Capítulo 1

326 3 1
                                    

Hay demasiada gente en el club. Intento abrirme paso entre la multitud, cuerpos sudorosos me empujan y se contonean al ritmo de la música. Me tiran sus bebidas por encima. Me miran, cómplices. Creen que me conocen. Pero no lo hacen. Me sonríen, insinuantes, invitándome en silencio. Bajo la mirada y continuo andando. La marea me devora, no me deja respirar, no tiene fin.

Una mano me sostiene el brazo. El corazón va a salírseme del pecho, me giro lentamente. Unos enormes ojos verdes me observan. Se crean hermosas figuras en su piel pálida cuando las luces de colores la encuentran en la oscuridad. Su cabello negro se ve revuelto, salvaje. Me dejo llevar, lejos de toda la gente, hasta que la música pierde su fuerza y se convierte en una melodía de fondo.

Sin soltarme el brazo subimos unas escaleras y nos dirigimos a un balcón privado, donde unos chicos juegan al billar. No. No unos chicos. Mis chicos.

Hugo y Andrés ganan 3-0

Nos dirigimos hacia un sofá al fondo y nos sentamos. Noel me pasa el brazo por el hombro.

-Gracias por sacarme de allí, enserio. –digo tímidamente. Me encanta lo cariñoso que es Noel, siempre sabe qué hacer para que me sienta cómoda.

-Te veía algo perdida ahí abajo.

Me acaricia la mejilla y me sonríe de oreja a oreja. Esa sonrisa que te hace olvidar. Olvidarlo todo. Incluso dónde estás.

A millones de quilómetros de casa. A veces no puedo evitar pensar en lo distinta que sería mi vida si jamás hubiera empezado a subir videos cantando a YouTube. Ahora mismo estaría en casa con mis padres, o en el instituto, como todas las chicas de 16 años. Y no tendría que comunicarme con mis amigas por Skype.

-¿En qué piensas? –Noel me saca de mis ensoñaciones mientras me acaricia el pelo.

-Oh, nada. Solo estaba pensando en cómo han cambiado nuestras vidas este último año.

-Dios, es increíble. ¿No lo es?

-Sí… -sonrío sin ganas. “Sí, es increíble, pero estoy cansada, cansada de todo. Cansada de no saber donde estoy. Cansada de que la gente sea falsa a mi alrededor. Cansada de que crean que me conocen”

-Aura, no te arrepientas ni por un segundo de nada ¿vale? Gracias a ti estamos viviendo este sueño increíble. Viajamos por todo el mundo con nuestros amigos, nos divertimos en el escenario y nos invitan a fiestas alucinantes, ¿qué puede haber mejor?

-Ver a mi familia, a mis amigas, vivir una vida normal, tener privacidad…

-Lo normal está sobrevalorado. –me coge ambas manos y me mira directamente a los ojos- Aura, sabes que nosotros solo somos un añadido. Puede que incluso un estorbo. Este es tu sueño. Siempre lo ha sido. Cantar tus canciones, ayudar a la gente, hacer que no se sientan solos. ¿Te arrepientes de eso?

Maldita sea. Siempre sabe que decir.

-No. –él sonríe, y yo, muy a mi pesar, sonrío. Porque no puedes no sonreír cuando Noel sonríe.

-¡EMPATE! ¡Menuda remontada tio! Aura, Noel, venid a presenciar nuestra victoria.

Noel y yo intercambiamos una mirada de complicidad y nos acercamos a la mesa.

Contra todo pronóstico Diego y Pablo habían conseguido empatar.

-A ver, lo cierto es que yo nunca he dudado de nuestra inminente superioridad –dice Pablo con esa sonrisa de lado que pone siempre que habla de sí mismo.

Es jodidamente guapo. Lo sé, y él también lo sabe. Mide por lo menos 1’82, y tiene unos músculos ligeramente marcados y bronceados que le encanta enseñar. Además de una sonrisa digna de un anuncio de pasta de dientes y unos grandes ojos castaños. Aun recuerdo cuando tenía una melena rizada que prácticamente le llegaba hasta los hombros, que ahora ha sido sustituida por un tupé que tarda media hora en peinar cada mañana. Es lo que tiene conocerlos a todos desde educación infantil, no puedo evitar verlos como los niños de antaño. Además Pablo es nuestro guitarrista y segunda voz, sumado a su físico de estrella de cine, tiene a las fans absolutamente locas por él.

Rolling like a Rolling Stone (5SOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora