Capitulo 3 primera parte.

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CAPITULO 3

Gafas, libro, ajedrez, reloj y pluma. Son cosas sin sentido, digo, el reloj es bastante viejo y creo que el abuelo ni se percato de que es de mujer ¿de que me sirve un reloj de mujer?, además el ajedrez está bastante desgastado, las gafas son bastantes elegantes, la pluma y el libro no son tan viejos, el libro tiene algunas cosas subrayadas y la pluma esta intacta.

Intento ver todas estas cosas desde otro punto de vista, justo como el abuelo dijo que lo hiciera pero es que simplemente no puedo, entiendo que era importante para el darme todas estas cosas porque pienso que era algo así como su legado pero quizás pudo explicarme el por que me las daba.

Y jamás pude preguntárselo, mi abuelo murió una semana después de un paro cardiaco fulminante, me dijeron que no sufrió para nada, trataban de calmarme diciéndome eso, pero es que simplemente no pude tranquilizarme. Recuerdo que llore muchísimo, porque cuando me dio todas estas cosas mi abuelo estaba perfecto, se podría decir que incluso estaba en su mejor momento.

Justo el día después del entierro del abuelo, regresamos a su casa; recuerdo perfectamente que mi abuela me había pedido que subiera al cuarto donde dormía con mi abuelo para recoger unos documentos que ella necesitaba. Me lo había pedido a mi ya que ella no podía subir porque simplemente no iba poder resistir entrar a la casa y ver que su marido ya no estaba ni estaría jamás ahí. Así que tuve que entrar a la casa, cerré la puerta y me eche a llorar, no pude contenerme, toda la casa olía a él, había fotos suyas por toda la casa, y es que él era mi persona favorita en el mundo.

Mientras subía las escaleras empecé a imaginármelo cuando yo era niño, cuando jugaba conmigo, cuando me hizo aprenderme las partes del cerebro, cuando me enseño a jugar ajedrez, todas las imágenes venían a mi cabeza repentinamente, una tras otra, mi cabeza estaba siendo bombardeada por todas estos recuerdos y dolía demasiado.

Abrí la puerta de su cuarto, me senté en su cama y tuve una sensación que sigo sin poder explicarme; en el momento que me senté jure haber visto a mi abuelo pasar por la habitación con su libro de El Gran Gatsby entre las manos. No me dio miedo en absoluto, pensé que era simplemente un mal juego de mi imaginación; luego cerré los ojos y sentí una palma en mi hombro, cuando voltee a ver quien era no había nadie y pensé que quizás si había sido èl despidiéndose de mi.

Encontré los documentos que mi abuela quería, baje corriendo de la habitación azul, y salí de la casa y la vi, de pie enfrente mido, justo a unos centímetros de mi cara.

-¡¿ Pero que rayos?!

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2016 ⏰

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