Mi mundo esta en las nubes, de repente río como lloro. Siento volar y mi relajación esta en otro nivel. Miro a Justin y él sonríe pícaro, pone un poco de cocaína en mi pecho, río del gusto cuando el lo lame y jadeo cuando siento su mano meterse en mi centro, acariciando mi clítoris con destreza, gimo su nombre.
Me entrego a él por completo.
Despierto al sentir humedad, cuando abro los ojos veo a Justin sobre mi dándome pequeñas lengüetazas y acaricio su pelo con una sonrisa. Parece nunca cansarse. Él levanta la cabeza de su labor y atrapa mi labio inferior entre los suyos. Me siento en el paraíso.
- ¿Tienes más? - le pregunto ansiosa
- No. Ya has tomado mucho por hoy
- No seas aguafiestas- digo rodando los ojos
- Dije que no. Me niego a tener que salir corriendo contigo a un hospital como la otra vez- hago una mueca al recordar la vez que sufrí una sobredosis.
- No sucederá, cariño. Dame un poquito.
- ¡Te dije que no, _____!- exclama tajante, yo hago pucheros para intentar convencerlo- esta vez no te funcionarán- y me aparta la mirada
- Esta bien, ya la consigo yo sola- me levanto de la cama y me pongo los primeros pantalones que veo
- ¿A dónde crees que vas? - me mira intimidante, le reto con la mirada mientras termino de vestirme, cogiendo mi bolso y algo de dinero me dirijo a la puerta - no se te ocurra salir- me amenaza
- Mírame- le reto y doy un portazo.
Bajo rápidamente por las escaleras, el ascensor esta averiado y salgo de aquel viejo edificio, miro a los lados y me pongo la gafas, la policía no sospecha de mi pero debo mantenerme en bajo perfil si no quiero problemas, al menos es lo que Justin siempre dice, así que sé que ahora esta ardiendo y no tardará mucho en seguirme los pasos y llevarme de vuelta al piso, endemoniado. Sin dudarlo mucho, me pierdo entre las calles de la cuidad dispuesta a buscar a quien se ofrezca a venderme la droga que tanto quiero.
Cuando llego a mi destino sé que no estoy sola. Justin me esta siguiendo y si aún no se ha acercado a mí es para ver hasta donde soy capaz de llegar. Miro a mi alrededor, estoy segura que es aquí así que decido entrar a aquel bar. Apenas hay gente allí, algunos hombres me miran y dos de ellos me piropean los ignoro y busco al que realmente me interesa. Lo veo allí, al final del local y con una cerveza en la mano, su mirada se encuentra con la mía y me mira curioso, suspirando profundo me acerco a él.
- Hola
- Hola ¿Nos conocemos, preciosa?- me pregunta, sonríe a medias y noto sus dientes de oro, me parece horrible pero intento evitar hacer algún comentario o poner casa de asco.
- ¿Tu eres Curro? - le pregunto en voz baja. Estoy segura que es él, castaño claro, bajito y con varios tatuajes y piercing en la ceja
- Yo soy quien quieras- me sonríe malicioso, siento los ojos de algunos sobre nosotros- ¿Qué quieres?
- Bueno... quiero comprar- susurro nerviosa, nunca antes había hecho esto, siempre se encarga Justin. Él se ríe
- Que tierna resulto ser la chica de Bieber- me tenso- Eso me ha quedado claro ¿Que quieres exactamente?
- ¿Tu como sabes que soy algo de Justin?
- Bueno, todos lo que conocemos a Justin sabemos quien es su gran y mayor tesorito intocable- dice burlón, yo miro a otro lado incomoda- ¿Él sabe que estas aquí?- pregunta curioso
- ¿Te importa?- él enarca una ceja sorprendido
- Guau fiera, no saques las garras- vuelve a sonreír burlón- ¿Esta aquí contigo, no? Dudo que te deje venir sola a este lugar.
