Mi amado pervertido {Ayato x Laito}

¿Final feliz?

Laito viajó hasta el mundo de los espíritus, un lugar solitario, misterioso y lúgubre​. Lentamente abrió los ojos. Se encontraba en la mansión, tumbado en la misma posición y en el mismo lugar donde instantes atrás murió, sólo que no había sangre ni cadáveres.

Se incorporó pesadamente y miró a su alrededor. Pudo ver a Ayato sentado al borde de la ventana, observando la luna llena, ignorando que su amor, ya no platónico, estaba ahí, a su lado.

-¿Ayato?- el nombrado se giró.

-¿Laito?- preguntó sorprendido.

Ayato no se lo podía creer, pensó que era una ilusión, una mentira que su mente construyó para darle esperanzas. Se acercó a él y acarició su mejilla temiendo que sus pensamientos fueran ciertos, mas no fue así, él era real, su amor era real, aunque el pelirrojo aún lo desconocía.

Laito intentó contener las lágrimas aunque le fue imposible y, en un arrebato de felicidad, se abalanzó sobre los labios de su amado sorprendiendo a este. Cuando Ayato pudo reaccionar, correspondió a aquel tierno y cálido beso, el primero para él ya que sus labios estaban reservados para aquel castaño. Ayato tampoco pudo contener las lágrimas y ambos amantes disfrutaron de ese beso que tanto anhelaban desde hace tiempo.

Ninguno de los dos había imaginado que el contacto de los labios del otro se sentiría tan bien. Se separaron cuando se quedaron sin aire y con vergüenza se miraron a los ojos. Ansiaban más, anhelaban poder sentir esa unión durante más tiempo, deseaban que sus labios jamás se separaran; pero prefirieron fundirse en un abrazo que expresara todo lo que sentían.

Ahora estaban juntos, nadie les separaría. Ayato se suicidó porque su amor hacia Laito era tan grande que no soportaba el dolor que le producía el no tenerle, y Laito hizo lo mismo ya que prefería eso antes que vivir sin su amado.

Ambos se aman de una forma inimaginable, harían lo que fuera por ver feliz al otro, sufrirían si el otro sufre, hay una unión entre ellos que supera todas las barreras posibles. Como se suele decir, están unidos por el hilo rojo del destino, algo que nada ni nadie cortará jamás.

En aquel mundo tan solitario solo se encontraban ellos dos, pero no les importaba mientras sintieran la calidez del otro.

-Ayato... Te amo.

-Yo también te amo... Mi amado pervertido.

En el amor todo lo vale. El amor nunca dejará de impresionar con las locuras que te hace hacer por la otra persona.

Al llegar la mañana siguiente, los hermanos Sakamaki irrumpieron en la habitación de Ayato, encontrándose con los cuerpos de sus hermanos. Los cuatro estaban impactados. Tras leer la carta comprendieron la situación: un amor pasional los condujo a la muerte.

No podían creer que hayan hecho tal imprudencia. ¿En qué estaban pensando? Sin embargo, ya no podían hacer nada, es imposible retornar el tiempo. Lo único que se les ocurrió hacer fue llorar y enterrarlos como es debido, juntos.

El resto de hermanos Sakamaki no saben nada sobre el amor ya que nunca se habían enamorado, es por eso que no entienden la insensatez que han cometido sus dos hermanos.

Y algo más que no entienden es porqué razón los cadáveres de sus hermanos permanecen agarrados de las manos, siendo imposible separarlos, y con una gran sonrisa en su rostro...

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¡Feliz Navidad atrasada! Y, aunque sea un poco pronto, ¡feliz Año Nuevo! Espero que os lo paséis bien estas Navidades y os traigan muchos regalos ;)

Esta historia la tenía en mente desde hace tiempo, pero hasta hace unos días no me había decidido a escribirla. Lo sé, es muy corta, pero creo que es lo bastante larga como para expresar todo lo que quería.

Mis principales objetivos son ponerme en el lugar de los personajes y expresar lo que sienten según su carácter, y que hayáis derramado aunque sea una lágrima. Con eso me siento satisfecha :)

La música que he utilizado para inspirarme la he puesto en los capítulos. Las he elegido ya que creo que crean el ambiente perfecto para cada escena.

En un principio no tenía pensado hacer un final feliz, iba a dejarlo con el suicidio de Laito pero me pareció un final demasiado triste y, aunque me gusten los finales tristes, creo que ambos se merecían tener su final feliz.

Se podría decir que esta historia es mi regalo de Navidad para vosotros. Deseo que os haya gustado tanto como a mi escribirla.

Un fuerte abrazo :3