Caminaban agarrados de la mano uno con el otro, su dirección era la casa del azulado quien caminaba alegremente al lado del rubio. Las largas calles eran silenciosas, no muchas personas y carros solían pasar por ahí, esto era agradable a ojos del blondo pero tenebroso a ojos del crío azul.
Se la pasaban callados hasta que X decidió romper el agradable silencio entre ambos.-¡Oye! No me dijiste tu nombre.- exclamó.
El rubio miró al crío azulado sonriente --sonreía tanto que daba miedo en ocasiones--, él sólo lo miraba sin intenciones de responder a su llamado pero al ver su mirada tan insistente decidió abrir la boca para decir su nombre.
-Zero.- dijo el rubio carmín.
-¿Siro?- dijo el chiquillo haciendo muecas intentando hacer la correcta pronunciación del nombre.
-No, Zero- repitió riendo internamente. -, como el número en inglés.
-¡Ah! ¡Zero!- dijo con notable alegría. -¿Por qué te llamas así?- ladeó un poco su cabeza aún mirándolo.
Una vez más apareció esa mirada insistente y llena de alegría que únicamente el pequeño X podía poseer. Su sonrisa contagiosa no desaparecía de su tierno rostro. Era una bola de alegría y energía que caminaba de color azul.
Zero se la pensó un poco antes de responder, ni siquiera él sabía por qué se llamaba así, qué se suponía que debía responder.
Sus azulados ojos se abrieron un poco debido a su mismo shock, agitó levemente su cabeza y volvió en sí.-Eh...- qué decirle al insistente chamaco. -Pues... la verdad no lo sé.
-¡¿Eh?! ¡¿Cómo que no lo sabes?!- la vocecita adorable del crío hizo una simulación de enojo, y se dice simulación porque realmente era demasiado adorable y era difícil poder tomarla en cerio.
-Bu-Bueno...- el blondo estaba siendo literalmente dominado por un pequeño de cuatro años. Suspiró hondo y siguió con la plática. -Sí, no sé porqué me llamo así. Haber ¿Y por qué X? ¿Eh?
El pequeño puso carita enojada --aún muy tierna-- y dijo: -No había por qué enojarse...- agachó su cabeza y respondió. -X es una "variante matemática" que puede significar cualquier cosa. Papá dice que soy alguien muy especial y que puedo hacer lo que yo quiera mientras que sea bueno. ¡Así seré un héroe!
Al terminar sus palabras se soltó del agarre de Zero y se adelantó unos pasos, el pequeño hizo una pose imitando a "Superman" haciendo que el portador de la armadura carmesí riera alegremente. Este se acercó al pequeño y revolvió su cabello aún riendo.
-¡Oye!- gritó el niño entre risas y corrió para alcanzar al rubio.
Ambos rieron por un breve tiempo aún caminado.
-¿A dónde vamos?- dijo el pequeño mirando al portador de cabellos dorados con una mirada curiosa. El rubio respondió con naturalidad que se dirigían a la casa de X. Este soltó un "Aw~" muy entristecido.
-¿Por qué?- dijo aún en tono berrinchudo.
-Porque el Dr. Light así me lo pidió.- exclamó Zero.
El crío azul se quedó pensando unos segundos para después decirle al rubio lo siguiente: ¿Y por qué no mejor vamos a tu casa?
-Mhhh... No lo sé...
-¡Di que sí! ¡Sólo será un rato! ¡¿Sí?!- y así seguían varias plegarias, la bola de energía azulada gritaba intentando convencer al niño carmín de llevarlo a su casa.
-Está bien, está bien... Vamos, pero sólo será un rato ¿Entendido?- Zero hizo un tono de voz firme, o a lo que él llamaba firmeza puesto que su voz de pequeño no ayudaba bastante.
El crío gritó de euforia y así se dirigieron a la casa del blondo.
(...)
Con suma cautela y total silencio ambos niños entraron a la casa del blondo. Zero checó que el Dr. Willi no estuviese por los alrededores y vaya suerte que tuvieron, ni siquiera estaba en casa. Prosiguieron a pasar naturalmente por las habitaciones de la casa hasta llegar a la habitación del rubio. No era un cuarto grande pero tampoco pequeño. Tenía un gran vitral que dejaba al descubierto una gran vista de la ciudad. Al lado estaba su cama tendida y enseguida se encontraba un escritorio con un computador y un pequeño espejo de mano que el mismo rubio consiguió por ahí. Encima del escritorio habían una cuántas repisas con juguetes y libros, no eran muchos pero sí suficientes para el carmesí y cabe decir que abajo del escritorio había una pequeña pantalla de televisor junto a una consola de juegos con unos pocos discos. El crío azul miró a cada rincón de la habitación del blondo pero lo que más le llamó la atención era la pared junto a la cama del rubio. En esta colgaban distintos pósters de películas y unos cuantos dibujos pero lo que destacaba de esta era un póster bastante grande, de hecho, era el más grande que había. Este tenía un fondo como de una ciudad, en la parte superior izquierda estaba el símbolo de la ciudad Abel y al lado de esta se encontraba otro símbolo que no lograba identificar. Abajo de esto habían unas letras blancas que decían: "Los Maverick Hunters te necesitan." Luego estaban unos cuantos Reploids haciendo un saludo militar. Abajo continuaban las letras blancas que finalizaban la frase con: "¡Únete ahora!"
Claramente era un afiche informativo para incorporarse a aquella organización que X aún no reconocía. Debido a sus dudas el pequeño se vio en la necesidad de preguntarle al rubio acerca de eso.
-¿Quiénes son?- preguntó apuntando al afiche. Zero miró al punto que X apuntaba.
-¿Mh? ¿Ellos? Jaja, ¡Ellos son los "Maverick Hunters!- dijo el rubio con orgullo. -¡Los héroes de la ciudad! ¡Luchan por lo justo y por la eliminación de los Mavericks!
X soltó una expresión de asombro admirando el póster con ojos repletos de admiración.
-Algún día seré uno- complementó el pequeño. -Seré el mejor...
-Pero... ¿Por qué los matan?- una vez más la curiosidad del niño salió.
-Mhh, supongo porque son malos...- respondió el rubio no tan seguro de la respuesta.
-La violencia nunca resolverá nada- dijo aún mirando al póster. -, eso dice papá.
-Supongo que sí...- Zero también miraba el póster. -¿Queres jugar algo?
-¡Sí!
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Childhood Friends
FanfictionHumanos y Reploids ¿Cuál es la diferencia? Los dos piensan, sienten y actúan... ¡Ah! ¡Sí! y también crecen. El joven Zero es víctima de bullying, es ese que siempre se sienta atrás y prefiere el silencio antes que las palabras. No tiene la vida fáci...