- No soy ninguna bebe. ¿Me vendes o qué? - hablo exaltada. Gran imbécil.
- Lo siento, hermosa, pero ahora mismo no tengo nada- suspiro con exasperación- si esperas un par de horas puedo conseguirte algo y...
- Olvídalo.
Sin medir más palabra me apresuro a salir de allí, le escucho llamarme "chica Bieber" varias veces pero le ignoro, choco de bruces contra alguien hasta casi caer, pero me sostiene a tiempo. Cuando siento su mano atraparme no me hace falta levantar la cabeza para saber de quien se trata: es Justin. Ha venido a buscarme. Y esta furioso.
- Vamos- se limita a decir sin soltarme y antes de salir de allí le da una mirada y asentimiento de cabeza a Curro
- No te enojes- murmuro. Él se detiene en mitad de la calle y me mira enfurecido
- ¿Qué no me enoje?- pregunta fingiendo calma- muy bien, ¿te aplaudo? ¿te felicito y te digo que estoy feliz porque hayas venido hasta aquí? - él me pregunta retóricamente con de una mirada asesina
- Sé que no debí pero tu no...
- ¡¿Yo no qué?!- me interrumpe- si yo te digo que no hay más es que no-hay-más-y-punto.
- No hace falta que grites- levanto el tono de voz molesta- no soy una niña pequeña. Y si yo quiero más me lo das o la consigo en otro lado- digo con naturalidad y me encojo de hombros con indiferencia. Justin se acerca a mí de forma intimidante y yo me tenso
- Te equivocas. Tú estas metida en toda esta mierda por mi culpa, si hubiese sabido que ibas a terminar enganchada...- él niega con la cabeza y me siento culpable
- Justin sólo... quería más, no es tan grave. Sabes que sé controlar, sé que lo haces porque te importo pero es estresante tu sobreprotección.
- ¡Eres lo único que tengo ___*!- exclama exaltado y toma mi cara entre sus manos- como no te voy a proteger, cariño.
- Pero a veces te pasas- ambos hacemos una mueca
- Intentaré controlarme ¿vale? Pero no vuelvas a venir aquí, esto no es un juego ______. - yo ruedo los ojos y asiento, me pongo de puntillas y beso su mejilla, él me sonríe y me toma de la mano- vamos al departamento, tenemos que irnos a casa, me he enterado de que la seguridad por aquí esta reforzándose y...
Justin ni siquiera termina la frase. Escucho un golpe y pocos segundos después se acerca a toda velocidad un coche policial. No, son tres. No termino de asimilarlo cuando los veo salir a toda prisa de los vehículos con armas en la mano, escucho como alguien grita y algunos ya salen corriendo intentando huir de ellos. Del bar en que me encontraba sale el Curro corriendo con arma y dispara. Grito y aprieto la mano de Justin. Él me pega a su cuerpo y hace que me tire al suelo, cubre mi cabeza y escondo mi cara en su pecho e intento no gritar. Esto es surrealista.
Escucho más gritos y disparos. Poco después llega otro coche de policías y Justin me aprieta, me susurra cosas al oído pero no estoy segura de entenderle. Me hace esconderme detrás de un contenedor y busca por todos lados la forma de salir. Y entonces creo que ocurre lo peor: Mi mirada se encuentra con la de un policía que me señala con su arma.
- Salgamos de aquí- murmura Justin y cuando lo siento apunto de avanzar se detiene al ver que no me muevo. Escucho un grito. Miro de reojo y veo sangre. Curro esta en el suelo casi agonizante y reprimo las ganas de llorar.
- ¡Ustedes, quédense donde están!- vuelvo a centrarme en aquel agente y Justin palidece.
Este es nuestro fin.
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Runaway Baby {Justin&____}
RomanceAdaptada. Rυиαωαч вαвч "Corramos, huyamos, no perdamos el tiempo. Ahora sólo somos tu y yo; fugitivos nena."