¡Derek dame tu chaqueta!

El Legado

Muchos creían que los hechiceros y brujas existían solo en cuentos de hadas, otros aseguraban que ya no existían. Para Noah Stilinski ninguna de las suposiciones eran correctas. De niño solía fantasear con un mundo lleno de magia, donde nada era imposible y todo sueño se hacia realidad. A medida que crecía esa fantasía fue desapareciendo. Cuando llego a Beacon Hills y al conocer a Claudia volvió a creer, ya que no tenía manera de explicar lo perdidamente enamorado que estaba de la, en ese entonces, chica de 17 años de edad. La amaba, más que a nada en el mundo y cuando se graduaron supo que era la mujer de su vida y le pidió matrimonio. Seis meses después, Claudia se transformo en Claudia Stilinski, y John fue inmensamente feliz. Pero no todo era color de rosa. Cosas raras pasaban a menudo en su hogar, las cosas se movían solas, otras explotaban de la nada, algunas desaparecían y aparecían en otro extremo de la casa. Al principio pensó que estaba alucinando y no le dio importancia, pero cuando vio a su esposa levitando para limpiar la cortina supo que no estaba loco. Ella no tuvo mas remedio que decirle la verdad.

Noah Stilinski había contraído matrimonio con una bruja, y no cualquier bruja, sino con una princesa de un reino antiguo oculto en otra dimensión, escondidos de la humanidad y que era básicamente el pilar del mundo mágico en concreto, y el lugar de origen de casi cada criatura sobrenatural existente en su dimensión, dicho reino estaba en búsqueda de su princesa perdida que se dio a la fuga por no querer casarse con un "noble desagradable que no es ni la mitad de hombre que tu" según palabras de Claudia. Aunque no era del todo mentira, era una verdad a medias. Los miembros de la familia real estaban siendo asesinados por una fuerza extraña y varios de sus familiares la ayudaron a huir debido a que era la princesa heredera del reino. Al llegar a Beacon Hills ayudo a los Hale con el cuidado del pueblo con ayuda de su magia. Necesitó muchos tragos y mucha paciencia para digerir toda la información. Y poco a poco fue acostumbrándose a su nada normal y agitada vida. Su esposa era como un imán para los problemas sobrenaturales, y lidiaba con eso bastante bien. Los Hale la protegían y ella los protegía a ellos, así funcionaban las cosas en ese tiempo.

Cuando Stiles nació, Noah fue consciente una vez más de la magia, debido a que irradiaba de su pequeño hijo. Lo amo con todas sus fuerzas, y mucho más que a su esposa. No lo soltó ni para ir al baño, y solo dejaba que Claudia lo cargara. Al ir creciendo, Stiles demostró ser un genio en el arte de la magia. Su madre le enseñaba como manejar sus poderes y, a riesgo de sonar como padre orgulloso, su hijo era un genio en cuanto a aprender a usar sus habilidades mágicas, aunque el sabía que Stiles era capaz de casi cualquier cosa que se propusiera.

Sin embargo, eso no duro mucho. Una sola amenaza sobrenatural no identificada bastó para que la gran bruja, la princesa del mundo mágico, su amada esposa Claudia muriera. Nada se pudo hacer, ella misma se sacrificó por el bien de la manada, y luego usando sus ultimas gotas de poder para sellar los poderes y la memoria de su amado hijo.

- Noah...prometeme que lo cuidarás. Y recuerda que los amo, nunca lo olvides.

Esas fueron las últimas palabras que Noah escucho de su llorosa esposa. Pero si bien estaba deseando morir también para reunirse con ella, aún tenía un hermoso motivo por el cúal vivir, y cumplir la promesa hecha a su esposa.

Proteger a Stiles. Incluso de si mismo.