Rayos cayendo uno tras otro en un campo abierto, el viento moviéndose sin césar, el mar amenazaba con entrar y, aún así mis ojos no se querían desprender de la figura femenina que en el otro extremo se encontraba.
Su sola presencia irradiaba poder y, aunque quisiese saber lo que fuese que ella era mis sentidos me indicaban que no lo hiciera. Pero, simplemente no podía evitar pensar qué pasaría sí llegara hasta ella.
Y sin pensarlo un segundo más me adentré en aquel campo no teniendo la certeza sí moriría. Los rayos caían uno tras otro sin impactarme, el viento no parecía desestabilizarme y aunque el mar amenazaba con entrar este no lo haría.
Cuando miré al frente justo hacia ella, lo supe. Sabía que esa persona era familiar, mis instintos siempre estuvieron correctos...ella era yo y, con fervor llevaba a un hombre en brazos.
Su piel, su cabello, sus facciones, su cuerpo, mis piernas comenzaron a fallar y, mientras caía al suelo pude ver en sus ojos entre abiertos que eran grises como las tormentas.
Él no debería estar allí, él no debía morir, él...
Sin más quedé sentada en la cama con lágrimas corriendo por mis mejillas y, al instante todas las cosas cayeron al suelo.
Sentí pasos corriendo por el pasillo y, al llegar a mi puerta no tocaron para entrar—¿Qué ha pasa..—Al verlo allí despeinado con una expresión confundida en el rostro no pude detenerme de lanzarme hacia él.
Él sólo se quedó de pie sin decir nada y, al cabo de unos segundos pasó sus brazos alrededor de mi provocando una pequeña corriente que me erizaba la piel—¿Qué ha...pasado?—sin mirarlo a los ojos respiré hondo y, retiré mis brazos para regresar a la cama...pero, él me atrajo hacia él.
Siento que la respiración se me entrecorta por un instante pero, no lucho contra él. Paso mis brazos alrededor de su cuello y, colocó mi cabeza en su pecho sintiendo el sonido de los latidos de su corazón—No deseo hablar de ello, por favor—.
Al cabo de unos cuantos minutos, él dice— Mañana nos iremos—me mira detenidamente cuando me retiro rápidamente de su pecho—¿Qué?— mira hacia otro lugar y asiente—¿Por qué no puedes mirarme a los ojos?— gira sus ojos nuevamente hacia mi pero, esta vez sintiéndolos de una manera intensa—¿Justo así?— miro hacia otro lugar y, me aclaro la garganta.
Miro de reojo hacia él encontrándome con una pequeña sonrisa, minúscula en realidad pero, hace un gran diferencia a su rostro—¿A dónde nos iremos?¿Han dado alguna orden?— susurro mientras me paso una mano por el cabello para realizarme una coleta—Sí, es una orden del clan. Han expresado que ya eres apta para estar en la academia— suelto el cabello—¿Academia?—.
Camina pasando al lado de mi y, sentándose en la orilla de la cama—Sí, es una academia a la que yo una vez asistí. Esta basada en la educación de brujos/brujas de distintos orígenes y niveles—al instante me río—¿Qué algo así como Hogwarts?—sin embargo, su mirada no es divertida—Oh, vamos. Me he acordado de ello, he leído los libros—su ceño se frunce—¿Qué es Hogwarts?—abro mi boca de par en par—¡¿Cómo no puedes saber que sí quiera existe Harry Potter aunque no hayas leído los libros o ver las películas?!—frunce el ceño nuevamente —¿Es un requisito saberlo?— cierro los ojos y, me río secamente—No, no es un requisito. Pero, sabes dejando de lado ese tema ¿por qué no había mencionado la existencia de esa academia?—.
—Por el simple hecho que no creías que podías realizar magia, no sabías nada de este mundo además, te consideraban peligrosa por ser el centro de una profecía— respiro hondo pasándome la mano por el rostro— ¿Y ahora de la nada no lo soy?— rápidamente se levanta quedando a unos escasos centímetros de mi rostro— Lo seguirás siendo pero, a diferencia de antes. Ahora tienes un poco de conocimiento y, ellos están ansiosos por enseñarte— retengo la respiración evadiendo su mirada— Y...aunque vayamos ambos después no te irás ¿cierto?— una pequeña sonrisa se forma— Tanto me quiere para que no me...— colocando un dedo sobre sus labios giro los ojos— Sí tu ego va a crecer así, prefiero lo contrario— sonriendo complemente aparta mi mano— Créeme, esto es sólo el comienzo— .
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La elegida
FantasyCuenta una leyenda antigua que una bruja natural puede nacer cuando la vida de su madre se pierde... Alice Sinclair, una joven de tan sólo diecisiete años ha sido una estudiante ejemplar, amada por sus padres y con grandes expectativas de su futuro...