Un Subterráneo Peculiar

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Había llegado el gran día y Janet aun no se sentía del todo lista

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Había llegado el gran día y Janet aun no se sentía del todo lista. A pesar de haber estado más de una hora en el baño acomodando su cabello, alisando su uniforme con las manos y lavando su cara, en su interior estaba completamente desorganizada. No estaba segura de ser una buena bruja, le aterraba no poder seguirle el paso a todos los otros alumnos que llevaban toda una vida siendo magos.

- ¿Nerviosa? - Preguntó su mamá con una gran sonrisa en sus labios.

- Claro que no. - Mintió Janet.

- Vamos, en 5 minutos tenemos que ir a la estación. - Dijo Jeremy colocando el baúl con las pertenencias de su hija en la chimenea. - Y debes explicarnos cómo funcionan los polvos que compraste online.

- Claro, yo entro en la chimenea y digo a donde quiero ir. Cuando yo desaparezca, va a aparecer una escalera que los bajará directo a la estación.

Janet se sentó sobre el baúl que tenía sus iniciales y respiró profundo, guardó a Puffle en su bolsillo, tomó un puñado de polvos Flu y mientras los lanzaba al piso dijo con voz alta y clara: ¡Subterráneo Ilvermorny!

Una nube grande y violeta brillante de humo la rodeó, quería mantener sus ojos abiertos para seguir viendo las fantásticas imágenes de la ciudad que se proyectaban a su alrededor, pero el humo el hacía picar los ojos. De a poco fue oyendo ruido, eran personas hablando, riendo e incluso llorando.

Cuando por fin sintió que se había detenido, se animó a abrir los ojos. Estaba en una estación del Subterráneo, pero no era como las de la ciudad que estaban sucias y olían mal, esta era muy especial: Con pisos de madera oscura y columnas de mármol blanco, techos infinitos que proyectaban la vida de los fundadores del colegio y, cuando prestó atención, vio que en las paredes blancas aparecían escritos datos y curiosidades sobre Ilvermorny, por ejemplo, que los colores que estaban más presentes eran el azul y el arándano porque Isol, la fundadora, amaba el azul y quería ser Ravenclaw, y su marido, el cofundador, amaba las tartas de arándanos.

Janet no podía salir del asombro, seguía sentada en su baúl pero sus ojos estaban en todas partes. El tren subterráneo era hermoso, de un color azul turquesa con detalles en dorado, que tenía en el frente el escudo del colegio. Junto a cada puerta había una persona vistiendo túnicas color arándano con insignias doradas en el pecho.

- ¡Ahí estás! - Era su padre quien hablaba. - Nos perdimos entre la multitud de personas. - Hasta ese momento, Janet no se había dado cuenta de la cantidad de personas que habían en la estación. Eran muchos padres abrazando a sus hijos, quienes tenían baúles tan grandes como el de Janet. Varios tenían lechuzas en jaulas, otros tenían ranas, gatos, pequeños animales pegajosos y demás tipos de animales.

- En tres minutos el subterráneo tiene que partir.- Dijo Pattie mientras se apoyaba en su rodillas, para quedar a la altura de Janet. - Cuidate mucho, ¿Si? Hazle caso a tus profesores, no salgas del castillo, no seas mala con nadie, no busques peleas, nada de experimentar cosas raras con las pociones, estudia mucho y...

Janet Rowden en Ilvermorny {Harry Potter}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora