Salí de secundaria. Aún no sabía a qué preparatoria iba a ir. No sabía ni qué hacer con mi vida. En fin.
No vería más a Alfredo en la escuela, eso me puso demasiado triste, yo quería estar con él. Cuando estaba con él, todo lo que nos rodeaba desaparecía. Tan sólo verlo me hacía feliz. Se convirtió en parte de mí y, espero haberme convertido en parte de él.Tal vez era poco el tiempo que llevábamos juntos, pero fue el suficiente para llegar a quererlo demasiado, puede que suene raro, o hasta ridículo pero yo ya lo amaba. Desde que lo vi se hizo mi crush, al conocerlo descubrí que éramos iguales, estábamos conectados, como si fuéramos almas gemelas. Él me complementaba.
La única forma de verlo era en ese curso. Obviamente no podíamos estar como en la escuela que estábamos juntos en recreo y andábamos de la mano, no, ahí nos separaban.
Alguien del mismo curso le dijo a mi abuelo de mi relación con él, se molestó, pero sólo un poco, después de enterarse de eso, cada que sabía que un chico se llamaba Alfredo creía que era mi novio, no me pidió terminar con él, así que supuse que era una buena señal.Semanas después Alfredo dejó de ir al curso, ya no podía verlo, sólo hablábamos por mensaje. Extrañaba su voz, extrañaba sentir su mano sobre la mía, extrañaba besarlo. Hasta extrañaba que jugara conmigo, como aquella vez que jaló las ramas de un árbol un día después de que llovió y me mojó. Extrañaba todo de él.
Sólo deseaba que la distancia no arruinara nuestra relación.
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El encuentro con mi otro yo.
Romance¿Qué pasa cuando eres crush de tu crush? ¿Cómo reaccionas cuando te das cuenta de que una persona es exactamente como tú? Ésta es la historia de Gabriela, la chica que encontró a su otro yo en versión masculina. (basada en hechos reales). Gracias po...