Me levanté como de costumbre, tenía que ir a entrenar con Yakov, me bañe y me aliste, salí de mi habitación y escuchaba que ella también ya se había despertado y atendía a nuestro bebé, sí, yo, Viktor Nikiforov tuvo una bella bebé con alguien a quien no ama.
Solo mirar el anillo de matrimonio que tenía en mi mano me daba ganas de salir huyendo de todo, tomar el primer vuelo a Japón y perderme en el amor que perdí por mi cobardía e idiotez, pero no podía hacerlo porque solo le daría más dolor de lo que ya le provoque.
Fue la idiotez de mi estúpido corazón, el sentirme tan perdido sin el a mi lado, de la necesidad de abrazarlo, de besarlo, de sentir su piel como lo hice la última vez, por lo cual que no medí las consecuencias de mis acciones y termine envuelto en una relación que nunca quise, en una telaraña hecha por esa mujer que es la madre de mi hija, de una pequeña que no tenía nada de culpa, por la cual no puedo dejar que la lastimen.
Pero por ello estoy obligado a mentirle al mundo, a mi niña y a mí mismo de que soy feliz con esta vida que yo mismo me lo busqué.
Tres años que no lo veo, tres largos años que lo extraño como si no hubiera mañana, salgo de esa enorme casa que alguna vez quise compartir con él y con mi fiel amigo, el cual no culpo por no querer regresar conmigo, por lo cual ahora me encontraba completamente solo en esa fría casa.
Al salir el frio de mi amada ciudad me golpea en la cara y no puedo evitar añorar Hasetsu, el mar de ese lugar, sus aromáticos baños termales, los deliciosos Katsudon y en especial a mi amor perdido, a ese amor por el cual solo pude dejarlo libre, libre de una persona como yo, libre para que encuentre a una persona que lo amé como se lo merece, aunque yo me muera de dolor al pensar que otra persona es quien lo toca y lo ama en mi lugar.
Solo en una carta pidiendo perdón a mi amor y devolviendo ese lazo que nos unía.
He perdido muchas cosas, mi amor, mi fiel amigo y a mis amigos, todos los que patinaban conmigo me ignoraban o me trataban distantes, incluso Yurio decidió solo trabajar con Liria la ex de Yackov, el llevar la carta y recoger a Makkachin era el último favor que me hizo.
Ya me encontraba en medio de la pista, Yackov aún no llegaba, estaba solo y mis piernas se movieron solas a hacer esa rutina que tanto me dolía y abandoné, Stay Close to me, la abandoné porque ya no la podía usar en las competiciones, me rompería si lo hiciera, al igual que lo hago ahora, porque estoy desesperado al añorarte, al quererte en mis brazos de nuevo, tanto que siento que ya estoy muerto en vida mi amado Katsudon, mi Yuuri, mi Eros.
Al terminar la rutina, término como siempre, de rodillas al piso, mirando por el gran ventanal del lugar, con lágrimas que no puedo retener y preguntándome a mí mismo el porqué,
Porqué ella está en tu lugar, mi amado Eros, mi Yuuri.