Isabel, una chica de ciudad, que su vida da un giro inesperado, ahora debe ir a vivir al campo con su padre y su nueva mujer. Hubieran durado una semana en desempacar,- claro si no hubiera llegado el vecino- Fueron cuatro días, ayudándolos, antes de...
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Lo primero que hice al despertar y abrir mis ojos fue recordarlo, ese estúpido chico con su sonrisa tan boba, fue como un recuerdo nostálgico, recordando que era el ultimo día, que estaríamos juntos, ya mañana se iría y no podía hacer nada —principalmente porque no soy nada de el como para impedirlo — ademas iba era a estudiar.
Tenía que aceptar que era el ultimo día que estaría aquí, cuando bajé lo vi arreglando la sala mientras mi madrastra limpiada— este ser nunca se cansa de ayudar— los últimos cuatro días no había echo mas que ayudarnos en la casa, creo que eso demostraba lo bueno que era.
Dolió verlo, cuando levantó sus ojos y me vio, en su mirada se le notó que sabía lo que pasaba por mi mente, y me hizo comprender con solo una mirada que al le pasaba lo mismo, después de todo es el ultimo día que lo veré y el me verá a mi — suponiendo que yo también fui importante para el—.
El a sido el chico que mas ha estado en mi cabeza aunque al principio no me caía del todo bien, con esa sonría boba que ahora la veo encantadora, — me río de mi misma por la estupidez que pienso— terminé de bajar y ahí estaba mi papá.
El vecino — del cual aun no sabia su nombre—le pidió permiso a mi papá para salir y conocer mas el lugar— lo que yo no entendía, si ayer conocimos lo que creo yo, que era todo lo que se podía del lugar en el cual ahora yo vivía, y del cual el se iría— sin importar lo que acababa de pensar, mi papá le sonrió y con un guiño le dijo que si.
Cuando estábamos caminando ya fuera de mi casa el me confesó que de verdad era que quería estar a solas conmigo un poco mas antes de irse.
En el camino a una fuente me dijo que le agradé mucho aunque en el principio me veía algo incomoda con su presencia, comentario que nos hizo reír a ambos.
Cuando llegamos y nos sentamos en el borde de la fuente dijo que pidiera un deseo, mientras posaba una moneda que había sacado de su bolsillo delantero del pantalón, en mi mano.
Deseo conocerlo mas
Aquel deseo que pedí se cumplió al instante,— claro aun faltaba que el que el pidió se cumpliera como el mío—hablamos horas y horas, comimos frutas de arboles, y me seguía comentando de su niñez, chistes malos, como se crió, sus novias, sus amigos, sus conocidos y yo hice lo mismo, se veía obviamente interesado en mi vida de ciudad—supongo, por que el irá hacia allá—en un día pude conocer a una persona en tal profundidad, que estaba segura de que sentía atracción —así es me estaba comenzando a gustar aquel chico, el que pronto dejaría de ser mi vecino—hoy sería la ultima vez que lo vería, y me quedaría como una boba por siquiera pensar en quererlo.
Me iré a las 7:00 am, ¿iras a despedirme?- dijo mientras caminábamos a mi casa.
Seria un placer- nos posicionamos frente a frente en la puerta de mi casa, cuando llegamos —al parecer no sería la ultima vez que nos veríamos— se despidió de mi con un beso en la mejilla, pero cuando se alejó, fue demasiado lento, acto que hizo que mi cuerpo se volviera gelatina y que en ese mili segundo mi corazón golpeara tan fuerte en mi pecho que pensé que se quería salir, nuestros labios se quedaron cerca, pero nos alejamos y nos quedamos mirando, se que estábamos deseando que hubiera pasado, no solo era yo, si no el también.
Buenas noches- dijo y se dio media vuelta para irse.
Espera- le llamé y se volteó rápidamente.
¿Como te llamas?- se le notó una pizca de decepción en sus ojos.
¿Enserio no lo sabes?-atacó fingiendo indignación.
¿Acaso tu sabes el mío?-contra ataque con una pequeña sonrisa gritando victoria.
Touché-dijo y se fue, dejándome ahí con la duda, solo pude reír.
