La desventaja de vivir en un quinto piso es tener que lidiar cada noche con aquel grito ensordecedor que pronuncian las personas que están escondidas debajo de nosotros, implorando clemencia y rogando una segunda oportunidad. Qué curioso es el ser humano; Comienza a valorar las cosas solo cuando sabe que es capaz de perderles.
¿Estamos tan acostumbrados a estar vivos que no nos damos cuenta de lo que tenemos? ¿O quizá solo apreciamos la vida porque le tememos a la muerte? Siempre han sido preguntas mentales que no me contesto.
Son casi las nueve cuando llegamos al apartamento, es pequeño, un suelo de marfil de un color grisáceo, paredes con tonalidades de un mostaza (Como las de nuestra habitación) al entrar, a mano izquierda se encontraba el cuarto de baño, siguiendo el pasillo terminabas llegando a la sala donde en medio había una mesilla de cristal con un mantel blanco el cual llevaba un florero encima, entre esta se hallaban dos sofás donde detrás de uno había un enorme ventanal con unas persianas bañadas en un caoba. A un lado de la sala estaba la cocina y un poco más adelante la habitación donde dormíamos. La ropa se lavaba en la lavandería que estaba en el primer piso, lugar que nunca irrumpimos puesto que teníamos una casa donde hacerlo.
Mamá se detuvo en la cocina para prepararnos cereal a mi hermana y a mí, mientras nosotros nos dirigimos al cuarto a jugar un partido de ajedrez. Comienzo a buscar con la mirada el tablero hasta que lo consigo oculto debajo de la almohada de mamá.
—¿Jake crees que sobreviviremos? —dice mi hermana mientras me ayuda a armar el tablero en la mesilla.
—Si sobreviviremos. Pero no se por cuánto tiempo Summer —respondo con frialdad moviendo la primera pieza para iniciar el juego. Summer se mantuvo sumisa y no lograba pronunciar lo que intentaba.
>>Tranquila, ellos no suben a estos pisos no nos ocurrirá nada mientras continuemos acá.
—Tengo miedo, los vi la otra noche por la ventana, van muy bien armados y no parecen querer conversar. —dijo moviendo una pieza.
—Summer, ellos no te harán daño, yo no dejaré que lo hagan —contesté mientras seguía jugando
—¿Por qué crees que hagan esto?
—No estoy seguro pero a este paso no habrá nadie.
—Ya, quizá ellos hayan en algún momento sido como nosotros, pero ahora solo buscan venganza, a fin de cuentas, siempre terminamos convirtiéndonos en quienes odiamos.
"A fin de cuentas, siempre terminamos convirtiéndonos en quienes odiamos". Esas últimas palabras se apoderaron de mí, desconfiguraron mi manera de pensar acerca de este circo, el odio era una palabra muy corta con sentimientos muy grandes.
—¡Jake, Summer, vengan a comer! —exclamó mamá.
—¡Ya vamos! —respondimos a la vez.
Nos sentamos en el comedor junto con mamá, todo estuvo muy callado durante la cena, simplemente nos concentrábamos en no derramar la leche y prestarle atención a nuestros pensamientos quienes nos sacaban del mundo real a menudo. Al concluir la comida, Summer y yo volvimos al cuarto a reanudar nuestro partido. Ella movió su dama dando así un "jaque" a mi rey.
—¿Tú te convertirías en alguien que odias Summer? —dije recordando lo que había dicho antes.
—Jamás lo haría, pero el odio siempre viene acompañado de venganza y vengarse significa convertirse en quien odias.
—Entonces la venganza es la responsable, no el odio. —contesté matando a su dama con un caballo, posicionado de una manera tal cual no se percatara de su ubicación.
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10:10
Non-Fiction"Siempre nos convertimos en quienes odiamos". Historia basada en una pesadilla que narra la historia de Jake en un pueblo de Venezuela donde debe aprender a sobrevivir de seres que desconoce. Escóndete bien a las 10:10 o podrías despertar con una b...