Ayer había organizado toda mi ropa, pero hoy me tocaba sacar y organizar los accesorios, muebles y demás.
Bajé, eran las 1:00 pm me quede agotada ayer, fui a la cocina y había una nota en el refrigerador — vamos a la ciudad por las cajas restantes, no queríamos despertarte así que nos fuimos, tal vez nos quedemos a dormir y volvamos mañana por la tarde, hay comida para recalentar en el refrigerador, cuídate. -te quiere, papa—.
Genial ya van a darme un hermanito- dije rodando mis ojos, al mismo instante tocaron la puerta, así que fui a abrir luego de arrugar la nota y botarla en la cesta de la basura que había en la cocina.
Hola- dijo el chico de ayer apenas abrí la puerta y vio mi cara.
Mis padres no están- le dije colocando mis ojos en blanco haciendo visible mi fastidio, ignorando su saludo.
¿Y no te puedo ayudar?, mis padres quieren que los ayude y conviva contigo como buen vecino, ¿eres hija única no?
¿Puedo hacer que saques mis cosas de las cajas y me ayudes a ordenarlas en mi cuarto?-pregunté esperando una negación y que se fuera.
A su orden capitana- como respuesta solo recibí un saludo de marinero y una sonrisa, me dejo con la boca abierta, de verdad lo haría, este chico estaba loco.
Subimos a mi cuarto y en silencio me ayudo a sacar marcos de fotos y cajas mas pequeñas en las que habían fotos y un joyero cerrado en las que tenia mis accesorios para que no se perdieran. El era demasiado curioso para mi gusto, se la pasaba observando y tocando todo lo que veía, caminaba por todo mi cuarto y cuando pedía que me pasaran las cajas primero las tenia que abrir y revisar, mas de una ocasión lo regañé y le lancé una almohada pidiendo que respetara mi privacidad, hasta que me quede sin almohadas, entonces me senté en la cama y lo miré.
¿Porque eres así?- le pregunte mientras el estaba viendo algunas fotos de una de mis cajas, sentado en la silla de mi escritorio justo frente a mi cama al lado del armario.
El cuarto era lindo no me quejaba, era blanco con violeta, obvio lo cambiaría, lo pintaría de turquesa y blanco, colocando la cama al lado de la puerta contra la pared y luces, ademas posters en las paredes, la puerta de mi cuarto era blanca con flores violeta, al entrar al frente estaba una ventana en la cual abajo de esta había como un tipo baúl, podía abrirlo y meter cosas ahí pero cuando estaba cerrado me podía sentar y mirar hacia afuera, por ello tenia unos cojines pegados de color violeta también, a la izquierda estaba mi cama y a los lados dos mesas de noche una con un reloj y una lampara, y la de la derecha una foto de mi mamá y otra donde estábamos los tres mi mamá, mi papá y yo en los brazos de mi mamá, tenía un año según me dijo mi papá. En la derecha de mi cuarto estaba el escritorio junto a la silla con ruedas en la que estaba sentado el vecino y al lado mi armario, tenía dos puertas y era algo grande para la poca ropa que tenía, en fin mi cuarto estaba bien de echo era mas grande que el anterior en el cual había dormido casi toda mi vida.
¿Ellas son tus amigas?-preguntó haciendo una seña a la foto donde estaba con dos chicas a mis lados, yo en el centro, ignorando mi pregunta.
Si, lo son, o lo eran antes de que me mudara de aquí, seguro en un mes ya ni me recordarán- dije bajando la vista a mis manos y subiendo mis pies en la cama.
Entonces no eran tus amigas-escuche que colocaba la caja en el escritorio.
En fin, deja de revisar mis cosas y de ser tan curioso, cada cosas que ves me haces preguntas siento que ya me conoces mas que mi padre.- cambie de tema no queriendo sentirme mal.
No dijo mas nada, en silencio siguió ayudándome a retocar algunas cosas que estaban fuera de lugar, cuando ya se hizo muy tarde, como las 8:00 pm me preguntó por mi papá y dije que no llegaría hasta mañana, así que me invito a cenar con su familia, acepte, quería una cena casera y tal ves sentirme en familia, le dije que me esperara en la sala, me di una ducha rápida y me arreglé un poco, era una noche fresca así que me vestí con un suéter gris y unos pantalones jeans, aparte de unas zapatillas negras, recogí mi cabello y bajé, el chico no me apuró en ningún momento, fue muy paciente, eso me quería sacar una sonrisa, la cual no permití mostrar, ya arreglada nos dispusimos a encaminarnos a su casa.
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En Multimedia esta el cuarto, y aquí arribita como lo quiere acomodar.
N/A: espero les haya gustado, y no se olviden de votar :)
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2. Cuatro días para que se vaya
KurzgeschichtenIsabel, una chica de ciudad, que su vida da un giro inesperado, ahora debe ir a vivir al campo con su padre y su nueva mujer. Hubieran durado una semana en desempacar,- claro si no hubiera llegado el vecino- Fueron cuatro días, ayudándolos, antes de...