58. Él Adiós

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Maratón (9/12)

Se fue, se fue de la vida de su familia, del colegio, de mi vida, del mundo.

Esto es una mierda, la vida es una mierda. Nada es fácil, nada es lindo, nada es como parece.

Todo lo que uno piensa, todo lo que uno cree tener, se va. Los sueños, la esperanza, la fe, tu mejor amiga y único amor de tu vida.

¿Qué cómo me siento?
Para el culo.

¿Qué si me siento feliz?
Pues sí, me siento feliz por ella. Porque no está sufriendo más.

En este momento estoy viendo el cuerpo sin vida de Carolina, en una caja dorada como su cabello. Comiendo un chocolate de los que a ella le gusta.

¿Qué si leí la carta?
Obviamente que sí, cuando ella falleció fui corriendo a leerla.

La verdad es que tengo ganas de llorar, ganas de gritar, ganas de golpear a los doctores por no salvarla, por no encontrar la cura, por todo. Tengo ganas de irme con ella.

Pero sé que llegará mi momento y no tengo miedo, porque sé que cuando llegue voy a estar con ella.

Todos nos sentamos escuchando el discurso de la familia de Carolina, amigos de los que jamás ella me había contado. Pero más que todo estaban algunos de nuestros compañeros. No los culpo, ellos no se tomaron el tiempo en conocerla, ni saber lo que le gustaba o lo que no.

Reaccioné cuando escuché mi nombre. Era mi turno.

-Buenas tardes a todos... o no tan buenas tardes para algunas personas, bien resulta que ahora es el momento de hablar sobre la persona diciendo cuanto la va a extrañar... y no quiere decir que no la voy a extrañar porque... mierda, sí que lo voy a hacer todos los malditos días de mi vida, pero yo voy a contar nuestra pequeña historia:

-La conocí en el jardín de niños, al parecer ella ya me tenía vigilado.-sonreí.-o eso dice ella. Le pregunté ¿Podemos ser amigos? A lo que ella me respondió que no. Era tan testaruda, enojada y comelona. Le gustaban los chocolates, los amaba. Comencé hablarle hace algunos meses por un papelito a lo que ambos le llamábamos "CHATPEAPER", era una locura.

-Ella al principio era cortante conmigo. Pero comenzó a encariñarse un poco, claramente peleábamos, nos gritábamos y hasta hubo un tiempo donde sólo nos celábamos. Pero jamás de los jamases nos dijimos que nos gustábamos. Lo sé, éramos tan idiotas.

-Luego llegó la enfermedad, comenzó a perder su encanto. Estaba cada vez más enojada, peleaba por todo y más, pero jamás me alejé de ella. No porque no quería, sino porque no podía. Me hipnotizó, no sé qué me hizo. Era algo duro pero hermoso a la vez. Como cuando montas bicicleta por primera vez, te caes y te caes, pero cuando lo logras te sientes un ganador, el mejor. Pues así me sentí yo. Un ganador de su corazón de hielo. Era lo mejor.

-Para no aburrirlos tanto, voy a contar la parte en la que nos besamos: Se sintió tan genial, tan hermoso. Era el mejor beso que jamás me hubieran dado, era tan suave y me sentí tan bien. El segundo beso que nos dimos fue antes de que... de que falleciera. Éramos tan felices. Así que Carolina Domenech, donde quiera que estas, eres única. Éste es "El Adiós", pero no para siempre.

No sé cómo, pero nos vamos a volver a ver...

Te extrañaremos mucho, Carolina Domenech.

Unicornio llorando fuera oxox

Hey! ¿Me regalas un chocolate?   -Joaquín ❤ || JAROLINA || TERMINADA || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora