—¡Alice!— exclama mi profesora de Biología trayéndome de vuelta al salón de clases, yo sin pensar giro mi mirada hacia ella y sólo puedo notar que su cabeza se mueve en ademán de negación- ¿Nos podrías decir en qué estabas pensando para ignorar mi pregunta?- abro la boca un par de veces—Lo siento Profesora, no era mi..—dije sin poder terminar—¿intención?— dijo ella casi a punto de estallar de nuevo, mirándome de manera severa respiró hondo y aclaró la garganta—Debes prestar atención aunque hayas aprobado mi clase—dijo mirándome fijamente, yo sin sentir la necesidad de utilizar las palabras sólo asentí y sin más, todos dejaron de mirarme como si fuese la atención de un circo.
Era la primera vez que sucedía esto, jamás había estado tan pérdida en mis pensamientos en una clase. Todos los que me miraban después del suceso fruncían el ceño, extrañados por mi actitud que ni yo misma comprendía.
¡Ring!¡Ring! el sonido de cambio de clase se manifestó, tomé mis cosas y las introduje en mi bolso mientras me levantaba del asiento. Pero, en una milésima de segundos ocurrió lo más extraño que me pudiese haber sucedido, una cantidad de imágenes comenzaron a pasar rápidamente frente a mis ojos y sólo se detuvieron en la profesora de literatura.
La mujer regresaba de Starbucks de Dallas con unos cafés en mano pensando en unas diligencias de la escuela, ella esperaba que la luz del semáforo cambiase y cuando lo hizo se colocó en marcha. Pero algo no estaba bien, ¿por qué la podría ver? ,sin más dejándome corta con mis preguntas el chirrido de las llantas de un auto aparecieron en escena, el auto venía a toda prisa volándose semáforos y se acercaba de una manera brutal hacia la profesora.
La profesora estaba tan concentrada cruzando la inmensa calle que no escuchaba los gritos de las personas y cuando lo notó fué demasiado tarde, el auto la embistió haciéndola volar por los aires...después todo se colocó negro...
Una lágrima corrió por mi mejilla—3...—pensé—2...—pensé—...1— ¡Crash!¡Ah!—todos mis giraron ante el ruido y, sin pensar comencé a correr.
Salí del curso con lágrimas recorriendo por mis mejillas con el bolso medio a colocar y, sabiendo exactamente el sitio dónde todo ocurrió. Atravesé las calles sin mirar y corrí con todas mis fuerzas queriendo llegar a tiempo, pensaba que aún no era demasiado tarde y que ella se podría salvar.
Al llegar pude ver el circulo de personas rodeándola, me acerqué corriendo y me tiré en el suelo— Profesora Robinson, ¡Srta Robinson!—grité tomándole el rostro con las lágrimas brotando sin parar. Ella aún consciente me miró— ¿Lo...viste?— dijo mirándome fijamente con lágrimas en los ojos —Lo viste— dijo afirmando su pregunta y, sonriéndome exhaló.
Giré para ver a las personas cerca de mi y mirando rápidamente el panorama mi vista se detuvo en una persona que parecía destacar de entre las otras. Me miraba fijamente con el ceño fruncido era realmente impresionante, sus ojos eran profundos y grises, su cabello era totalmente negro, su tez era blanca y su estatura al menos unos 1,80 metros.
Sentí miedo, me miraba tan fijamente escudriñándome y, en un abrir y cerrar de ojos estaba enfrente de mi. Miré a las personas a mi alrededor, parecía que el tiempo se hubiese detenido y, que los únicos que podían moverse fuésemos nosotros.
— Tarde o temprano aparecería una de ustedes— aquel hombre tocando el rostro de mi profesora— ¿Una de nosotras?— pregunté frunciendo el ceño— Aún no lo sabes— murmuró mirándome fijamente— ¿Saber..qué?— lo miré queriendo entender lo que sucedía— Aún no es tiempo— murmuró mirando a otra dirección y al seguir su mirada me encontré con una profesora más joven y sonriente.
Ella se acercó a él, me miró a mi sonriendo y después a él— ¿Debo seguirte?— él la miró y asintió extendiéndole la mano. Ella tardó unos segundos en tomarla y al hacerlo se giró quedando frente a mi— Pronto lo sabrás— dijo leyendo mis pensamientos— Pronto— al terminar de decirlo ambos desaparecieron dejándome sola nuevamente entre la multitud de personas.
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La elegida
FantasyCuenta una leyenda antigua que una bruja natural puede nacer cuando la vida de su madre se pierde... Alice Sinclair, una joven de tan sólo diecisiete años ha sido una estudiante ejemplar, amada por sus padres y con grandes expectativas de su futuro...