Campanas y rebeldes

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Entre silencio, dolor y tristeza se encontraban las ruinas del templo, la lluvia era constante pero no caían rayos. Arsiry ha perdido todo, su pueblo, familia y amigos ya no están con vida, todos murieron cruelmente en manos de los Shikzam dejando un odio inquebrantable en el corazón de una niña quien ahora derrama sus lagrimas mientras seguía rezando hasta quedarse dormida.

Nadie en China espera enterarse de la tragedia en el templo del sol y la luna, de hecho este templo era tan pacifico que muchos sobrevivientes de guerra solían esconderse cerca de sus alrededores. Mientras tanto en la fortaleza de los Shikzam, Shijanzu y sus miembros celebran la victoria pensando que han capturado a la poderosa Arsiry.

- ¡Lo logramos!

Exclamo Shijanzu con una sonrisa picara.

- Finalmente hemos capturado a una renacida y tenemos un nuevo territorio, ahora con este poder nadie nos podrá derrotar y por fin podremos conquistar China.

Menciono mientras levantaba su espada y el resto de su gremio gritaba.

- Ahora los invito a todos a celebrar con este banquete muy especial porque a partir de hoy los Shikzam vamos a brillar.

Todos disfrutan del banquete a excepción de los niños secuestrados en una habitación, los infantes estaban asustados y nerviosos al no saber que iba a pasar con ellos.

Luego de unas largas horas de celebración finalmente Shijanzu junto a varios de sus guerreros se dirigen hacia donde se encuentran los niños para verificar si estaba con ellos la renacida.

- ¡Hagan todos una fila! - Grito un guerrero - No nos importa como se sientan ahora, mucho menos de donde vienen porque a partir de hoy serán parte de los Shikzam.

Los niños muy nerviosos hicieron la fila a excepción de un chico quien era el mayor de todos, estaba seguro de lo que hacia y se niega a obedecer las palabras del sujeto.

- ¿Cómo quieren que nosotros seamos parte de su gremio, sí ustedes han matado a nuestras familias?

- ¿Quién te crees tu para decir eso? - Dijo Shijanzu - Ahora eres un Shikzam y no te puedes negar.

- Antes muerto que seguir sus ordenes.

- Con que quieres revelarte contra tu nuevo líder.

- ¡Usted no es un líder, es un asesino!

Grito con ira mientras con su mano derecha lo señalaba, pero en ese instante es empujado por uno de los guerreros provocándole que cayera al suelo, aun así se levanta con fuerza y dice.

- ¿Eso es todo lo que tienes? Pensé que eras un guerrero de verdad.

- ¿Quien demonios eres tu? - Pregunto Shijanzu mientras lo tomaba de sus brazos

- A ti no te importa mi nombre

- Si importa, ¿Cómo pretendes que te llame?

- Ya que, me llamo Kenji, ¡hijo de un guardia que tú mataste! - Respondió mientras lo golpeo con su cabeza para que lo soltara

Kenji intenta escapar pero choca con la esposa de Shijanzu quien iba acompañada con unos guardias, en ese momento atrapan a Kenji y le atan sus brazos y piernas. Lo llevan nuevamente a la habitación pero esta vez está vigilado por dos guerreros.

- Ya no tendremos problemas en esa parte - Dijo Shijanzu - Ahora que finalmente esta mi esposa verificaremos quien de las niñas es la renacida.

La Leyenda de ArsiryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora