Enamorándome aún más

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Percy Jackson

-¿Así qué...?

-¿Así qué...?

-¿Aceptaste la invitación de ese chico?

-¿Te molestaría que lo hiciera?

-Pff...para nada, sólo es pura curiosidad.

Estábamos en la cafetería de la escuela luego de que al fin terminaran los exámenes. Y antes de haber llegado un chico larguirucho más o menos de mi altura nos interceptó (o más bien a Annabeth) con el objetivo de invitarla a salir sin percatarse de mi existencia.

Cabe destacar que obviamente me hizo enfadar muchísimo. Mas yo no era alguien para juzgar o enfadarme, ni con ella ni con él. Después de todo él tiene la oportunidad que yo jamás tendré. Poder invitarla a una cita en plan romántico sería lo mejor que podría pasarme en la vida.

Pero al final me decidí por una cosa. No iba a arriesgar nada. Y con arriesgar me refería a que de ningún modo yo iba a profesarle mis sentimientos a Annie logrando únicamente incomodidad, rechazos y sobre todo sufrimiento para ambos. No sería capaz de hacerla sufrir de cualquier modo.

Sin embargo eso no retenía a los inconfundibles y atroces celos por otros que no tenían problema para coquetear con ella. En esos casos, me limitaba a mirar a otro lado o irme. A fin de cuentas, estaba haciendo un favor. Y ella estaba en todo su derecho de aceptar, malditamente estaba en todo se derecho. E internamente siempre rogaba para que ninguno de ellos tuviera todo lo que Annabeth buscaba en alguien, o mejor, que nunca lo hiciera.

Egoísta, pensaba.

-Pues no, no acepté, y menos contigo a lado.

Respiré tranquilamente, aliviado.

-Pobre. ¿Ya cuántos han sido rechazados?- dije con una sonrisa. Ella también lo hizo.

-Ya perdí la cuenta.

-¿Unos treinta, por lo menos?- bromeé.

-¡Por favor! No han sido tantos... Exagerado.

Pues para lo han sido.

- Y tú sigues sin aceptar-murmuré complacido.

-Sí...

-¿Por qué?

- No lo sé, bueno si sé. Es sólo que quizá no me interesa ponerme de novia justo ahora que estoy tan cerca.

-¿Cerca de qué?

- De acabar la escuela con un maravilloso promedio sin distracciones.

Ah claro. Eso lo explica todo. Para ella sus estudios eran lo más importante, pero debo decir que esperaba una respuesta diferente. Como que la razón era que estaba perdidamente enamorada de su mejor amigo. O sea, yo.

Sufrí una ligera decepción. Aunque eso también me alegraba ya que al menos nadie más estaría con ella.

-¿Por qué no me sorprende?- dije.

-¡Oye! No es como que sea tú.

-¿A qué te refieres?

- Ya sabes...- me miró avergonzada -, Una persona que, para no decirlo tan grosero, ha tenido varias relaciones que no duran mucho.

Lo entendía. Perfectamente lo hacía, eso era algo que no podía borrar de mi historial y de cierta forma me avergonzaba, mas la gente comete errores que te ayudan a superarte y creer que puedes ser mejor. Por eso no me molestaba que me lo dijera. De hecho se me hacía algo gracioso que suavizara las palabras para no lastimarme.

Cuando estás conmigo ll PercabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora