WINGS -YoonKook-

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Tocó la campana de la escuela, dando ha entender que la jornada escolar habia culminado, la tarde se habia vuelto gris y una ligera brisa acompañaba el frio aire. Mi corazón latió con fuerza, Nam me estaria esperando en la plaza central, trataba de calmarme pero solo lograba ponerme más tenso y nervioso. Guardando mis cosas y saliendo del aula para asi salir del instituto caminaba temeroso, llegando al lugar que Kim me habia indicado, mis piernas flaquearon al verlo a lo lejos buscando con la mirada a alguien hasta que su vista se posó sobre mi dandome una sonrisa lasciva, indicandome con su dedo indice que lo siguiera hacia un callejon, ni siquiera supe como, mis piernas se movieron por si solas y empezaron a andar, no queria causarle disgustos. Llegamos hasta el final de aquella calle sucia y escondida separados por una corta distancia.

-- Y bien...un trato es un trato, el dinero, dámelo y despues de esto juro que hare como si no te hubiera tratado nunca en mi puta vida -- exigió con el rostro firme, yo solo asentí y le extendí el sobre con el contenido el cual me fue arrebatado inmediatamente de las manos, las cuales me temblaban y no pude evitar dirigir mi mirada al suelo esperando la reacción de Nam la cual fue inmediata, ya que me lanzó el sobre con furia ganandome una buena bofetada por parte de el--.

-- ¿ACASO ME QUIERES VER LA CARA DE IMBECIL? --realmente estaba enojado -- Esa miseria no fue lo que acordamos --hizó puños haciendo que los nudillos le empezaran a quedar blancos y su mandibula se tensó -- ¿DÓNDE ESTÁ LO QUE FALTA? -- gritó esta vez mas fuerte haciendo que me exaltara y un sollozo mudo saliera de mi garganta acompañado de una lagrima que se habia sumado a las que ya habian brotado --.

--Y-Yo... lo siento --susurré aún con la cabeza hacia el suelo, no podia verlo, estaba aterrado, aún era muy joven para morir, tan solo tenia 8 años...-- n-no pude juntar todo el dinero... p-pero prometo que mañata te daré lo que resta... solo es una cuarta parte -- esta vez me atreví a levantar la vista, él seguia cabreado, su respiracion era profunda, pero el solo negó con la cabeza dejandome confundido, haciendome creer que no aceptaba mi oferta-- Por favor NamJoon, Prometo que mañana te daré todo lo que falta.. si quieres un poco más pero dejame ir por favor-- volví a suplicar sollozando--.

--Tu hermana ¿Como se llama?-- trató de relajarse pero aún se notaba el enojo en su voz -- La mayor... traela mañana a ella --sacó un cigarro de su chamarra y lo prendió, yo no entendia a que se referia, limpié las gotas saladas que escurrian por mis mejillas--.

--¿P-para que la quieres a ella? -- sorbí mi nariz mientras lo miraba desconcertado, no comprendia--.

--solo traela y ya-- inhaló el humo de su, en ese momento distraccion, exalandolo despues, hablaba entre dientes, aun tenia enfado, y milagroasamente se estaba controlando--.

--Pero Nam... eso es imposible, no puedo, además, ella no vendria-- mi llanto mudo estaba cesando--.

-- Bueno -- dijo esta vez dandole la menor importancia, aventando el cigarrillo a algún lado del callejón el cual se empezó a mojar con la lluvia que empezaba a caer-- Ya lo pensarás, quiero conocer a tu hermana, ya nos las arreglaremos. Te la traes de paseo y yo me hago el encontradizo. Mañana te llamaré y hablaremos de ello, cuando escuches mi silbido, ya sabes que te estare esperando en este lugar -- dicho esto sin dejarme decir nada se fue poniendose la capucha de su chamarra y corriendo bajo la lluvia que se empezaba a hacer cada vez más fuerte. quedandome ahí, mojandome sin mover ni un musculo, empecé a darme cuenta de lo que significaba su plan. Yo era aún un niño, pero sabia de oidas que los chicos y las chicas, cuando eran un poco mayores, podian hacer entre si cosas indecentes. Y entonces yo... de pronto me di cuenta de lo mounstruoso que era aquello. Decidí no obedecer a Nam, pero no me atrevía a imaginar en lo que sucedería si no hago lo que me pidió. Desesperado crucé la plaza desierta a causa del clima, con las manos en los bolsillos mientras el agua caía sobre mi, de pronto, esa voz suave y fresca me llamó. Era Min YoonGi. Volteando hacia donde él le sonreí o por lo menos lo intenté...