados se retorcia en el sofa.

-¡Me largo ahora mismo Robert! ¡Me harte de ti! -gritaba su madre.

-¡¿Y crees que yo no?!- se levanto de golpe su padre- ¡No haces nada! ¡Jamás!

-¡¿Qué no hago nada?! ¡Mira tu puta casa! ¡¿Crees que se mantiene sola?! ¡Desde que te largaste nada esta distinto!- la chica solo miraba la discusión desde el marco de la puerta. Sin expresión, y sin rastro de preocupación.

Aclaro su garganta para ver si, al menos asi, notaras su presencia.

-Louise, ve a tu habitación- protestó su padre con su nombre completo. Como la llamaba cuando no estaba de humor.

-No era necesario que me lo dijeras, si otras van hacer sus mierdas. Y tu- miro a su mamá- Después estaras llorando como magdalena, larguense de aqui ahora- dijo y subió a su habitación. 

Y tras un azoton de puerta se tiro a la cama. La idea de que Harry se llevó su mochila acababa de pasar su mente y suspiro frustrada rodando los ojos. Estaba algo harta de ser siempre tan olvidadiza.

Saco su móvil. Entro a WhatsApp y mito un grupo de "Deberes escolares" donde todos sus compañeros de grupo estaban inscritos. Busco el nombre de Harry, el cual estaba como "Hazzita S."  con algunos corazones alrededor y rodó los ojos llamando al numero que marcaba.

Después de 3 timbres el rizado contesto.

-¿Halo?

-Edward, olvide mi mochila en tu auto. ¿Podrías traermela mañana? ¿Si? Bien, gracias. Adiós -  corto rápidamente evitando a toda costa que este escuchara los grito provenientes de la parte baja de su casa.

Se recostó boca abajo. Cerro sus ojos con fuerza y se abrazo a su almohada en busca de algo de aliento fallido. Estaba harta.
Harta de ellos.
De su vida tan rutinaria y absurda.
Quería correr. Pero no podía.

Soltó un bífida y cerró sus ojos sin darse cuenta que había caído en un profundo sueño.

-Hija...- la voz tranquila de su madre le hablaba. Se escuchaba lejana. -Hey...- susurraba cerca de su oído. Lo que hacía cuando ella estaba descansando. Para no alterar su sueño.

-¿Ya se fue papá?- hablo con la voz ronca mientras seguía con la cabeza en la almohada.

-Ya.

-¿Entonces? ¿Por qué me despiertas?- susurro tratando de no hacer notar su fastidio.

-Hay un chico afuera. Te busca- ella abrió de pronto sus ojos.

-Ese idiota.

Se levantó de la cama ajustando sus pantalones y salió de su habitación maldiciendose mentalmente.
Abrió la puerta dejando ver la cara del rizado para lo cual rodó los ojos.

-Tu mochila princesa- sonrió coqueto el rizado tendiendo la mochila. - y como ni quería llegar con las manos vacias- sonríe y detrás de él saco una rosa roja. Ella suspiro pesadamente.

-Deberás que pesado eres. Soy lesbiana. Toma, tu si pareces una princesa así- Tomó la rosa poniéndola sobre la oreja del rizado. Tomo su mochila y después cerro la puerta de golpe.

Harry se quedó impactado. Pálido de la vergüenza. Una lesbiana... Por dios.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2015 ⏰

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