Todo se derrumba.

15.8K 999 128
                                    

2 años después.

-¿Marta tienes los análisis del mes pasado?

-Si me das un segundo, te lo llevo a tu despacho.

-Eres un amor- le sonrío

-Es porque me pagas y muy bien- me guiña un ojo.

Mi oficina está en una zona apartada del centro de Bilbao. Es  de una sola planta, realmente no tengo a muchos trabajadores excepto Miguel que se encarga de la maquinaria, los impresos y a Marta, mi secretaria y amiga. Entro en mi despacho, me encanta. Es vez de paredes de ladrillo, son de cristal, puedo ver qué pasa a mí alrededor, el de Miguel está en el fondo aunque apenas viene.

-Aquí lo tiene jefa- entra sin llamar mi secretaría .

-Gracias- empiezo a echarle un ojo

- ¿Quieres un café?

-Si gracias- le miro un segundo- ya sabes cómo me gusta.

-Morirás por una sobredosis de cafeína.

-Te pago para que obedezca, no para que me des tu opinión.

-Después no digas que te lo advertí .

Sale riéndose, entra en la cafetería. Realmente hay de todo, somos unas golosas, veo como prepara un café para mí y coge un coca cola para ella. Dejo de mirarla para centrarme en los documentos que tengo abiertos. Parece que está todo en orden.

-Toma – me deja un vaso de café negro- ¿te ayudo en algo?

-Estaba comprobando la contabilidad- le respondo mientras  bebo un trago- tengo que llamar a Paco Infantes.

-Si porque a mí no me hace ni caso Blanca- dice apenada.

-No te preocupes-le tranquilizo- yo le convenzo para que nos pague las cuotas que le faltan.

-¿Miguel no viene?

-No, si no está por aquí significa que ya no lo veremos .

-Ese sí que vive bien- se ríe.

-Hace bien su trabajo con eso es suficiente.

-Mejor me voy yo hacer el mío que no quiero quedarme en la calle.

-Si no lo hago es por tu hijos.

Le doy la carpeta para que lo archive cuando sale , finalmente llamo a Paco y por fin consigo que me haga una transferencia que me debe. Hago una notación en su expediente, no volver hacer negocios con él. La mañana trascurre rápida, ya son las doce y solo me queda hacer varias cosas.

-El señor Cebada quiere hablar contigo- dice por el interfono.

-Pásamelo.

Escucho un pitido.

-Hola guapa.

-David ¿Qué puedo hacer por ti?

-Solo quería saber cómo estas- se hace el indignado.

-Como siempre, mucho trabajo ¿y tú?

-Ahora desocupado- se ríe- he pensado ir hacerte  una visita la próxima semana.

-Sabes que las puerta de mi casa están abiertas para ti- siempre le digo lo mismo- ¿tienes algo que contarme?

-No, quiero despejarme un rato.

-Pues cuando quieras avísame y paso por ti al aeropuerto.

-Eres un sol.

-Brillante.

SUEÑO PERDIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora