Capitulo 8 | SALIDA AL CINE

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Paso continuamente los canales de la televisión, no me decido por ningún programa, serie o película. Todo me aburre, más bien me distrae con la imagen de una persona en particular. Esa persona es Diego Villacis. ¿Quién diría que el youtuber al que más odio le tengo, sea precisamente hijo de Fanny? Lo admito, el niño no me cae para nada bien y es estúpido porque ni siquiera lo conozco pero aceptémoslo, es un chico que con el simple hecho de hacer videos tontos y subirlos a internet cree que se encuentra en la cima de la fama, o por lo menos tiene sus 5 minutos de fama en Quito y ni que decir de sus fans. Lo veneran como si fuera el mismísimo papa. Llámenme patética pero si odio algo es que conviertan en celebridades a personas que no lo merecen. Ahora tengo que vivir bajo el mismo techo con la "celebridad" y su mamá. Dios ya llévame ¿No?

Me detengo en un canal donde un hombre fortachón muestra técnicas de lucha a unos cuantos estudiantes en un gimnasio. Rio a lo bajo recordando los enormes clavasos que le di a Diego en sus... partes hace un rato en las escaleras para luego subir hasta mi habitación y encerrarme. Tal vez me pase de la raya pero me molestó el hecho de que critique sobre mi forma beber, el haber mentido sobre lo que me había pasado ayer, es decir, nadie me había ayudado de esa manera, ni siquiera Mariana ¿Por qué lo hizo el si no me conocía? Y el momento en que casi nos besamos hasta que llego su mamá. ¿Acaso cree que por ser la estrellita de youtube caería rendida a sus pies? No querido, ya he pasado esto por muchas veces y me he tropezado con los mismos hijos de mami famosillos. No quiero ser la estúpida de la historia una vez más.

Decido apagar el televisor y oigo un par de voces subiendo las escaleras, una de ellas es de Villacis, la otra, por lo poco que logro escuchar, tiene un acento colombiano. Apresada por la curiosidad me escabullo por el cerrojo de la puerta para ver de donde proviene esa voz colombiana. Logro divisar por un huequito la imagen de Diego y un chico de espaldas, conversando en el pasillo.

– ¿Así que el novio de tu mamá tiene una hija?

–Y vivirá aquí.

–Yo que tu estuviera más que contento, apuesto que la hija debe estar partiéndose de buena ¿O no?

Cierro fuerte el puño intentando controlarme en no mandar al tipo con acento colombiano, directo al hospital. Aguardo con atención la respuesta que dirá la estrellita de plástico. Seguro será todo lo contrario.

–De que tiene lo suyo es obvio, pero es que ella está ¡Loca! Si supieras el primer día que la conocí ¡Estaba borracha! Y al día siguiente casi me mata a golpes porque pensó que la había violado.

¿Tiene lo suyo? ¿Acaso dijo eso? Trago saliva sin saber que opinar al respecto. Bueno _________ piensa un poquito, esas miraditas en el comedor y los casi besos que hemos tenido no es nada de coincidencia, es obvio que Villacis tiene al menos un pequeño gusto por mí y no lo quiere reconocer. Pobre tipo la verdad, se tendrá que quedar con las ganas por que no me gustan los niños que se creen santitos y mucho menos bebitos de mamá.

El amigo de la estrellita empieza a reírse, el en cambio lo fulmina con la mirada. ¡Genial! No soy la única que hace enojar a Villacis. Ese muchacho me va caer muy bien.

–Se ve que sabe defenderse y es aguerrida. Necesito conocerla.

–Ni siquiera sé si está en casa, mejor vámonos ya al cine por qué se hace tarde.

El chico de acento colombiano se da la vuelta quedando frente a mi puerta y casi se me sale un grito de la emoción. Era el mismísimo Daniel Navas. Lo admito, soy una gran fan de Chimboster y sé que es algo contradictorio porque Diego fue parte del grupo pero hay que aceptar una cosa, sus videos eran una bomba de risas, hasta que cada uno comenzó por hacer sus propios videos y todo se fue al carajo. Excepto Daniel y Mateo que nunca perdieron la esencia de ese bello sarcasmo. En fin al ver a uno de tus youtubers favoritos frente a ti es casi imposible no gritar. Veo a los dos salir del pasillo rumbo a las escaleras y antes de que abra la puerta me despeino ligeramente mis rizos y me acomodo la diminuta blusa que tengo por arriba del ombligo junto con mi legging negro.

HERMANASTRO | DIEGO VILLACISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora