♢Cuatro♢

7.6K 520 64
                                    

— ¿Co-como lo sabes? —Pregunté nerviosa y también un poco asustada. Su labio se curvo con diversión y arreglo su cabello pasándose su mano por éste.

— Muchas chicas y hombres vienen aquí porque lo son, pero tu haz sido la única que me ha dicho le tiene miedo a que la toquen.

— ¿Muchas personas son vírgenes aún con veinticinco años?

— Con mucho más. —Contestó riendo.— no le veo completamente el problema a ser virgen. Muchas personas dicen esperar al indicado, ¿tú no?

— Pues, hasta que tenía dieciocho, si, pero luego... cuando iba pisando los veintiuno y sabía que nada pasaría y el indicado jamás llegaría, me iba a la casa de cualquiera que conociera en un bar.

— ¿Llevas cuatro años haciendo lo mismo y aún lo eres? —preguntó sorprendido. Asentí bajando la cabeza y jugando con mis dedos. Era patética, la situación era patética. Yo era patética.

Su mano se posó en mi rodilla con delicadeza, Di un pequeño salto apartándome, cayendo al suelo inmediatamente. Escuché su gran carcajada y enseguida me rubirize por completo, apoyándome en el pequeño sillón en el cual estaba segundos antes, parándome.

— ¿Por-qué hicis-te eso? —pregunté tranquilizando mi agitada respiración.

— Es parte del procedimiento.—contestó controlando su risa.

— ¿Parte del procedimiento es violarme?

— ¿Qué? Yo no iba a violarte Natasha, sólo quería ver tu reacción ante las caricias de los hombres.

— Ya lo comprobaste. —dije con ma barbilla en alto, sentandome nuevamente y arreglando los pequeños cabellos que se habían escapado de mi coleta.

— Pues sí. —contestó divertido. Tomó nuevamente su cuadernillo.— ya sé que me dijiste que no querías que escribiera, pero no lo haré, sólo revisare una cosa.

Asentí viéndolo posar su mirada en el cuaderno y pasar hojas y hojas rápidamente. Nuevamente me dediqué a observar la habitación, y me sentí una tonta ¿Porque mierda había actuado así? Cuando el posó su mano sobre mi rodilla, una extraña corriente recorrió todo mi cuerpo asustándome aún más.

— ¡Aquí está! —dijo contento, llamando mi atención.

— ¿Qué?

— Esto es aburrido y hace muchísimo que no lo receto, pero tendrás que hacerlo quieras o no.

— No me digas, me harás leer un libro titulado "sexo para idiotas"

— Justamente —contestó riendo. Mi rostro se puso pálido y lo mire incrédula.

— ¿Estas bromeando, no es así?

— No, no estoy bromeando, esto solamente será la primera parte, leeras algunos artículos que vienen allí y luego me los dirás. Luego, haré un seguimiento.

— ¿Un seguimiento?

— Si, saldrás a un club, conocerás a un chico e irás con él a su casa. Practicarás absolutamente todo lo que viene en el libro que te dé por leer.

— ¿Practicar con él?

— Por supuesto. —contestó irónico.—todo lo que yo te diga que hagas con él, lo harás... absolutamente todo.

— Pero dijiste seguimiento, ¿Estarás espiándome toda la jodida noche? —se encogió de hombros, cerrando el cuaderno.

— Estar siguiéndote, toda la noche, hum, no, pero algo parecido. No te lo diré, así que no insistas. —Curve mi espalda y sólo asentí, aceptando. Si quería dejar de ser virgen ya, debía hacer cualquier cosa que él quisiera.

— Pero ¿Que pasa si no puedo? ¿Y me asusto cuando el me toque?

— Estaré investigando que hacer al respecto, por eso haremos una pequeña prueba. —sonrió y sólo asentí. Él se levantó, buscando algo en su pequeña biblioteca. Un libro delgado y de color negro con amarillo cayó en sus manos.

Camino hacia mi, poniendo el pequeño libro en mis manos. Lo mire con disgusto mientras lo movía de un lado a otro examinándolo. Fijé mi vista en el estúpido título y tal y como había adivinado, su nombre era "Sexo para dummies".

— ¿No podía llamarse "Sexo para Inexpertos"? ¿Debía ser para dummies?

— Yo no escribí el libro, ni le puse el título ¿No lo habrás leído antes?

— ¿Te estas burlando de mi? —pregunté sería. Él negó sonriendo mientras arrebataba el libro y marcaba una página con sus dedos.

— Leerás desde esta página hasta... sexo oral.

— ¡Yo no quiero sexo oral!

— Sólo lo leerás. Luego veremos si estas lista para algo así.

Miro nuevamente su reloj de muñeca y camino hacia la puerta, la cual había sido tocada por su secretaria. Me levanté seguida de él y miré como Sara se asomaba por el pequeño espacio que quedaba entre la puerta.

— Debí atender a otro paciente. Espero que lo leas, te citaré hasta este próximo Viernes, intenta no salir a ninguna parte y por favor, no coquetear con ningún chico en algún café, tienda u otra cosa por el estilo.

— Claro, no saldré a ninguna parte. Hasta pronto.

— Hasta pronto. —se despidió y salí a la sala de espera tomando la mano de Sara y saliendo rápidamente de allí. Pude el libro entre sus manos y soltó una gran carcajada apoyándose en la parte delantera de la auto para no perder el equilibrio.

Patético, es lo único que pasó por mi mente.

Virgen A Los 25 |  TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora