TEI

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Sugawara:

Tu agresividad explosiva duele. Por favor Daichi...”

Es navidad y fui invitado a una fiesta por un amigo de la preparatoria, sinceramente me llevó a la fuerza, sin embargo acepté quedarme ahí por un par de horas, pero sin querer terminé borracho en la casa de alguien que ni siquiera conocía, la casa estaba en completo silencio, yo estaba durmiendo en un sofá. Tenía recuerdos lúcidos, lo cual me alegró mucho, la fiesta estuvo muy buena, eso lo admito, pero siento que no debí...

-Mierda.

Lo dejé plantado. Habíamos acordado tener una cena juntos por noche buena, pero olvidé decirle dónde estaba o cómo estaba, ni siquiera quiero encender mi celular, no quiero ver cuantos mensajes o llamadas me dejó, necesito salir de esta casa y hablar con él, ver que el también está bien.

Llegué a casa y el estaba ahí, despierto, sentado en el sofá mirando fijamente la puerta, sus ojeras eran gigantes y enmarcaban sus ojos, me da escalofríos el sólo pensar que estuvo en esa posición toda la noche, esperándome.

Hemos estado lejos de nuestras familias por mucho tiempo, tanto él como yo hemos pensado ir a visitarlos pero, nuestras familias no aceptaron nuestra relación, nos insultaron y dijeron que eramos una vergüenza, incluso mi padre llego a golpearme por eso, por esto decidimos estar lejos de ellos, nos abandonaron totalmente en esos momentos, para ellos nosotros no eramos su familia. Aunque ahora tienen la mente mas abierta preferimos no correr riesgos, nos basta con tenernos a nosotros, solo nos tenemos el uno al otro. Después de ese escándalo en el pueblo decidimos mudarnos a la capital, hemos estado viviendo juntos por un mes. 

Estoy muy preocupado por él, últimamente ha estado actuando raro, ya no es el Daichi de antes, el Daichi que me mimaba, que traía flores y me acompañaba a dormir, ahora es frío, ya no se preocupa por mí, y ya no me trae regalos... Al principio pensé que era culpa mía, aunque ahora que lo pienso, tal vez si fue mi culpa, tal vez hice algo malo, tal vez yo cambié, tal vez él ya no siente lo mismo por mí, tal vez yo también he cambiado.

—H-Hola Sawamura... —Dije con temor.

—Hola Sugawara.

Ni siquiera me miro a los ojos, dejo su mirada fija en la puerta, me dirigí a nuestro cuarto, cambie mi ropa y fui a la sala de estar, me senté en el sillón de al lado y le tomé la mano. Me miro a los ojos, su mirada era fría y aunque muy en el fondo mostraba amor, sus ojos estaban secos, tenía ojeras y los ojos hinchados. Cualquiera que no lo conociera diría que estuvo llorando por mucho tiempo, pero él no es así, él es muy fuerte, y yo en lo personal solo lo he visto llorar un par de veces.

De un momento a otro besó mi mano, hace mucho no hace cosas así, recuerdo que solía hacerlo cuando estábamos en preparatoria, está actuando muy extraño, normalmente no suele ser así de cariñoso...

No aguanté más y me lancé sobre el, lo abracé muy fuerte, hace mucho no estábamos así, me quería quedar con él así para siempre, sentir su calor y su corazón.

—Amor, ¿Qué tienes?

—...

—Sawamura, ¿Estás bien?

—....

—Sawamura?

No entendía que le pasaba, pero luego empezó a hablarme entre sollozos.

—Yo sólo... Me preocupé demasiado por tí, no me llamabas, no me contestabas, no aparecías y nadie daba razón de tí, estaba muy preocupado, Koushi no vuelvas a hacer eso por favor, si tu desaparecieras, si tu te fueras, no sé que haría, Koushi, no me dejes por favor.

Estaba desesperado, mientras hablaba soltaba uno que otro hipido, nunca lo había visto así... Se veía tan débil, yo no podía creer que estuviese así por mi culpa...

De repente me tomo en sus brazos y se fue directo a a habitación, ¡Que vergüenza! ¡¿Por qué soy yo al que tienen que cargar como princesa?!, bueno sinceramente o importa, aunque si e es feliz haciendo esto dejaría que me cargara  las veces que el quisiera.

Cuando llegamos a nuestra habitación me lanzó fuertemente a la cama, las luces estaban apagadas y solo nos veíamos por la luz que entraba por las ventanas.

Empezó a besarme, pero muy brusco, casi no me deja espacios para respirar, luego lentamente va pasando a mi cuello, y va marcando un camino con sus labios, me da muchas cosquillas, él sabe que me pongo raro cuando hace eso... me quita la camisa y ya va por mis hombros, ¡Que vergüenza!, ni siquiera sé porqué me pongo así, llevamos un año y medio de relación y todavía me da vergüenza que me bese los hombros. En medio de los besos empieza a dejarme un camino de marcas cada vez mas fuerte.

—S-Sawamura, espera. —Traté de separar su cabeza de mí pero fue imposible. —L-lo estas haciendo muy fuerte...

—...

Me ignoró, olímpicamente, definitivamente está enojado, siempre se ha desahogado así conmigo, la última vez que lo hizo no me pude sentar por todo un día, y aunque debo confesar que valió la pena, me dolía mucho. Sin embargo el día después me pidió disculpas y me dijo que iba a intentar controlarse... si, claro...

Parece que olvidó lo que pasó, porque entre más me quejaba mas duro lo hacía, y cuando menos me dí cuenta empezó a morderme el cuello, al principio eran mordiscos tiernos, hasta llegué a creer que había atendido mis quejas, pero luego empezó a hacer mordidas mucho más fuertes y en lugares mas delicados y sensibles como mis clavículas, en mis adentros agradecí que mañana fuera sábado, no quiero que mis amigos vean esas marcas, ya me han molestado mucho, la última vez los moratones de sus marcas me duraron tres semanas y las burlas también...

yo tampoco aguanté y empecé a dejarle marcas a él también, la piel de su cuello es muy suave y además huele muy bien, amo morder sus hombros, son muy musculosos. Cuando le doy el primer mordisco me toma de los hombros y me pone boca abajo, sigue dejando marcas, y besa mis lunares, nunca he entendido porqué le gustan tanto, a veces me dan asco, pero si a él le gustan supongo que están bien.

Me esta acariciando la espalda, sus manos son muy grandes y siempre están cálidas, amo sus manos, lo amo mucho, amo su cabello, amo sus ojos, amo sus piernas, e incluso amo su lado agresivo, lo amo demasiado, es todo lo que tengo, ahora no tengo dudas de él, hemos pasado tantas cosas juntos, él hace parte de mi vida, él es mi vida.

Tu agresividad explosiva duele. Por favor Daichi continúa, continúa con aquello porque es parte de tí y la amo.


Someone to lean onDonde viven las historias. Descúbrelo ahora