Capítulo 19

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"Te quiero demasiado"

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"Te quiero demasiado"

Esas palabras han estado rondando mi cabeza toda la semana. No pude responder nada, mi mente dejó de trabajar por varios minutos, tanto así que Aron volvió a escribir:

"No tienes que responder nada, Lizi. Solo quería dejarte en claro mis sentimientos. Descansa, mi Lizi"

Luego de leer eso quería golpearme contra la pared. Perdí la oportunidad de decirle lo que siento por él. Espero tener otra. Por ahora me concentraré en prepararme mentalmente para la salida con sus amigos. Jamás he estado rodeada de tanta gente, ni he convivido con nadie. Me pone nerviosa que me vean como un bicho raro. Quiero que me acepten. Necesito ayuda profesional para esto. Busco en los libros que compré el día aterior, pero ninguno me ayuda a socializar. Necesito conseguir uno que me ayude a ser una persona normal. No me gustan los libros electrónicos así que me arriesgo y busco una sede de cualquier editorial que esté cerca. Al encontrar una a diez minutos de donde estoy, procedo a cambiarme de ropa. No olvido ponerme una gorra antes de salir, para cubrir un poco mi rostro.

Me detengo antes de abrir la puerta. ¿En qué estoy pensando al salir sola? Necesito llamar a Aron para que me acompañe. En eso llega a mi mente uno de sus mensajes de anoche: "Eres muy valiente". Aron me cree valiente, es hora de demostrarle que no se equivoca. Respiro hondo y cuento hasta tres antes de abrir la puerta. Repito el proceso antes de salir del edificio. En la calle, me concentro en seguir el mapa. Procuro tener la mirada abajo para no dar sospechas de nada. Aunque creo que ya de por sí me veo sospechosa al usar gorra en un día nublado y una enorme sudadera. Me detengo donde el mapa me dice que está la editorial, pero al ver a mi alrededor no la localizo. Vuelvo a buscar la dirección, y tal parece que no sé leer mapas pues resulta que estoy a veinte minutos de mi destino. 

Frustrada vuelvo a emprender mi camino hacia la editorial. Corroboro tres veces que las direcciones que veo en la calle sean las mismas que las del mapa, pero llego a un punto en el que no es así. Veo hacia todas partes, tratando de entender dónde estoy. Tal vez estoy del lado incorrecto de la calle, pero mi cerebro me repite una y otra vez: "Estoy perdida". Estoy perdida, no sé dónde estoy ni por dónde vine. Estoy en medio de la acera estorbando el paso de las personas. Personas que me miran con fastidio y extrañadas de verme ahí parada. Sus miradas me incomódan, no me gusta que me vean así. Siento una opresión en el pecho, me cuesta respirar, estoy a punto de tener un ataque de pánico en medio de la calle.

-El destino no une de nuevo, lindura -giro hacia esa voz, es el chico de ayer- ¿Y tu guardaespaldas? -mira hacia todos lados tratando de encontrar a Aron- ¿No está por aquí? Por cómo se comportó ayer me extraña que te deje sola. -solo lo observo sin decir nada... bueno, no es como si pudiera decir algo- ¿Qué te pasa? ¿Tan posesivo es que no te deja hablar con nadie sin su permiso? -se sigue burlando, pero su diversión se convierte en desesperación- Me está hartando tu silencio -suelta de manera brusca, solo me encojo en mi lugar intimidada. Sé lo que tengo que hacer, pero el miedo por estar perdida no me deja reaccionar. Jackson se cansa de esperar, se da la vuelta y comienza a caminar para alejarse de mí. 

El corazón se me acelera, si se va me quedaré sola de nuevo. Es la única persona que conozco aquí que puede ayudarme. Y aunque puedo escribirle a Aron, no quiero interrumpirlo en sus clases. Además, él no tiene la obligación de rescatarme siempre. Y más cuando me meto en problemas por ser tan tonta. Desesperada le doy alcance y sujeto su brazo, me mira sobre su hombro fastidiado. 

-¿Y ahora qué? -le señalo mi garganta y luego escribo en mi celular.

"Lo siento, no puedo hablar"

-¿Te enfermaste de la garganta? -pregunta confundido, a lo que yo niego con la cabeza y bajo la mirada avergonzada- Acaso... ¿eres muda? -creí que esa palabra era muy ofensiva, pues cada vez que la escuchaba de mi madre me dolía mucho. Pero hay algo en el tono de voz de Jackson al decir esa palabra que no me siento ofendida y ni lastimada de alguna manera. Asiento con la cabeza para responderle- Y me imagino que, por la cara de perrito abandonado que tenías hace rato, estás perdida -asiento con vergüenza, Jackson se ríe- ¿A dónde quieres ir? Te ayudaré a llegar. -lo miro sorprendida, no indagó más en mi condición. Más bien, de una manera natural siguió con la conversación como si no le importara que fuera muda. 

Le mostré la dirección y volvió a reírse de mí, esa vez fruncí el ceño indignada. Tomó mi mano y caminamos por unos pocos minutos hasta llegar al edificio que buscaba. Ciertamente era un asco leyendo mapas.

"Muchas gracias por tu ayuda"

-Voy a necesitar algo más que un "muchas gracias". Debes recompensarme, sin mí seguirías en la acera llorando.

"No estaba llorando"- alego, Jackson se ríe al leerlo y al ver mi rostro.

-Si hubiera llegado a ti unos segundos después te hubiera encontrado llorando.

"Como sea. No tengo nada para pagarte"

-¿Qué te parece con tu nombre? -lo miro confundida- Dime tu nombre y estamos a mano.

"Elizabeth"

-Es un nombre muy bonito y elegante. -me observa durante unos segundos- En fin, ¿qué necesitas tanto que te arriesgaste a perderte en la calle?

"Libros"

-¿Tanto problema por libros? Aunque no me sorprende, te ves como esos ratones de biblioteca pero sin los anteojos. Bien, vamos por tus libros. -alentó.

"¿Me acompañarás?" -pregunto extrañada

-¿Te molesta?

"¿No tendrías que estar en la escuela?"

-¿Quién eres mi madre? Yo decido cuándo voy a la escuela.

"Te suspendieron" -intuyo y por su expresión acerté.

-Deja de decir tonterías y vamos por tus tontos libros. -se adelanta a entrar y yo sonrío divertida. Le doy alcance cuando se detiene a esperarme, me deja pasar primero y caminamos por los pasillos cubiertos de libros.- Sí que te gustan los libros -señala los diez libros que llevo en los brazos, me los quita para cargarlos. Lo miro sorprendida- Tus bracitos a penas y pueden con tres libros, además no voy arriesgar la vida de las personas al dejarte llegar al punto de poner los libros a mitad del camino. ¿Olvidas que estuve a punto de morir por tu culpa?

"Eres un exagerado"

-Dícelo al hematoma que tengo en la pierna -menciona, pero luego sonríe con diversión y me contagia. Pasamos unas horas más adentro hasta que él me suplicó que ya no viera más libros. Luego de pagar me ayuda a cargar las bolsas y me acompaña a la entrada de mi edificio. Intercambiamos números y me hizo prometer que le escribiría. Jackson resultó ser un tipo agradable después de todo.



Te Amo en SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora