Parte 3

5.5K 296 13
                                        


  Helena jamás supo porque le seguía contestando a ese muchacho tan extraño, menos supo porque coño le dio su numero de teléfono o porque le daban gracia sus chistes malísimos. Solo pasó.

Hugo no sabía de donde sacaba el valor de dar iniciativa, de donde sacaba aquellos chistes tan malos y no entendía porque su corazón latía tan fuerte al escucharla reir ¿Lo haría por lastima o de verdad tiene tan simple sentido del humor?
Hugo pensó desde el principio que Helena era preciosa, aunque ella siempre se empeñó en negarlo. Sus cabellos que se habían perdido en medio del camino a ser rizados o lacios eran preciosos, sus cachetes se ponían rojos cuando se emocionaba mucho, y su barriga bien podía no ser plana, pero provocaba mucho mas que cualquier modelo de revista, Helena tenía unas piernas largas y gruesas maravillosas que lograban seducir, Helena era perfecta con o sin maquillaje, era una musa a los ojos de Hugo. Siempre fue así.

Sus conversaciones eran variadas, jamás hablaban de lo mismo pero a veces volvían a algún tema para entender otro. Podían pasar horas enteras y para ellos serían solo minutos.

Helena soñaba con muchas cosas, quería ser famosa, quería viajar, quería ser popular, se preocupaba mucho por lo que pensaban de ella, a veces era superficial y se juzgaba mucho a si misma, Helena se destruía a si misma con pensamientos bastante crueles, pero nunca le dijo a nadie... Hugo lo sabía, en el fondo lograba entender cada gesto y mirada que de Helena salía, Hugo desarrollo una habilidad tremenda para conocer a Helena y se encargó todos los días de silenciar esos pensamientos negativos.
Por cada vez que Helena se decía algo horrible a si misma, Hugo lo atacaba repitiendo cien veces lo preciosa que era. Y ella le creía.

Hugo no soñaba mucho, él era conformista y siempre se sintió mal por ser hijo bastardo y que nadie en su familia de verdad se preocupara por él. Hugo siempre creyó que su existencia sobraba en el mundo.
Había investigado muchas formas de acabar con su vida sin dolor, pero era muy cobarde como para intentarlo ¿Valía la pena?
Helena logró adivinarlo, logró detectar aquellos sentimientos que oscurecían la sonrisa de aquel buen muchacho, aquellas pesadillas que atormentaban al pobre Hugo, aquel que fingía desinterés en todos por miedo a ser rechazado en el intento de acercarse, lo habían lastimado mucho ya las burlas de otras personas...siempre fue sensible.
Así que después de muchas noches meditando ella decidió ser la cura de aquellas heridas, así que por cada vez en que Hugo pensaba que su existencia era un sobrante para este mundo, Helena le demostraba que este mundo lo había llamado para algo importante, le demostró que por más pequeña que fuese su misión en la vida, tenía que cumplirla y él captó el mensaje, lo acepto.
Desde aquella noche, cada que Hugo tenía pesadillas, Helena le cantaba al oído es susurros para ahuyentar los malos pensamientos y funcionó, Hugo nunca más tuvo pesadillas mientras dormía junto a ella.

Ellos no tenían muchas razones para vivir por si solos, pero juntos, juntos tenían miles de razones par prevalecer y no fallarle al otro. 

Cuando Hugo me amóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora