Capítulo 1: Aniversario Fallido

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«Vivamos juntos»



Esas palabras taladraban en la mente de Dong Hae mientras era embestido brutalmente contra aquella cama de hotel, sus ojos puestos fijamente en aquel techo encielado de color durazno pastel. Aquel hombre entraba y salía de su frágil cuerpo ¿Cuánto tiempo llevaba penetrándolo? Sentía que su cuerpo estaba a punto de colapsar, gemidos y gruñidos salían de la boca del desconocido, mientras él cerraba los ojos y apretaba las sabanas imaginando que nada de eso estaba pasando.



—¡Mgh! eres tan estrecho, nunca me cansaré de ti —de la boca de Hae sólo salían unos quejidos casi inaudibles, quejidos repugnantes, sí, eso eran al igual que él, un ser repugnante que se acostaba con personas desconocidas, personas que algunas veces llegaban a convertirse en clientes frecuentes, era una persona repugnante ya que a pesar de tener un novio al cual ama tanto no puede ser capaz de dejar lo que en estos momentos está haciendo, abriéndole las piernas a sus «clientes».



En sus manos estaba estrujando fuertemente las asquerosas sabanas de aquella cama, no solía visitar los mismos hoteles con clientes diferentes, con cada uno de ellos tenía un hotel al cual iba a «trabajar», porque sí, eso era lo que pensaba su novio, que su trabajo era bastante demandado y que necesitaban de su presencia para cualquier problema que llegara a surgir en la oficina.



—Tu tiempo... tu tiempo se está terminando —dijo entre cortado debido a su respiración agitada.



El hombre aceleró las embestidas, llegando a rozar la próstata de Hae, este dejó salir un gemido mientras cerraba sus ojos e imaginaba que su novio era quien lo penetraba. Una, dos, tres embestidas más y aquel hombre se corrió fuerte en su interior, ese líquido tan familiar, caliente y repulsivo, semen. Hae sentía asco de sí mismo, y... ¿Cómo no sentirlo? Después de engañar a su novio con un desconocido, acostándose con otros como si fuera la cosa más normal del mundo, ni siquiera con su novio se había acostado, ya que Hyuk piensa que es «virgen» y quiere que llegue así hasta el matrimonio.



Sintió como aquel hombre sacaba su escurrido pene de su entrada, dolía, seguro tendría algún desgarre, hoy había sido un día ajetreado, este era su tercer cliente del día ¿Cómo aguantaba tanto? La respuesta era muy fácil, su madre, ella era lo más importante de su vida, ella pensaba que Hae tenía un empleo digno, que era un oficinista, la segunda y la última persona de esta corta lista era su novio, su amado novio, el cual ha estado con él desde hace ocho años, ese bello chico de sonrisa de encías, aquel chico con el sueño de ser un bailarín, se conocieron cuando ambos tenían quince, ahora ocho años después incluyendo cinco años de noviazgo y ahora una propuesta muy importante sobre vivir juntos. Hae se acomodó en la cama y tapó su pequeño cuerpo con la sabana tomando posición fetal.



Aquel hombre terminó de vestirse y dejó un pequeño paquete sobre la mesa al lado de la cama. Hae sólo se dedicaba a observar como aquel hombre ponía el dinero en la mesa, porque sí, era el pago por su «buen servicio».



—Estaremos en contacto —fue todo lo que dijo el hombre al salir de la habitación cerrando la puerta tras de sí.



—Maldito... —es lo único que podía decir en esos momentos, aunque no lo decía por el hombre que acababa de salir, no, lo decía por él, por él mismo.



Como pudo se levantó de la cama cubriéndose aún con la sabana, la llevaba alrededor de su cintura, su espalda baja dolía, sentía que su cuerpo se rompía desde adentro, quería darse un baño, limpiar cualquier rastro que dejó ese hombre en su cuerpo, entró al baño, dejó caer la sabana y se metió a la regadera, dejó que el agua cayera por su cuerpo mientras con esta se mezclaba otra sustancia salada, sus lágrimas, lloró en silencio durante largos minutos, limpió el rastro de semen que ese hombre había dejado ¡Bastardo, se corrió dentro!



Amando a ciegas || EunHaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora