Parte 1 ~La víspera~

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- Yuuuuuuuriiiiiiiiiiiiiiiii, vamos a comer algoooooooo. -dice un alegre ruso dejando reposar su peso en los hombros de su amado mientras rodeaba su cuello con sus brazos.

- No tengo hambre, Victor. Pero si tú quieres, puedo acompañarte- respondió Yuuri, posando sus manos en los antebrazos del otro mientras se acercaba más a él, mirando hacia al suelo.

- Yuuri. - Repentinamente, Victor soltó su agarre y lo volteó; dejando entre ellos el espacio que sus estirados brazos apoyados en los hombros de Yuuri dejaban, mirándole directamente a los ojos.- Siempre sueles apuntarte a cualquier plan que incluya comida, sobre todo cuando estás entrenando tan duro.-Soltó una risita.- ¿Qué te pasa? Pareces nervioso,... ¿Necesitas hablar?

A Yuuri se le hizo un nudo en la garganta. Sí, estaba nervioso. Muy nervioso, se podía decir. Pero la razón no le incumbía a Victor; por el simple hecho de que el causante de la situación del japonés era él mismo. Más precisamente, la celebración que estaba preparando para su cumpleaños.

Porque sí, justo en el día de Navidad, era el cumpleaños del maravilloso patinador ruso; y Yuuri quería festejarlo de una manera especial. Su plan era simple, pero por culpa de su carácter le resultaba bastante complejo aguantar el secreto.

- Tranquilo Victor -respondió este. - Es que he estado nervioso con esto de los nuevos entrenamientos,  pero ya estoy mejor. -explicó con una sonrisa de oreja a oreja mientras se acercaba para darle un beso en la mejilla. Pero Victor se anticipó y giró su cara,  de modo que sus labios se encontraron en un tierno y suave beso.

Yuuri empezó a acercarse más al ruso y,  abrazándolo,  le susurró:
- Oye, ya que dentro de poco es tu cumpleaños,  podríamos visitar los baños termales de mi familia ¿No crees? Sé que te encantaba bañarte en ellos,.... Además me recuerda a la primera vez que nos vimos cara a cara...

A Victor se le iluminó la cara inmediatamente, dejando sus perversos pensamientos en eso,  solo pensamientos y alzó al japonés en el aire.

-¡Claro que sí,  Yuuri!¡Mañana mismo cogemos el vuelo a Japón!!

El susodicho estaba que no cabía en sí.  Sus planes para la celebración sorpresa de Víctor iban sobre ruedas, y además parecía que se divertía.

-Pues decidido,  entonces.

Unas Navidades RedondasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora