Capítulo 2: señor Tate.

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Cuando era niña, escuchaba a mis padres tener sexo en su habitación, no recuerdo a que edad comencé a ser consciente de lo que eran las relaciones sexuales pero siempre me llamo la atención, claro que no perdí mi virginidad a los 9, pero si a una edad razonablemente joven, a los 14 años.
Antes de que me juzguen por tener sexo a una edad tan temprana, piensen que si lo hubiera hecho a los 15 todos ustedes estarían menos paranoicos. Tengo que decir que el sexo es increíble, aunque por ser mujer me da miedo quedar embarazada me fascina como se siente cuando comienzan a tocar mi cuerpo y me masturban, sentir la respiran el olor de la piel, es fascinante y me encanta como se siente el contacto de piel y piel entre dos personas.
Me encantaría contar como fue que perdí mi virginidad a los 14 años, pero prefiero regresar un poco antes y hablar de como descubrí lo que era el deseo sexual y sobre seguramente las primeras veces que estuve mojada gracias al placer sexual.
No recuerdo la primera vez, pero tengo marcado un momento.
Yo crecí con primos y primas, normalmente eran mayores que yo, podría decirse que a los 6 años fue la primera vez que supe lo que era en sí el sexo.
Recuerdo que mi prima, la cual es mayor que yo por tres años y  a quien llamaremos Aline me hablo del tema, me dijo que pusiera mi vagina contra un peluche el cual era grande casi de mi tamaño y ella lo hacía también, recuerdo que fue la primera vez que sentí placer de hacer algo a esa temprana y encantadora edad.
Mi madre estaba lavando y justo donde estábamos había una ventana por donde ella pasaba y no queríamos que nos viera, bajabamos nuestros vestidos en cuanto escuchábamos que ella pasaba.
Después de esto, se repitió muchas veces tener relaciones, en ese tiempo era lo que creí que era, con el señor Tate. Ese fue el nombre que le dimos al oso de peluche, después de eso no pude parar, así que normalmente acostaba al peluche en la cama he imaginaba historias como que engañaba a mi esposo. Me desnudaba y comenzaba a moverme sobre el peluche de un lado a otro, imagino que muchas veces sentí placer aunque nunca llegue a un orgasmo.
Después de un tiempo, le enseñe esto a una de mis primas la cual tenía la misma edad a quien llamaremos B y empezamos a hacerlo juntas.
No tenía un límite, lo hacía con almohadas. Lo recuerdo perfectamente, me quitaba la ropa y jugaba que intentaban violarme. En alguna ocasión sentí tantas ganas de tener relaciones, que abrí las cortinas de la ventana que daba a la calle desnuda y esperé a que alguien volteara, me viera desnudo y eso ocasionará alguna clase de excitación.
Es extraño como una niña de apenas unos años de edad puede disfrutar tanto de un placer como éste.
Algún día, mientras jugaba con el señor Tate uno de mis vecinos nos vio. El cual considero era un pervertido, ya que ocasionalmente se asomaba a nuestra casa y sinceramente creo que veía como tenía "sexo" con mis osos de peluche.
De hecho, preferí mucho tiempo los osos de peluche enormes ya que me daba más la idea de que era un hombre mayor que me hacía suya.
Es curioso, que pensará en hombres pero así fue como llegue a mi primer orgasmo a la edad de 11 años.
Siempre fui una niña bastante cerrada, aunque siempre tuve ganas de resaltar bueno nunca me considere tan agradable como otras chicas, ni bonita. Aunque muchos decían que si, yo me consideraba fea.

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