Prólogo.

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Entré en el nuevo instituto, lo primero que sentí al entrar fue una ola de aire caliente y seguidamente eché un vistazo alrededor.

Todo el mundo me miraba raro, no se lo que pasaba en ese momento, todas aquellas personas son con las que evitas encontrarte en cualquier sitio. Las chicas de allí eran tan estúpidas, con sus trajes impecables de animadoras y esa voz chillona que tenían algunas.

Los chicos eran los típicos guaperas, con el cerebro no más grande que una nuez y jugadores del equipo de rugby en el instituto. Yo comparada con ellos era tan diferente, era todo lo contrario. Tenía la impresión de que ese sería un año complicado, no a nivel académico sino a nivel social. Tener que trabar una relación con cada espécimen que allí se encontraba sería un trabajo duro.

La muerte es el comienzo de la inmortalidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora