Parte 4 ~El día~ (2)

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((Nota del autor:
Buenas, ¡ya estoy de vuelta! Ya siento la increíble demora que me ha llevado escribir esta parte, de verdad. Pero debido a mi vida deportiva y académica, no he tenido tiempo. De nuevo pido disculpas por el tiempo que he tardado, de verdad espero me perdonéis...
Dicho esto, ¡vamos a por la última parte de este [horrendo y cutre] fanfic!))

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Nuestra querida pareja iba caminando hacia la pista de patinaje. El pobre Yuri llevaba ya un buen rato aguantando la sorpresa,  lo cual no era fácil, teniendo a Víctor acribillándole a preguntas y chantajeándolo con besos y caricias llenas de amor.

Milagrosamente,  no tardaron mucho en llegar,  pero cuando estaban en frente de la puerta,  las dudas atacaron al pobre Yuuri.
¿De verdad le iba a gustar? ¿Sabrá apreciar el esfuerzo que le llevo hacer todo eso? Mas no podía dejarse llevar por los nervios, le echaría agallas y afrontaría la situación.

-Yuuri,  ¿estás bien? Te noto algo ido...  ¡Ah!  Puede ser que sigas un poco mareado... ¿Prefieres volver a casa? Si no te encuentras bien...

-Tranquilo,  tranquilo,  estoy bien. -respondió sonriendo. - Vamos Víctor.-decía mientras sacaba una cinta de terciopelo rojo y se la ataba,  tapándole los ojos. - Te espera tu sorpresa.

Se tomaron de la mano y entraron a las pistas. Lo primero que hizo Yuuri fue atarle los patines a Víctor después de ponerse los suyos,  y lo dirigió al hielo. Una vez allí,  le destapó los ojos,  y lo que vió fue algo que nunca hubiera podido imaginar.

El hielo deslumbraba,  iluminado por los focos,  que ahora desprendían una hermosa luz roja cálida, dándole un ambiente muy romántico a la sala, y una suave música de piano sonaba en el fondo.(**)

El ruso se deslizó ligeramente hacia delante, descubriendo así pequeñas notas que se asemejaban a pétalos de rosa.

Fue avanzando de una en una,  leyéndolas,  hasta llegar a la mitad del hielo con pequeñas lágrimas en sus ojos.

Las notas decían así:

1.Víctor Nikiforov es:
2.Un hombre hermoso
3.Amigable
4.Amable
5.Cariñoso
6.Generoso
7.Talentoso
8.Entre muchísimas cosas más
9.Siempre está allí para ayudarme
10.Y apoyarme
11.En mis momentos más difíciles
12.Por eso mismo y por mucho más
13.Esto es para ti

Esta última nota estaba encima de una caja de regalo,  envuelta en un papel con dibujos de copos de nieve.
Víctor vaciló un momento,  pero después de ver la cara de Yuuri,  se lanzó a abrirlo.

En ella se encontraban un par de patines blancos como la leche,  con unas cuchillas doradas,  pero de la mejor calidad y en la parte superior que rodea la pantorrilla,  estaba bordado con terciopelo la bandera de Rusia. Mas al mirarlos más detenidamente,  pudo ver que en la parte exterior del patín izquierdo,  lucía cosida las iniciales Y.K .

Víctor no cabía en sí del asombro y con una sonrisa capaz de derretir la nieve del invierno más frío de Siberia,  desvío sus ojos hacia Yuuri.
El japonés,  levemente avergonzado se giró hacia un lado,  exhibiendo así sus patines,  los cuales eran iguales que los de Víctor,  salvo que la bandera de Japón y las iniciales V.N reducían en ellos.

-Vuelve a mirar en la caja,  hay algo más... -adjuntó el moreno.

El ruso no tuvo tiempo ni de pestañear hasta que se encontró esta nota en el fondo:
"Querido Víctor:
Espero que este regalo haya sido de tu agrado y que te haya hecho la misma ilusión que la que yo le he puesto.
Por muchos más cumpleaños juntos.
Te amo.
Yuuri Katsuki"
Y al lado de esta,  reposaba un pin hermoso, de una flor azul con unas perlas incrustadas.

Víctor no pudo contener la alegría,  y se le lanzó al japonés, abrazándolo y besándolo con pasión.

-Yuuri... Yo...

-Shhh... -respondió y acercándose a él adjuntó:
-Feliz Cumpleaños.

La nieve cubría Hasetsu, mas nuestros protagonistan no tenían frío. El amor de sus corazones los mantenía calientes.

Unas Navidades RedondasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora