El cielo se encontraba tan gris, que a todos les daba esa sensación de soledad y tristeza, esos sentimientos que te llenan y vacían a la vez, como si jugaran contigo, con tu ser.
A todos, casi a todos, excepto a Noya.
A todos, casi a todos, excepto a Asahi.
Las gotas de la fría lluvia, parecían un llanto descontrolado de alguien que busca felicidad en un momento donde se derrumba, trasmitían cierta tristeza que hacían que te doliera hasta el alma.
O al menos eso era lo que sentían cada una de las personas que habitaban en aquel lugar, el lugar donde ahora el cielo se contemplaba gris.
Un libero era la excepción.
Él sentía paz, tranquilidad y buscaba atesorar este tipo de días lluviosos, buscaba la solución para jamás poder olvidar los cálidos momentos que pasaba con Asahi, entre sus brazos, mientras observaban caer las gotas en el cristal de su ventana.
Una estrella era la excepción.
Al igual que su acompañante, él se sentía feliz, con amor y cariño, sentía que nunca podría dejar que Yu se alejara de sus brazos, no podría sobrevivir a un día como ese sin que su querido guardián, se escabullera debajo de su abrigo, buscando aquella calidez de protección que trataba de brindarle.
Personas de todas las edades buscaban refugiarse bajo un techo, buscaban abrigarse para no enfermar, otros tomaban bebidas calientes para no sentir el frío abrasador.
Excepto un pequeño extrovertido con peinado rebelde.
Excepto un chico alto, dulce como la miel y con cabello suave como algodón.
Ellos eran únicos en el amor, tan primerizos e inocentes en el, pero tan unidos y dulces que, cualquiera que los veía, podría creer que eran unos ya expertos en los amoríos, aunque no fuera así. Eran ese tipo de amor que se cree sólo existe en los cuentos de hadas, fiel y puro, con promesas de por medio, con cariños y palabras que hacen que a cualquiera se le endulce el corazón.
—Asahi, dime...—hizo una leve pausa y luego prosiguió— ¿Podriamos hacer una promesa?
—Sabes que me encanta hacer promesas contigo, siempre y cuando no impliquen perderte.
Al decir esto, un gran sonrojo cubrió la cara de Azumane, lo había dicho inconscientemente. Y no es que estuviera mintiendo, sino que le daba demasiada vergüenza decir cosas así, no le era muy fácil ser tan extrovertido de sentimientos, como lo era Yu.
—Te has puesto muy rojo -rió el de baja estatura.
—No fui el único, también lo has hecho tú.-replicó en un tono nervioso y bajo.
Después de unas cuantas risas y unos tiernos besos, Nishinoya decidió continuar con aquella conversación que había iniciado.
— La promesa que quiero hacer contigo es...
—¿Es...? -comentó Asahi, para indicar que su pequeño acompañante siguiera hablando.
— Que me prometas que nunca te alejarás de mi, que permanecerás a mi lado hasta el final, promete que en días lluviosos estarás a mi lado para abrazarme, como justo ahora, mientras observamos por la ventana todo el lugar que nos rodea.
El corazón de Asahi comenzó a latir demasiado rápido, todo su cuerpo comenzó a temblar de felicidad, se sentía demasiado feliz por saber que Noya deseaba lo mismo que él, deseaba nunca poder separarse y pasar toda una vida a su lado. Una vida entre besos, abrazos, caricias y palabras dulces, una vida de amor puro, fiel, inocente y sobre todo, verdadero.
—Te lo prometo, Noya.-al decir esto, volvió a regalarle pequeños besos, apasionados y tiernos.
Al estar los dos juntos en días así, todo era más mágico que en los días normales, sentían que sólo eran ellos contra el mundo, sólo ellos dos y nadie más.
Las nubes parecían algodón de azúcar.
El viento no era frío, era tan cálido que podría quemar.
Los abrazos eran un refugio.
Los besos eran una bienvenida.
La caricias indicaban protección.
El amargo café pasaba a ser mezclado con dulce leche descremada.
Y las gotas de lluvia, que resbalaban aún por los cristales de la ventana, parecían gotas de pintura, pintura arco iris; Tan coloridas que, hacían al mundo algo mágico para ellos.
Así era como se sentían y, oh dios, esos sentimientos son únicos, tan únicos que dan miedo perderlos, tan bellos que te aferras a ellos.
Quizás sólo eran dos jóvenes enamorados, viviendo un sueño de amor como cualquier adolescente. Pero, estaban seguros que ese sueño duraría por mucho tiempo, nada pasajero, pero si eterno.
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Un libero + Una estrella -[AsaNoya]
FanficEsta serie de historias se componen de un pequeño gran libero y una gran y dulce estrella a su lado. Estas son las pequeñas historias de atesorados momentos de unos chicos que, además de compañeros en el voleibol, son compañeros de vida, de sueños...