Subí al segundo piso de mi hogar donde descansé mi cuerpo en una silla, frente tenía un gran ventanal que utilizaría para observar mi obra. Guindé unos binoculares en mi cuello y me quedé ahí observando fijamente la casa buscando recordar si había olvidado algo mientras esperaba que se hicieran las diez y diez.
Debí haberme quedado dormido una media hora antes de que el primer grito chocara contra el vidrio, por reflejos sostuve los binoculares con mis dos manos y lo vi. Uno de ellos tenía una de las trampas de osos sosteniéndole el pie desde el talón hasta un poco más arriba del tobillo. Corrieron a su ayuda tres de su grupo quienes se las ingeniaron para rescatarle el pie. Su instinto les decía a los demás que había más de aquellas trampas; por lo que cada uno disparó al césped buscando activar todas las restantes. "Mierda, entrarán en la casa y verán que no hay nadie". Pensaba. Buscaba un plan secundario en mi subconsciente que quizá haya hecho pero no recordara, era en vano. Los otros tres continuaron a paso lento por el jardín buscando entrar, no había tenido la oportunidad de contar cuantos más habían si no hasta que bajé al primer piso donde vi a más, vigilando la zona; eran siete en total contando al que estaba en el suelo con el tobillo roto. Lograron entrar, pasaron unos dos o tres minutos hasta que comenzaron a resonar sus gritos, su sufrir era una melodía para mis oídos. Aquel sonido alertó a los otros tres, quienes corrieron adentro en busca de los demás, solo quedaba fuera el herido a quien podía desmantelar antes de que salieran de la casa, tiré al suelo los binoculares y salí de casa, crucé la carretera y antes de que pudiese sacar su fusil lo noqueé y cayó. Estando ahí recordé que colocando las trampas había roto el tubo de gas de la cocina, ya para ese entonces la casa debía de ser una bomba de tiempo. Le saqué una granada del cinturón, retiré el seguro con los dientes y la arrojé. Cruce la calle hasta casa a toda velocidad, con el fin de evitar que algún objeto me alcanzara al explotar y me hiriera; me lancé detrás de una pared donde escondí mi cabeza entre mis piernas y tapé mis oídos con mis dos manos esperando lo que sucedería. El fuego se elevó unos quince metros junto con los objetos que volaron por los aires, acto seguido salí nuevamente a toda marcha, enaltecido por aquella victoria.
Le removí todo lo que llevaba puesto al único sobreviviente, me coloqué el chaleco anti-balas y me amarré el cinturón con las granadas que quedaban. Lo vi mirarme y comenzó a llorar, parecía ser solo otra víctima de todo esto pero era un asesino y no había nada que pudiese justificar lo que había hecho. Aunque desde ese momento, yo también lo era; me excusaba con el hecho de que mis razones eran justificables
—¡Pecador! ¡Pecador! ¡Pecador! —repetía al tiempo que se desvanecía— ¡Pecador! ¡Pecador! ¡Pecador! ¡Peca...dor!
Le disparé en la frente, para concluir así, con su agonía. Cuando estás solo en el mundo olvidas que un abrazo es refugio, dejas de necesitar el cariño de terceras personas y te conviertes en alguien tan egoísta cómo para pensar que estar solo es una manera de progresar sin la necesidad de deberle nada a nadie. Me perdí en pensamientos. mientras veía aquel fuego que emanaba la casa, me había cargado a siete de ellos. Esperaba, mamá y Summer estuvieran durmiendo donde sea que estuvieran, no quería que supieran que su hijo y hermano era un asesino. El mundo era una cadena donde los pobres le trabajaban a los ricos; donde los ricos le trabajaban al país; donde el país le trabajaba a otros países que a su vez estos nos trabajaban a nosotros. Por eso supe que no quería pertenecer a este sistema donde el egoísmo por mera suerte beneficiaba a otros, yo solo quería un mundo lejos de esto.
—Mueves un dedo y me gasto la munición en tu cabeza —dijo una voz tras mi espalda.
Levanté las manos y solté el fusil para darle a entender a aquella voz no identificada que no opondría resistencia. Me rodeó hasta que quedamos frente a frente, la boca de su arma me apuntaba al pecho.
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10:10
Non-Fiction"Siempre nos convertimos en quienes odiamos". Historia basada en una pesadilla que narra la historia de Jake en un pueblo de Venezuela donde debe aprender a sobrevivir de seres que desconoce. Escóndete bien a las 10:10 o podrías despertar con una b...