[PAUSADA] Corazón de Piedra *TaeJin - VJin*

Capítulo IV

"Como estatuas impasibles ante el derrumbe de los sueños la imposibilidad de las sendas trazadas.

Como estatuas que ven pasar la vida por delante y no logran siquiera seguirla con los ojos.

Como estatuas que contemplan impotentes el avance de las nubes la erosión del tiempo.

Como estatuas ante el desfile de los cuerpos sin poder extender las manos y acariciar la piel.

Así permanecemos... Como estatuas.

Como estatuas yacentes que solo esperan ser arropadas y cubiertas para siempre por el lento polvo de los días."

-Juan

Hay veces en las que vienes a mí en sueños. Tu recuerdo me invade con pesadillas, pero en esas pesadillas tú estás con vida, o yo estoy muerto; pero estamos juntos.

Tal vez algún día sea así, o tal vez ahora ya sea así; porque tú estás vivo en muerte... o yo estoy muerto en vida.

Mis manos continúan un camino delicado en la arcilla. Un pequeño hombrecillo empieza a cobrar forma entre mis largos dedos. De repente, tengo un cálido cuerpo a mis espaldas. Alguien me abraza, apretándome contra su pecho. Siento su pausada respiración y su cálido aliento chocar contra la parte posterior de mi nuca.

-Jinnie~ Te está quedando hermoso-. Sonrío por su cumplido, sonrojándome. –No-, corrige. -Tú eres mucho más hermoso.

-Nam, basta...- río con vergüenza.

-¿Pero por qué, si es cierto? –carcajea divertido por mi expresión.

-No me distraigas, bobo. Estoy trabajando-, hablo con fingida molestia y me remuevo entre sus brazos. Él apoya levemente su mano en mi hombro derecho.

-¿Yo? Pero si no he hecho nada- reclama con tono inocente, sonriendo ladinamente.

-¡Pero qué cínico que eres!- carcajeo divertido. Nam me mira fijamente, manteniendo aquella hermosa y tierna sonrisa en sus gruesos y delicados labios.

-Así me amas, bebé-, guiña un ojo coqueto.

-Por supuesto que sí- sonrío, dándole un rápido beso en la mejilla. Me volteo, y sigo con el hombrecillo de arcilla. Mis manos vuelven a perderse en la pequeña masa.

Al cabo de unos minutos, siento la respiración de Nam Joon muy cerca de mi oreja. Él desliza su mano izquierda a la parte baja de mi cadera, levantando mi camisa y rozando mi piel con la yema de su pulgar. Un escalofrío recorre mi espalda. Con su otra mano, comienza a deslizar su dedo índice desde mi clavícula hasta mi cuello.

-Nam Joonnie~ No seas tramposo-, jadeo acalorado.

-No he hecho nada... -Apoya su barbilla en mi hombro. Comienza a dar húmedos besos y leves mordidas en aquella zona, mientras empieza un lento y delicado vaivén con sus caderas, rozándose con mi cuerpo. Lanzo mi cabeza hacia atrás, extasiado. Aprovecha el acceso a mi cuello, y comienza a morderlo de forma más demandante.

Suelto la arcilla y muevo mi mano a mi espalda, acariciando la parte baja de su abdomen.

-Jinnie...- jadea. –Me estás tentando...- Él acelera el movimiento de sus caderas contra mi cuerpo, y esa es mi perdición.