Episodio 3. Lagrimas entre la lluvia.

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-¿Ya terminaste de bañarte, Sei?- dijo Axel mientras abría la puerta del baño a la mitad.

-Justo ya termine.-

-Te ves bien, bueno ponte tu abrigo y ya vámonos.- Sei comenzó a sonrojarse debido a la mirada fija con la que Axel lo veía.

-A ¿Dónde vamos a ir? Si se puede saber.- Sei se sentía incómodo, no conocía para nada a Axel, sin embargo ya habían hecho el amor anteriormente, pensaba y pensaba en cómo había sucedido todo y en cómo es que de un día a otro todo había cambiado.

-Primero quiero hablar contigo, mira yo casi no te conozco pero...-

-Ya sé a dónde va esto, seguramente quiera saber todo mi pasado, ¿verdad?- Sei frunció el ceño, tomo la mano de Axel y comenzó a caminar afuera de la habitación hacia la pequeña sala, ambos se sentaron en el sofá.

-¿Qué es lo que quieres saber de mi pasado?-

-Todo. Cuéntame todo sobre ti, ¿Dónde naciste? ¿Cómo es que llegaste hasta aquí? quiero saber ¿porque querías morir?-

-OK, entonces te contare todo acerca de mí. Pues para comenzar te diré que no sé dónde nací, lo único que se de mi origen, claro por lo que me conto una de las maestras del internado donde estuve, fue que mi madre murió cuando yo nací, y de mi padre no sé, quizás no soporto la perdida de mi madre y nos abandonó, o quizás mi padre la abandono cuando mi madre estaba embarazada, no se... siempre he pensado en eso y por más que mi cabeza da vueltas no logro responder a esa pregunta, ¿Qué fue de mi padre, o si está vivo, o quizás si alguna vez me amo? Viví la mayor parte de mi vida en un orfanato a las afueras de la ciudad, la verdad no me quejo del trato que tuve hay, porque siempre tuve un techo en mi cabeza y porque nunca me falto un pan o un alimento que llevarme a la boca. Inclusive cuando cumplí la mayoría de edad, la directora del orfanato a mí y otro de mis compañeros que nunca fuimos adoptados porque ya éramos muy grandes, nos consiguió un trabajo como cargadores en un almacén... cuando comencé a ganar dinero rente mi apartamento, sabes yo viví por 2 años solo, todas las mañanas antes de ir al trabajo compraba una rebanada de pastel, justo en la panadería que está a una cuadra de aquí, aquella que cerraron hace tiempo porque los dueños murieron... su pastel era tan deliciosos, cada que entrabas a esa pastelería era como entrar a tu hogar, era cálida y la gente que trabajaba hay siempre sonreía a los clientes, su pan siempre era del día, nunca del día anterior. Un día mientras estaba comprando pan y mi rebanada de pastel, la vi entrar, ella era muy bella... ella era cálida como la panadería, era como un tarde de primavera, no muy fría no muy caliente, ella era perfecta... ella comenzó a acercarse a mí, yo... -Revive el momento-

-Disculpa... me das permiso, quiero tomar una rebanada de pastel... ¿hoooola? Sei se encontraba completamente congelado, no sabía qué hacer ni cómo actuar en frente de aquella tan bella mujer, una mujer peculiar.

-ho...ho....hool...hola...mi...mi...mi...mi nombre es Sei.-

-¿Te encuentras bien? – Vuelve a la realidad-

Sei recordó el momento en el que conoció a Leila y como lo llevaron a un hospital porque se había desmayado intentando invitarla a salir, en sus ojos se dibujaban los recuerdos de aquella mujer, se dibujaba felicidad. En ese momento Axel lo abrazo muy fuerte mientras la susurraba al oído –Debió ser difícil para ti estar tan solo, tenerlo todo y después perderlo todo, pero yo no pienso ir a ningún lado, quiero estar a tu lado, ahora te toca ser protegido-

-Axel, te importaría si no seguimos hablando de esto, no quiero estar triste, ni mucho menos que tú lo estés.-

-Si además ya es tarde para ir a donde tenemos que ir... oh por cierto la portera estaba muy enojada buscándote en la mañana, casi tira tu puerta, jejeje sino fuera por ella quizás ahorita seguiríamos dormidos ambos.-

Mi joven amor inexperto (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora