три

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-Que tienes para ofrecerme, Yuuri Katsuki.- sonrió ladinamente para darle a entender al castaño sus sucias intenciones.

-Ya veo.- ya iba siendo hora de que alguien apreciará su 'Eros' interior, se quitó el abrigo y se sentó frente a él escritorio del albino de piernas cruzadas.- Que tienes tu para darme, Viktor Nikiforov.- contestó de igual forma que el albino viendo la placa con su nombre sobre el escritorio

Después de ese encuentro estos mens se empezaron a reunir noche tras noche al terminar el trabajo, el castaño era llevado hasta el éxtasis con las caricias salvajes del mayor, mientras cadenas, floggers, látigos, fustas, y consoladores, entre otros, se posaban en su cuerpo bruscamente haciéndolo gemir estruendosamente, mientras el albino se regocijaba viendo las marcas eh incluso la sangre que vertia de ellas, nada fue tan hard como para que el castaño sufriera o ya no quisiera seguir, en cambio parecía que el también lo disfrutaba, pero eso no importó más para Viktor cuando entre uno de sus encuentros Yuuri habló.

-Prefieres que las cosas sean más rudas, Yuuri Katsuki.- preguntó el albino sarcásticamente en uno de sus encuentros.

-Realmente quisiera que nuestra relación...., fuera un poco más cariñosa- rió nerviosamente, ese fue el detonante para que Viktor cambiara hacia él, se estaba haciendo una idea errónea sobre su 'relación'

-Pero nosotros no estamos saliendo, Katsuki- lo llamó seriamente.

-Pero, hacemos todo tipo de cosas y además, yo te amo.- el albino estalló en carcajadas cruelmente dejando a un castaño desconcertado.

-Tu no me quieres- sonrió comprensivamente afirmando, en el fondo lo sabía, pero éste frente a él era el hombre de sus sueños y no lo dejaría ir.- No te preocupes habrá tiempo para eso después.

-Nadie puede amarme sin conocerme, tu no eres la excepción, no puedo mantener una relación que me ligue, yo soy Viktor Nikiforov, niño.

-Pero creí que disfrutaba eso...-

-Nadie puede satistacerme, sólo yo, tu solo eres el sujeto, y sujetos ahí muchos.-

Eso no era del todo cierto, Viktor sabía que podía darse satisfacción con cualquiera, pero algo en ese castaño lo prendia, tal vez su trasero que era más firme y redondo que el de una chica, o sus gemidos guturales que lo exitaban más, o probablemente que podía ser más brusco con el sin importarle una mierda lo que este sintiera, después de todo era un jodido gay cualquiera.
Y sin duda alguna algo que lo sorprendió fue que no saliera huyendo después de la primera noche, habían tenido sexo salvaje siete noches seguidas y el pobre aún podía caminar, era algo admirable de él. Pero el no podía aceptar a nadie en su vida, después de todo, cuando obtienen algo que desean las personas se vuelven una mierda. Eso lo tenía muy en claro. Aún así ahí estaba frente a él, el pobre chico diciendole que lo amaba, por favor, que esperaba que un tipo playboy como el aceptará salir con un chico sólo por su resistencia y físico, que ridículo.

Te amo, Viktor— repitió el castaño ganadoze el odio del albino, No era muy tolerante en este tipo de asuntos, ni en cualquier otro realmente.

(...)

Nikiforov sin saber que hacer llamó a su fiel confidente y casi-amigo Christopher Giacometti, se reunieron en uno de los muchos clubes de putas mas prestigiosos del lugar.

—Vaya no creí que fueses a seguir mi consejo— rió

—Lo hice, estuvo de maravilla, pero el insiste en que debemos formaliza nuestra relación.

—¿¡Tienen una relación!?— pregunto exaltado, no todos los días tu casi-amigo se vuelve gay

—¡No idiota!— hizo mojin de asco— por eso te lo cuento—

—¿Lo quieres?— dió un trago a su bebida, o más bien a la de su acompañante albino, no había traído plata a su encuentro.

—Quiero su culo— afirmó orgullosamente

—Y... ¿porque no lo intentas?—realmente no le interesaban las choco-aventuras de su casi-amigo

—Ya lo sabes...—

—En realidad.... no lo sé— tan solo era su casi- amigo, compartían cosas de sus vida, pero al mayor no le gustaba hablar mucho sobre el, sólo contaba lo necesario

—A lo mejor lo intente, que tal si al crío se le ocurre dejarme en abstinencia.....— comento horrorizado.

—Crei que cualquier culo te satisfacía— dió otro trago a la copa discretamente

—Pero el suyo es mágico—gruño dando a entender como lo hacía sentir el menor.— deja de beberte mi vino quieres...

—baia baia hablando del rey de roma, mira quien viene llegando— señaló a la puerta del club


En efecto, el mismísimo Yuri Katsuki venia entrando al lugar agalardonado por dos bellas mujeres.






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Hard en el próximo capítulo...
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50 sombras de VIKTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora