06.

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Tenía diecisiete años cuando encontró una nueva y secreta entrada al bosque.

Habían pasado cinco años desde la última vez que vio a Kai. Intentó entrar al bosque más veces de las que podía siquiera imaginar, pero Wu YiFan siempre estaba ahí, atento a cualquier movimiento que la chica realizase. Nunca la enfrentó directamente, pero una simple mirada bastaba para intimidarla. Dos años pasaron, pudo entender que ya no podría zafarse de la mirada del hombre, por lo que los restantes tres años se dedicó a buscar otra entrada.

Y al fin la había encontrado. Una tarde, decidió pasear por el pequeño pueblo, caminó hasta el centro de este donde encontró un gran río, según su abuela esa corriente de agua atravesaba todo el pueblo, incluido el bosque.

Un foco en su mente se encendió, quizá si seguía el curso del río encontraría otra forma de entrar sin que YiFan se enterase. Una pequeña esperanza creció en su interior, por lo que emprendió camino río arriba.

Luego de una larga caminata se encontró con los grandes árboles que constituían el bosque, dio un pequeño salto de felicidad. Miró en todas las direcciones antes de adentrarse en él, no quería que YiFan descubriese esa nueva entrada, ni que alguien del pueblo la viese y le fuese con el chisme a su abuela. Al estar completamente segura de que nadie la observaba, entró.

Aún le quedaban como máximo tres horas antes de que oscureciese, por lo que tenía que apresurarse.

No sabía ni donde estaba parada, pero aún así siguió adelante. No tenía miedo de perderse, desde que comenzó a ver programas de supervivencia con su abuela había aprendido varias tácticas para orientarse en el bosque. O eso creía.

Trató de caminar lo suficientemente cerca del río. El bosque le daba nostalgia, recordaba sus momentos con Kai como si fuera recientes, los tenía tan presentes en su mente que a veces olvidaba los años que habían pasado. Suspiró, era bastante estúpido seguir buscando, para la cantidad de años que habían pasado Kai ya debería estar muerto. Pero ahí estaba ella, buscando cualquier prueba que refutara su teoría.

Las lágrimas se almacenaron en sus ojos. No lloraría otra vez, ya había llorado demasiado.

Tenía que mantener la esperanza. Y si no encontraba a Kai, quizá podría encontrar a su manada, sus cachorros tal vez. Usó eso como excusa para acallar el dolor que invadía su corazón, pero fue imposible. No, no tenía que perder la esperanza. Kai se lo había prometido, y April tenía fe en que el lobo cumpliría su promesa, por muy estúpido y loco que eso sonase.

Me lo prometiste, Kai. No te atrevas a morir.

Además, tenía muchas cosas que contar. Kai era su único amigo, por lo que había reprimido todas las cosas que le habían pasado esos cinco años. Sus padres se habían separado al fin, su padre había encontrado otra mujer que definitivamente era mucho más agradable que su madre, y él hasta se veía más feliz. El estar en su casa ya no era tan terrible gracias a ella, y aunque visitaba a su madre, ella no parecía haber cambiado, pues la trataba igual.

Siguió caminando. Había pasado casi una hora y aún no llegaba a algo, lo que sea, sólo veía árboles y más árboles, no había claro, ni pradera. El ruido del río a su lado tampoco ayudaba mucho, no podía escuchar si algo la seguía, o el familiar sonido del crujir de las ramas cundo grandes patas las pisaban. Suspiró nuevamente y alejó los tristes pensamientos, no debía darse por vencida en ese momento.

Entonces algo cambió en el terreno. El suelo comenzó a empinarse, cada vez más alto. Estaba a casi cuatro metros sobre el río cuando comenzó a asustarse, le tenía una pequeña fobia a las alturas, siempre que estaba en los últimos pisos de algún edificio y miraba hacia abajo sentía que estaba a punto de caer. Algo parecido le estaba pasando en ese momento, trató de omitir la sensación y siguió caminando.

Wolf ➡ Kai/JongInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora